Día Mundial del Medio Ambiente
Querida red:
El próximo 5 de junio es el Día Mundial del Medio Ambiente. Hoy me dirijo a ustedes para destacar nuevamente su relevancia. Ante todo, me interesa apelar al sentido de responsabilidad que debemos tener todos.
Revertir los problemas que afectan al entorno que nos rodea es una tarea colectiva, pero en la cual podemos avanzar de manera individual cada día.
El Día Mundial del Medio Ambiente nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre los desafíos ambientales a los que nos enfrentamos. También sobre las tareas pendientes. Este día se celebra cada 5 de junio desde 1974, y tiene como objetivo fomentar la conciencia y la acción global en favor del medioambiente.
Para este año 2023 el tema central es la restauración de los ecosistemas, una tarea urgente y vital para asegurar un futuro sostenible para las generaciones venideras.
Hay que partir por recordar el diagnóstico. Nuestro planeta se encuentra en un estado crítico debido a diversas problemáticas que requieren de nuestra inmediata atención. Permítanme compartir con ustedes algunas cifras y datos que reflejan la magnitud de estos desafíos.
• Cambio climático. La concentración de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera ha alcanzado niveles récord en los últimos 3 millones de años. El aumento de la temperatura global está provocando eventos climáticos extremos, como sequías, inundaciones y tormentas más intensas.
• Pérdida de biodiversidad. Vivimos una crisis sin precedentes en cuanto a la pérdida de especies. Se estima que cerca de 1 millón de especies se encuentran en peligro de extinción en las próximas décadas, principalmente debido a la destrucción de hábitats naturales, la contaminación y la explotación insostenible de recursos.
• Contaminación. La contaminación del aire, del agua y del suelo representa un grave riesgo para la salud humana y el equilibrio de los ecosistemas. Se estima que alrededor de 9 millones de personas mueren prematuramente cada año debido a la exposición a la contaminación del aire.
Estas cifras son graves. Pero también nos dan una oportunidad para actuar. Como líderes educativos y empresariales —y como cabeza de una institución que suscribe explícitamente los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU—, tenemos la responsabilidad de promover el cambio y liderar iniciativas que contribuyan a la protección del medioambiente.
¿Cómo podemos hacerlo?
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Me parece útil recordar algunas tareas pendientes en las que podemos enfocarnos:
• Transición hacia fuentes de energía renovable. Debemos impulsar el uso de energías limpias, como la solar y la eólica, y reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles, principales responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero.
• Conservación y restauración de ecosistemas. Debemos proteger y restaurar nuestros bosques, océanos y otros ecosistemas naturales, ya que desempeñan un papel crucial en la mitigación del cambio climático y la preservación de la biodiversidad.
• Fomento de prácticas empresariales sostenibles. Las empresas tienen un papel fundamental en la transición hacia una economía verde. Debemos promover prácticas empresariales responsables, como la reducción de emisiones, la gestión eficiente de recursos y la adopción de tecnologías limpias.
Y mientras tanto, ¿podemos ayudar desde casa?
Claro que sí. Existen acciones simples: apagar los electrodomésticos y luces cuando no los estemos utilizando, aprovechar la luz natural en lugar de encender luces artificiales durante el día, utilizar bombillas de bajo consumo energético (LED), reparar cualquier fuga de agua en grifos y tuberías, utilizar regaderas de bajo flujo, cerrar el grifo mientras nos cepillamos los dientes o nos enjabonamos las manos, practicar el reciclaje adecuado separando los materiales reciclables en casa y llevándolos a los centros de reciclaje correspondientes, optar por productos de embalaje ecoamigables y reutilizables, evitar el uso de productos desechables de un solo uso (como vasos, platos y cubiertos de plástico), llevar nuestras propias bolsas de tela al hacer compras, reducir el consumo de carne y lácteos, optar por alimentos orgánicos y de temporada, cultivar nuestras propias hierbas o vegetales en jardines o macetas, caminar, andar en bicicleta o usar el transporte público siempre que sea posible, o agrupar recorridos para reducir la cantidad de viajes en automóvil…
Si las hacemos todos los días, estaremos aportando lo que está a nuestro alcance para ayudar a revertir el desafío que se nos plantea.
En este Día Mundial del Medio Ambiente, los invito a reflexionar sobre nuestro impacto en el planeta y a tomar medidas concretas para marcar la diferencia. Juntos, podemos construir un futuro en el que las generaciones venideras puedan disfrutar de un entorno saludable y próspero.
¡Muchas gracias por su compromiso con esta importante causa!
Les saludo con gusto
Noel