Días atrás con Cox Alomar

Días atrás con Cox Alomar

Este escrito debió ser de par de líneas pero casi que me salió una novela o reportaje periodístico. Aunque extenso, quiero que lo lean para que entiendan la importancia de buscar candidatos que surjan de la búsqueda del Pueblo y no de las maquinarias políticas. El escrutinio es fuerte pero indispensable. Si queremos lograr un cambio real en el 2016 hay que profundizar la búsqueda de candidatos que se conecten con el Pueblo y no con la cúpula de sus partidos. Hay que conocerlos, confrontarlos y calibrar su potencial en favor del Pueblo.

 Sin lugar a dudas Cox Alomar tiene un amplio dominio de la historia de Puerto Rico y los Estados Unidos. Conocimiento exquisito para una audiencia que busca, en los engranajes de la historia, la causa y efecto de nuestra crisis actual. Su elocución entretiene a la élite política de Puerto Rico, pero no conecta con el sentir del Pueblo que no es militante político por naturaleza.

 Yo soy del Pueblo. En mi búsqueda de candidatos independientes o primaristas que representen el sentir del Pueblo, me acerqué a conocer a este icono de la neo-política. El que apenas tres años atrás predicaba las bondades del ELA, ahora predica la Estadidad o la Independencia como opciones estabilizadoras, no coloniales, para Puerto Rico. La historia no se puede adornar; así que no hay nada que refutar en su ponencia llena de datos históricos. La prédica de una Constituyente antagoniza con la realidad subyacente de la carencia de líderes que puedan administrar cualquiera sea la fórmula de estatus que el Pueblo escoja en justa contienda y en mayoría abrumadora.

 El llamado a la acción de Puerto Rico: La Voz del Cambio y del Movimiento CAMBIO Electoral se recoge en la siguiente frase:

Cuando el cambio no llega, SE PROVOCA

Estas palabras calaron en la conciencia de Cox Alomar, como verán más adelante.

 Mi intervención

Estados Unidos no tiene amigos, solo intereses. Puerto Rico tiene que empezar a mirar a Estados Unidos como un interés y no como un amigo (aplausos).

 

Estoy orgulloso de ser puertorriqueño (Yo también – grita alguien en la audiencia); pero no somos el ombligo de Occidente (carcajadas). El problema es Latinoamérica con Estados Unidos y no con Puerto Rico. Estados Unidos tiene interés de que Puerto Rico salga airoso de esta crisis.

 

Latinoamérica es un interés para Estados Unidos, pero a Estados Unidos no le interesa anexarse ningún país latinoamericano, pero si mantener una estructura que le permita sostener y proteger sus intereses en el mundo occidental. Puerto Rico es el eje de esos dos mundos (aplausos).

 Ya con ese último aplauso  me salí del escrito y el alma de pueblo se me salió de cauce.

 Le pregunté a Juan del Pueblo si podía pagar más contribuciones y Juan me dijo – ¿de dónde, Don Pedro, voy a pagar si solo gano $7.25 la hora? Le hice otra pregunta: Juan, si yo te doy $6 dólares de aumento, ¿estaría bien contigo quedarte con $3 y contribuir los otros $3 al Gobierno? Juan me contestó – Claro que sí, Don Pedro, $10 es mas que $7.

 El dinero está en un pote. El trabajador en Puerto Rico no tiene inconveniente en aportar al Gobierno, siempre que tenga de dónde. Bajar los salarios de los trabajadores para que nos parezcamos más a Latinoamérica es enviar a Puerto Rico a una Economía en retroceso. La solución va en sentido contrario. Algo está bien entre la relación de Puerto Rico con Estados Unidos que nos permite tener un desarrollo superior en Latinoamérica, pero no del todo  cuando nos coloca en el lugar 51 detrás de los 50 estados de la Unión Americana.

 Quien no pueda gobernar el ELA, la Estadidad o la Independencia, no sirve para gobernar a este Pueblo. Los que creen en el ELA Permanente, La Independencia y La Estadidad tienen el mismo derecho a decidir el destino político de Puerto Rico. Da vergüenza que todo se resuelva con cabilderos que procuran sus propios intereses económicos antes que el bienestar del Pueblo…Da vergüenza. Puerto Rico no debe escapar a su rol histórico de servir de eje y puente para conectar el entendimiento entre Latinoamérica y Estados Unidos. Puerto Rico pertenece a ambos mundos. Pero preservar esa colaboración entre Latinoamérica y Estados Unidos es crucial para preservar el progreso y estabilidad del Occidente Americano (de todas las Américas y el Caribe). No rehuyamos al llamado que nos hace la historia y asumamos nuestro rol en la construcción de un mundo mejor.

 Por último, miramos al crecimiento económico de Estados Unidos y algunos países del mundo y la capacidad de este crecimiento de continuar absorbiendo deuda. ¿Pero se está acortando la brecha, el espacio y la efectividad que dicho crecimiento tiene de absorber deuda? Si no cambiamos nuestra visión económica, seremos parte del hundimiento global de las economías más prósperas.

 Una mano me indica el término de mi tiempo y el sonido de un aplauso sólido me indica que el mensaje había llegado.

 Para entender el contexto en el que Cox Alomar responde a mis planteamientos debo recordar la frase motor de nuestro movimiento: Cuando el cambio no llega, SE PROVOCA.

 

Cox Alomar comienza declarando que mis planteamientos son novedosos y hasta cierto punto provocadores.

 

Cox Alomar hace referencia a dos hechos históricos que muestran el papel protagónico de Puerto Rico en Latinoamérica. Uno es en el momento en que Kennedy visita Puerto Rico y con la mediación de Luis Muñoz Marín, Joaquín Balaguer sale del poder. La otra ocasión es cuando Nixon, en viaje por Venezuela, enfrenta una resistencia fuerte y se le traslada a Puerto Rico, nuevamente con la asistencia de Muñoz. Pero Cox Alomar enfatiza que Puerto Rico tiene papel protagónico pero no es un eje entre estos dos mundos (Latinoamérica y Estados Unidos), antes que nada es una vergüenza para Estados Unidos mantener a Puerto Rico como la última colonia latinoamericana. Cox Alomar no contesta la pregunta referente a que la brecha entre el crecimiento económico de ciertos países y su capacidad de absorber la deuda se está reduciendo y que este hecho atenta contra la estabilidad económica global.

 Se acabó el conversatorio. Todos a picar y beber lo que se ha servido. Se acerca un joven y me indica que definitivamente la propuesta contributiva que presenté ha estremecido a muchos de los presentes por ser un tanto revolucionaria, salida de lo común, pero que presenta una clara y lógica visión de lo que debemos hacer para sostener economías que respondan a los inversionistas y al Pueblo trabajador, que es el principal inversionista. Le agradecí sus palabras, le entregué una copia de la propuesta y con la última copia que me quedaba me acerqué a la tarima donde compartía Cox Alomar con uno que otro abogado y legislador (unos seis quizás). Al subir a la tarima, anuncié mi llegada: -Sr. Cox Alomar. Que gusto poder saludarle en persona. Los 6 se dispersaron como si se tratara de una redada federal. Quedamos solos Cox Alomar, el documento de Reforma Contributiva y Yo. Lo tomó en sus manos, sin mirarlo. Caminó hacia su portafolio. Lo guardó. Volteó a verme y darme las gracias por haber venido. No sé si escuchó cuando le dije que ya lo tenían los Cuatro de Fortaleza y los legisladores y que inclusive había recibido uno que otro elogio. No sé si quería escuchar más. Bajó la tarima y se juntó con los seis… distanciado del Pueblo… Así lo percibí. Pero falta mucho camino para aceptar o descartar su viabilidad en la transformación de Puerto Rico. Es inteligente, astuto y sagaz como otros tantos políticos. Pero levantar distancia con el Pueblo, eso sí que está feo.

 Yo soy del Pueblo.

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