Yo Ciudadano - Parte 1

Desde hace un tiempo atrás he sido un observador del ambiente político; no soy una persona que se interese por temas políticos, y ¿por qué?; bueno, desde que tengo uso de razón lo único que tengo de ejemplo con respecto a la política es que trae conflictos, argollas, favoritismos, colusión, enemistad, corrupción, ambición, entre otros muchos aspectos negativos más. A lo largo de la vida que me tocó vivir he percibido y visto mucho egoísmo en los llamados partidos políticos, lo único que manifiestan, para mí, en su gran ansia por llegar al poder y ocupar puestos claves para favorecerlos, a ellos y sus sponsors. Y lo peor de todo, muchos se llenan lo boca criticando, juzgando y condenando a los demás sin ver “la viga que tienen en el ojo” …

Luego comencé a involucrarme porque tenía que, a través de mi voto, contribuir a realizar cambios positivos, pero la frustración me embargo al toparme nuevamente con la realidad que arriba describo; esto me llevó a perder la confianza en los que dirigían los destinos de la nación (presidente, congresistas, alcaldes, regidores, y todos los que sirven en el sector público)

Cada vez más recibía justificaciones, a la luz de los acontecimientos cotidianos, para reforzar esta idea. Hasta que, a la sombra de los últimos acontecimientos, el pedido de vacancia del presidente constitucional de la república, me centré en observar a los llamados “Padres de la Patria”; comencé a ver las reacciones, a escuchar sus comentarios, argumentaciones, ataques y defensas; los derroches emocionales que los hacían caer en ridículo y en otros casos permitía vislumbrar su sesgo egoísta y de conveniencia; escondiéndose detrás de la imagen “Es por el bien país”, “Representamos a los intereses del pueblo” y más…

Por un tiempo comencé a seguir su juego, criticando, juzgando, quejándome también; y después entré en una especie de vacío mental en el que tal vez llegué al punto de la indiferencia donde no importaba lo que podría desencadenar todo eso.

Luego me di cuenta que la inacción no es ninguna solución y comencé a reflexionar sobre el futuro del país; ¿qué debemos tener en cuenta?, ¿qué puedo hacer desde este rincón?

Creo que cada uno de nosotros desde su propio rincón puede comenzar a tomar alguna acción para ayudar a encontrar el nivel que requiere nuestro país para que todos logremos una convivencia armónica y próspera; ¿Eso es muy difícil?, ¿Eso es una utopía? Este es el argumento de la gente mediocre que se escuda en sus propias limitaciones y frustraciones.

Si quieres lograr algo, sólo tienes que desearlo, imaginarlo en su máxima expresión y poner manos a la obra, siendo consecuente en tus actos según tu visión de futuro porque si no…, es cuando todo eso se vuelve una fantasía, una utopía.

Disculpen a quienes les caiga el guante, pero, según mi forma de ver las cosas, soy de la idea de que no deberían existir los partidos políticos; sé que algunos “pondrán el grito en el cielo”, otros dirán ¡No! eso no puede ser, dónde está la democracia, deben haber grupos unidos por un ideal que trabajen por el país, deben haber grupos opositores para que fiscalicen a los otros…, etc., etc., etc.

Ese es el argumento que enarbolan para perpetuar el interés de unos pocos en beneficio propio manipulando a otros con engaños de promesas y dádivas; aclaro nuevamente, esto es lo que pienso en base a lo que estoy viviendo a través de los años que me han tocado vivir en este mundo; veo la simpleza en la solución

Pensemos en ser menos emotivos y más sensitivos, menos egoístas y más generosos, menos conflictivos y más conciliadores; nuestro país necesita de una historia más positiva, llena de acciones importantes y grandes logros que beneficien a todos.

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