¿Dónde está mi dinero?
Es común escuchar “cobro poco para lo que hago”, “quiero un aumento de sueldo”, “esto es injusto”, y en muchos casos, esta afirmación estará más que justificada, pero bien, llegados a ese punto, ¿qué podemos hacer?
Existen distintas reacciones ante esta problemática, una de ellas es “voy a hacer justo lo que me pagan por hacer”, esta afirmación en boca de muchos, es un gran problema, ya que limita al trabajador, desmotiva, y hace que toda la maquinaria departamental se vea afectada, además nos puede zambullir en un círculo vicioso, en el que jefe y trabajador, estarán descontentos, y que desgraciadamente suele acabar siempre de la misma manera:
El trabajador sale de la empresa, a veces de un modo desagradable y sin posibilidad de volver a ella.
Otra opción es, demostrar la valía personal, hacer más de lo que se nos pide, y ganarse ese aumento de sueldo deseado, esta actitud si bien es la “mejor” laboralmente hablando, tiene sus inconvenientes, como por ejemplo, que el empleador no sepa ver ese esfuerzo, no lo quiera reconocer, o economicamente sea imposible conceder el aumento, lo cual nos lleva de nuevo a la ya consabida desmotivación.
Hay muchos sectores diferentes, y a veces en alguno de ellos, la única posibilidad de aumentar nuestros ingresos, es llevar a cabo saltos cuantitativos entre distintas empresas y roles. Esta opción que tanto asusta, debe recomendablemente ir asociada a nuestro techo de aprendizaje en dicho rol y empresa, y se deben tener otras cosas en cuenta además de buscar una mayor remuneración, como el horario, la calidad de vida, la proyección, y como no, la estabilidad.
Muchos trabajadores padecen el mal del inmovilismo, por miedo fundado o infundado, permanecen años y años en la misma empresa, sin sentir reconocimiento, frustrados, sin aprender nada nuevo, y sabiendo que pasados otros 10 años, seguirán en el mismo punto y seguramente con el mismo sueldo, y esto crea empresas lentas, estáticas y desmotivadas.
El mercado laboral está en constante cambio, con oportunidades más o menos a la vista, con crisis y puntos álgidos, pero no desistamos, salgamos de nuestras zonas de confort y recordemos siempre esta frase de Víctor Pauchet:
El trabajo más productivo es el que sale de las manos de un hombre contento.