Menos horas de trabajo, mismo salario: las utopías del bien recibir sin aportar.
A los planificadores de la economía en base a criterios ideológicos y nunca técnicos, analíticos ni experimentales, se les olvida (o directamente no se les ocurre para justificar su vocación de servicio público) fomentar el ahorro; tampoco una menor carga impositiva proporcional si decides trabajar más en horas o en días o en inversiones (lo que coloquialmente se llama echarle narices a la vida para cubrir tus necesidades, cargas y obligaciones):
La reducción de las horas de trabajo sin una disminución del salario impacta negativamente en los costes laborales, sistema de organización del trabajo y la misma gestión empresarial. Sobre todo, cuando la situación económica está mostrando síntomas de congestión (acumulación de ineficiencias por marcos legales desquiciantes), para lo que se necesita impulsar la competitividad y no socavarla con medidas de cara a la galería del justicierismo social. En lugar de redistribuir, reparte la miseria.
Aumento de los costes laborales:
Mantener los mismos salarios mientras se reduce el tiempo de trabajo aumenta los costos laborales por hora trabajada. Representa una carga financiera significativa para las empresas, especialmente aquellas con márgenes de ganancia ajustados. Especialmente a las pequeñas. Especialmente a las que les cuesta competir. Especialmente a las que se sitúan en zonas rurales. Especialmente a las que aún no levantan cabeza por mucho pos-covid en el que estemos.
Disminución de la productividad por hora:
Aunque se espera que los empleados sean más productivos en menos tiempo, la realidad es que la productividad por hora podría disminuir, ya que la reacción y comportamiento de los empleados puede no ser la esperada, y sentir la presión de completar sus tareas en menos tiempo, lo que podría llevar es a la fatiga y la disminución de la calidad del trabajo (Mayores riesgos ergonómicos y psicosociales)
Cualquier medida basada en lo ilusorio, en el reparto doctrinario de cómo debemos y tenemos que comportarnos en el ámbito privado como ciudadanos y contribuyente, terminan creando sin demandarlo, precisamente lo contrario.
Necesidad de contratar empleados adicionales:
Para compensar la reducción de las horas de trabajo y mantener la producción o los servicios, algunas empresas necesitarán contratar más empleados, es decir, aumenta los costes laborales a través de la contratación y la capacitación de nuevos trabajadores. Si los clientes resienten esta adaptación, les pone a su vez en una situación de poder cumplir sus objetivos de ingresos, beneficios y rentabilidad. Recordemos, los que tienen que contribuir para pagar la fiesta.
Recomendado por LinkedIn
Dificultades en la programación y la gestión de turnos:
La reducción de las horas de trabajo complica la programación de turnos, la cobertura de horas punta de trabajo, especialmente en empresas que operan las 24 horas del día o que dependen de un horario continuo de producción o servicios. Lo que ocurre es que se legisla al nuevo estilo COVID, de aquí hasta aquí sin saber por qué ni conocer a los especialistas de la ocurrencia.
Mayor complejidad en la gestión del tiempo y las tareas:
Las empresas encuentran más complejidades, e incluso incongruencias, en la gestión de sus estrategias, planificaciones y proyectos debido a la reducción del tiempo de trabajo. Puede requerir una reorganización agridulce para toda la organización, y una mayor supervisión para asegurarse de que los objetivos se cumplan.
Impacto en la competitividad:
En mercados altamente competitivos, el aumento de los costes laborales sin una mejora significativa en la productividad afecta la competitividad de la empresa. Esto nos lleva a una pérdida de cuota de mercado o a una disminución de los márgenes de ganancia.
Posible desacuerdo o insatisfacción de los empleados:
A pesar de la reducción de las horas de trabajo, algunos empleados pueden sentirse insatisfechos si perciben que sus ingresos se ven comprometidos o si se ven obligados a asumir una carga de trabajo mayor en menos tiempo.
Aumento de los costes de administración:
Implica la revisión de contratos, la adaptación de políticas de RRHH y la implementación de nuevos sistemas de programación y organización de turnos y equipos. Aumenta los costos de administración. Además perjudica ese concepto tan perseguido por el mismo perro con distinto collar que habla de: la relación positiva entre empleado y empresario.
Impacto en el flujo de caja:
A medida que aumentan los costos laborales, las empresas se enfrentan a desafíos en su flujo de caja, especialmente si no pueden aumentar los precios de sus productos o servicios de manera significativa.
Director de Área en DEKRA HR Solutions
1 añoExcelente artículo Félix. Me ha encantado. La Yoli con sus ideas chulísimas hundiría cualquier empresa en 1 mes. No se puede dirigir el Ministerio de trabajo de manera ideológica y contraria a la realidad laboral y económica de las empresas.
Economista y Profesor de Ciclos Formativos
1 añoSi, Félix, es exactamente como dices. Que, además, no es una maldición divina que España sea un país de pymes: trabas burocráticas, económicas, sindicales.. La economía del país pide a voces un cambio radical. Y no solo la economía... Un cordial saludo