¿Dónde radica la diferencia? Parte I

¿Dónde radica la diferencia? Parte I

Seguro que mis clientes me han escuchado decir esto, unas 10.234 veces: Tú y sólo tú, puedes marcar la diferencia.
El truco es simple: "Sólo" debes tener conciencia REAL de ello, saber cómo interiorizarlo para, basándonos en esos pensamientos positivos, empezar a actuar, de manera efectiva y productiva.
Esto es LO MÁS DIFÍCIL DEL MUNDO. De hecho, es tan difícil, que poca gente lo aplica con éxito en su vida. Y es tan difícil, porque la gente no quiere parar siquiera a pensar en ello, ya que no nos da la santa gana de cambiar.

¿Os acordáis del anuncio ficticio de "Detergente Gabriel", de Martes y Trece? La señora no quería cambiar su detergente de toda la vida, por mucho que le dijera el presentador que era mejor, más barato, y que, además, era el mismo… La señora no quería. Y punto.
Aplicado a nosotros mismos: si no quiero ponerme a leer algo importante para mi formación/empresa, cuando llego a casa cansado de “trabajar”, porque mi día ha sido un continuo impulso, lleno de mil peleas, fuegos, donde no he parado a pensar por qué se hacen las cosas como se hacen, estoy en mi pleno derecho. Eso sí, luego no podemos culpar a otros de la vida sedentaria y anodina, llena de montañas rusas de fuegos y desastres varios, rutinas obsoletas y un montón de elementos de no felicidad, por ejemplo.
Si uno no quiere cambiar ciertos hábitos, de hacer X cosas, porque implica mucho esfuerzo físico y mental, análisis y más análisis, y donde las labores clave  como la comunicación y la medición (donde no somos unos hachas) son abandonadas y olvidadas, entonces tampoco se puede quejar uno cuando las cosas se sigan haciendo igual, y la competencia te robe los clientes (o ellos se vayan, cuando no se les atienda de manera "premium").
Todo empieza y termina en uno mismo. Desde las ganas de hacer cosas diferentes, a tener mucha motivación desde dentro, a coger el toro por los cuernos y potenciar la confianza, a cómo explotar la autoestima para tener los bemoles bien puestos y pasar a la acción, etc. TODO.
Vale. Compro la idea. Si yo quiero, hago todo lo que, realmente, deseo. Es así, ¿verdad?  Si eso es así, ¿puedo hacerlo todo todo?, ¿existen límites? ¿implica hacer una cosa renunciar a muchas otras?
Vamos por partes. Todo lo que estoy escribiendo no significa que ahora me paro, y pienso “Quiero una idea de 10 millones de dólares”, y en 15 días me tiene que salir. O que pienso “Voy a casarme con una súper modelo”, y que, cuando llevas 3 meses sin haber conocido a ninguna, te sientas molesto. Es un “sí y no”. Todo cambio es un proceso largo, continuo y constante, de fomento propio, de análisis interior, de amor y comprensión. El principal objetivo es encontrar lo que realmente quieres (lo que de verdad deseas), y empezar a planificar tu vida adecuadamente, para poner todas las bases, fuertes y rígidas, que nos den el apoyo para llegar a TODO eso. El problema no es si se puede llegar a todo. El problema es que no nos planteamos nada real, más allá del simple “castillo en el aire”: Cómo me gustaría ser actor, para vivir esa vida glamurosa y viajar y hacer películas… mientras estamos sentados en nuestra mesa 17 horas al día.
Claro que se puede llegar a todo. Sólo necesitamos encontrar el camino. Y para encontrarlo, hay que querer encontrarlo.

En los foros donde se habla de liderazgo, siempre sale a colación el tema de la auto gestión: Si uno se organiza la cabeza como debe ser, y tiene la capacidad y las ganas, puede llegar muy lejos. Es decir, estos foros hablan de las miles de capacidades que podemos tener y potenciar, en cómo debemos usarlas, etc., para concluir que cualquiera puede tener éxito y triunfar, si cree y sigue los pasos adecuados. Eso es en parte verdad. Para mí, no todo es eso de “Saca toda tu rabia y tu raza, y, con el mapa adecuado, vas a triunfar como la Coca Cola”.
¿Por qué digo que es en parte verdad? Porque creo que no sólo debemos sacar la rabia, tener la planificación adecuada, y saber dónde ir. Creo que hay más cosas, dentro de la cabeza, que nos hacen dar unos pasos extra, o unos movimientos más adecuados, o una capacidad de convencimiento más pulida. Piensa, por ejemplo, en una carrera de las largas. Me imagino que, de los 300 corredores, al menos 30/40 tendrán la ambición de ganar, las herramientas mejores y más adaptadas, la cabeza en su sitio, el entrenamiento adecuado, las ganas de sufrir, la hidratación correcta, los músculos a tope, etc. Son 30/40 atletas, con un preparación mejor o peor, con un bagaje más o menos adecuado, y unas herramientas adecuadas a usar. Lo tienen todo para triunfar, pero, al final, sólo llegarán 3 ó 4 con opciones. Y de esos, sólo uno ganará. Nada más. Ese habrá sido diferente. Habrá sido mejor. Puede haber una diferencia de 4 centésimas, o menos. Pero él habrá ganado. Se lleva las flores y la chica. Nadie se acuerda del que ha quedado 2º.
Ahí radica la diferencia. De todos los capaces para ganar, habrá un 10% que lo haga mejor: Bien por tener mejor cabeza, o por haberse preparado mejor, o por tener una motivación extra. Eso es lo que debemos encontrar: Ese “algo”, que nos dé el punto perfecto de acción, para triunfar en todo lo que queramos: Profesión, amoríos, deportes, retos personales, objetivos comerciales, mejorar el equipo, etc.
Esto significa, aplicado en nuestro día a día, que podemos correr en todas las carreras que hay, y que, además, podemos quedar entre los 50 mejores. Eso ya es más que el 90% de la población mundial. Para muchos, un exitazo. Esta es la capacidad que tenemos. Sabiendo esto, hay que salir a por esas oportunidades. Y una vez ahí, nada te puede parar: Estás ahí plantado, con frío, miedo, ganas de vomitar, a punto de salir. El sacrificio ya está hecho, ya estás en tu momento. Y sales cuando oyes la señal, y lo haces a tope, con toda tu entrega y pasión. Sois muchos y todos muy buenos. Unos caerán por el tema físico. Otros por el tema barrera mental. Otros porque no están apasionados con esto, y lo hacen por inercia. Otros por desmotivación. Muchos otros pelearán a muerte y seguirán, aunque se estén muriendo de dolor. El tema es que, estar ahí, para muchos, ya es un éxito y se puedan llegar a conformar con eso. Puedes ganar o perder. Pero dependerá de ti, ya que tu cabeza es el competidor principal a batir.
El conseguir ser “el 1º” (con todo lo que ello puede significar), requiere tener una cabeza muy bien puesta, y además, “sufrir “mucho, realizando un sobre esfuerzo, con mucho sacrificio, auto gestión y liderazgo.
¿Te gusta ser el número 1º?      ¿Lo eres?         ¿Por qué?  ¿Qué necesitas?

Juan Carlos Arévalo

Client Partner Lead at Iberian Media (Creative Production & Postproduction)

5 años

Muy Atinado Antonio, imagina esto en un macro pensamiento,equipos motivados trabajando dentro del 10% que lo hace mejor.

Carlos Pinto Acha

Mantenimiento Iberdrola Castejón

8 años

Talento es la inteligencia puesta en marcha, esa pisca de magia que hace mover todas las capacidades y se convierte en tu diferenciador y generador. Cuando existe y toca a otros receptivos, una organización debe percatarse de ello y aprovechar la oportunidad para dar un salto.

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