Dar Contenido Gratis es como un Striptease

La cuarentena disparó un boom de contenido y esto parece un striptease de información.

Gente que antes no generaba hoy en día tiene frecuencia diaria de publicación (mi caso). 

La controversia de todo creador de contenido es: ¿Qué doy gratis? ¿Qué cobro?

El receptor de contenido también tiene sus controversias

¿Atiendo a un famoso? ¿o le doy oportunidad a alguien común-y-corriente? 

Sí a ese al que es cómo tu, de carne y hueso, que está en el proceso y marcha a pasos agigantados.

La atención es un recurso escaso y por el eso el productor de contenido debe ser lo más genuino posible. Así es probable que pausen netflix y se concentre en vos (serás el nuevo streaming de conocimiento para muchos). ¡Hermosa profesía!

Vengo aprendiendo de los grandes y en la cuarentena los tengo de cerca. Ya no están tan ocupados como en la era pre-coronavirus (de excesiva presencialidad). ¿Y qué he notado en ellos? que Dan mucho contenido gratis, DE VALOR, y lo que cobran es una profundización, un refuerzo, un acompañamiento, un “further more”.

¿Pero cómo voy a dar gratis lo que tanto me ha costado aprender?

“Porque me quemé las pestañas y mis compradores deben pagar los platos rotos”, Heyyy espera ¡no es tan así!

Cálmate, primero tomate un pastilla para bajar los nervios. Y sí, tienes toooooodo el derecho a lucrar, pero no te mandes al lado contrario. Es extremista.

“¿Cuál es ese lado opuesto?”

El del egoísmo, el de “no muevo un dedo si no hay $ de por medio”. En ese planteamiento no hay aroma de servicio o de amor por lo que se hace.

Los referentes me dieron la pista

Ellos hacen un “striptease” de su contenido, muestran algo, dejan ver mucho, se “desnudan” por los canales actuales, y no las de vergüenza ni miedo a no ser contratados luego. Simplemente saltan al vacío y fabrican el avión en el aire.

¿Quienes son ellos? Leo Piccioli, Luis Ramos, Ana Romero, Max Goldenberg, Javier Wolcoff, Judy Carter, Jonatan Loidi, Brooklyn Dicent, Eduardo Kastika, entre otros que se lanzaron al precipicio sin contraprestaciones. 

¿Qué se factura luego si ya diste todo gratis?

La profundización, el acompañamiento. Las “ganas de más” son monetizables. El “acostarse” con la idea para una ejemplar ejecución. Además que la gente ya fue favorecida (por tu disposición a hacerlo gratis), querrá amplificar el beneficio que está recibiendo. Y para rematar, el consumidor de contenido sabe que tu necesitas recursos para sobrevivir, para que tu canal siga generando valor, para compres una pizza los sábados, para rifar acceso gratis al que no puede pagar por ello; y eso estimula a cualquiera, inclusivo al más mezquino. 

Desnuden contenido, poco a poco, empiecen mostrando solo el codo o los bíceps, luego que se les note el alma, el espíritu servicial y eso provoque a una comunidad, que levanta la mano para acceder a tu mundo, y no salir. 

¡Todos saldrán beneficiados! ¡Todos somos uno!