Datos impactantes para transformar el juego para las mujeres en el mundo laboral

Datos impactantes para transformar el juego para las mujeres en el mundo laboral

Invertir en las mujeres impulsa un futuro en el que todos los miembros de la sociedad podemos prosperar, creando un mundo de oportunidades ilimitadas y empoderamiento para todos. 

Las mujeres siguen teniendo menos probabilidades que los hombres de participar en el mercado laboral en todo el mundo: La tasa de participación de las mujeres en la fuerza laboral mundial sigue siendo baja, del 48,5%; 26,5 puntos porcentuales por debajo de la de los hombres.

Para abordar estos desafíos y promover una mayor participación de las mujeres en la fuerza laboral, es fundamental implementar políticas y programas que fomenten la igualdad de oportunidades. Esto puede incluir iniciativas de capacitación y desarrollo profesional específicas para mujeres, así como políticas de licencia parental equitativas que promuevan una distribución más equilibrada de las responsabilidades familiares y/o promover la representatividad en procesos de selección equitativos.

Las mujeres tienen más probabilidades de estar desempleadas que los hombres: Las tasas mundiales de desempleo para hombres alcanzan el 5,5% y las de  mujeres se situaron en el 6,2%. 

¿Quieres ayudar a reducir las disparidades en las tasas de desempleo entre hombres y mujeres? Se pueden implementar medidas dirigidas a eliminar sesgos de género en los procesos de contratación y promoción, así como programas de mentoría y apoyo para mujeres que buscan ingresar o reincorporarse al mercado laboral, por ejemplo después de haber sido madres.

A nivel mundial, las mujeres continúan ganando menos que los hombres: Se estima que la brecha salarial de género es del 23%. Esto significa que las mujeres ganan el 77% de lo que ganan los hombres.

Para cerrar la brecha salarial de género, es necesario adoptar medidas tanto a nivel gubernamental como empresarial. Esto puede incluir la implementación y aplicación efectiva de leyes y regulaciones que garanticen la igualdad salarial por trabajo de igual valor, así como la promoción de una cultura organizacional que valore y recompense el trabajo de las mujeres en igual medida que el de los hombres.

Sin el trabajo conjunto de gobierno, sociedad y empresa, nunca vamos a llegar a disminuir la brecha salarial.

Las mujeres soportan una responsabilidad desproporcionada por el trabajo doméstico y de cuidado no remunerado: Las mujeres tienden a dedicar alrededor de 2,5 veces más tiempo que los hombres al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado.


Para abordar la desproporcionada carga de trabajo doméstico y de cuidado no remunerado que recae sobre las mujeres, es fundamental promover la corresponsabilidad en el hogar y en el cuidado de los hijos y familiares. Esto puede lograrse a través de campañas de sensibilización, políticas de licencia parental equitativas y la promoción de servicios de cuidado infantil asequibles y accesibles.

Las mujeres tienen menos probabilidades que los hombres de tener acceso a instituciones financieras o tener una cuenta bancaria: Mientras que el 65% de los hombres afirma tener una cuenta en una institución financiera formal, sólo el 58% de las mujeres la tiene en todo el mundo. 

Para mejorar la inclusión financiera de las mujeres, es necesario eliminar las barreras que limitan su acceso a servicios financieros formales. Esto puede implicar el desarrollo de productos financieros adaptados a las necesidades y realidades de las mujeres, así como iniciativas para promover la educación financiera y la alfabetización digital entre las mujeres.

Las mujeres continúan sin poder alcanzar los puestos de liderazgo más altos: Sólo el 10% de los directores ejecutivos de Fortune 500 son mujeres.

Para aumentar la representación de las mujeres en roles de liderazgo, es esencial adoptar medidas para abordar los sesgos de género en los procesos de selección y promoción, así como promover la diversidad y la inclusión en todos los niveles de la organización. Esto puede incluir la implementación de políticas de cuotas, programas de desarrollo de liderazgo para mujeres y la creación de entornos laborales inclusivos y equitativos.

Cuando más mujeres trabajan, las economías crecen.  El empoderamiento económico de las mujeres aumenta la diversificación económica y la igualdad de ingresos, además de otros resultados positivos de desarrollo. Por ejemplo, aumentar las tasas de empleo femenino en los países de la OCDE para igualarlas a las de Suecia podría aumentar el PIB en más de 6 billones de dólares, sin embargo, este crecimiento no conduce automáticamente a una reducción de la desigualdad de género. Por el contrario, se estima que las brechas de género le cuestan a la economía alrededor del 15% del PIB.

Por estas y mil razones más es tan importante invertir en las mujeres y generar equidad en todos los ámbitos de la sociedad.

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