David contra Goliat

En el mundo de las finanzas, la economía y más concretamente el de las viviendas, suelen campar a sus anchas los grandes terratenientes disfrazados de entidades bancarias y en el lado opuesto los campesinos, disfrazados estos de familias humildes y sencillas. Hablamos sin lugar a dudas de la eterna lucha de pequeñas y desvalidas personas contra gigantes, el David contra Goliat.

Mediante herramientas legales los bancos pueden darnos la llave de nuestra casa o más bien de nuestra jaula dorada, puesto que con suerte si va bien la cosa, vamos a tener que pagarla durante 30, 40, 50 años y quien sabe si la seguirán pagando nuestros hijos durante otro gran número de años.

El nuevo panorama y situación actual tras la pandemia deja un escenario un tanto desolador. Familias enteras que han perdido sus trabajos y sus salarios, hijos con familias formadas que tienen que regresar a casa de sus padres y familias que tienen que abandonar sus viviendas tras un embargo, con la correspondiente obligación y mochila disfrazada de deuda para el resto de sus días.

Quizás tus ingresos o los de tu pareja ya no sean los mismos, no cuentes con la ayuda de tu padre o de terceras personas para hacer frente a tu hipoteca. Quizá tu casa valga la mitad de lo que te costó debido a la burbuja inmobiliaria y al concepto que "nos han vendido" de que siempre es mejor comprar que alquilar.

Aunque tú como "propietario" de tu cárcel en forma de vivienda no puedas en un momento hacer frente a tus obligaciones por diversas situaciones. Los bancos siguen recordándote y reclamándote, que tienes la obligación de seguir pagando, ante la pseudo amenaza de una carta peor, que sería esta la del embargo de tu/su propiedad.

Curiosamente, como simple mortal, piensas que te has dejado la piel, gran parte de tu vida, la mayor parte de tu economía, pero todavía necesitan sacarte más sangre en modo papel moneda. Si has salido ganador o vencedor en la compra de tú o de tus viviendas y propiedades, te felicito porque has podido y sabido manejar y mover bien tu economía.

Sin embargo, si te consideras una persona de a pie, que simplemente has vivido conforme a tu situación económica/familiar y sientes que has salido perdedor en la batalla. Debido a diferentes "cláusulas abusivas" como la suelo, gastos hipotecarios indebidos, gastos de notaria, tipos de intereses abusivos o elevados tales como Euríbor frente IRPH, subrogación hipotecaria, fechas de entrega y un sinfín más. Debes conocer que puedes y tienes derecho a reclamar.

Una cláusula abusiva es aquella estipulación contractual en la que falta el requisito esencial de la buena fe y cuyo articulado provoca un desequilibrio en los derechos y obligaciones de las partes contratantes, en perjuicio de los consumidores o usuarios.

Aunque te veas como una simple gota de agua en el océano o un granito de arena en el desierto. Puedes defender tus derechos ante los bancos y por medio de los tribunales, a través de unos abogados cercanos, que están especializados en temas penales, legales y de vivienda.

Como ejemplo o testimonio directo, he de decir que a mí ya me han ayudado en el proceso, pero tú también te puedes beneficiar de estos servicios. Son profesionales legales, los cuales adaptan el vocablo más técnico o legislativo al común de los mortales. De entera confianza, cercanos a las familias y grandes conocedores de los derechos de los consumidores y propietarios.

Si sientes que necesitas un pequeño o gran apoyo legal para defender, demandar, pelear o simplemente revisar tu situación hipotecaria, cédeme el testigo y con total transparencia, te conectaré en forma directa con estos grandes profesionales del ámbito del derecho, para que puedas beneficiarte al igual que yo de su asesoramiento. Los mismos gestionarán tu caso de manera honesta, directa, legal y ajustada a la nueva situación económica y social que estamos padeciendo.

Recuerda que un pequeño grano de arena con el asesoramiento adecuado, puede convertirse en un gran vergel u oasis en ese árido y tortuoso desierto bancario/hipotecario. Si te has sentido dañado, damnificado o simplemente ninguneado, este es tu momento y esta es tu oportunidad para mover ficha y salir victorioso de esa injusta e incómoda situación económico/hipotecaria.