De barcos y océanos
Ayer me tome un taxi. El chofer era un hombre de alrededor de 70 años de edad. Tranquilo, escuchaba el tango “Volver” y otros... del espejo retrovisor tenía colgando un rosario (su fe y creencia), el nombre de sus nietos escrito en el espejo (su amor y mejor regalo de la vida, según me cuenta), y el banderín de su club de fútbol (su pasión de toda la vida). Autónomo, trabaja cuando quiere, pero es muy disciplinado y sistemático.
Schopenhauer decía algo así como que el hombre es una persona que fuma plácidamente su pipa, sentado en una silla dentro de un barco que él construyó, que navega en un mar entormentado, y que no tiene límite.
Este taxista construyó su barco y transita por la vida, ese océano imprevisible, en ese barco donde se siente protegido y desde donde le da sentido al caos.
¿Cual es tu barco?
Consultor de más de 25 años de experiencia con especial orientación a Estructura, Talento, Cambio Cultural y Gestión del Desempeño // Integrante de la CD de ADRHA // ONA Consultant (Cognitive Talent Solutions)
2 añosExcelente Nestor Vazquez, el contexto cada vez es más adverso y todos necesitamos anclar en nuestras certezas, al menos aquellas que nos permitan ver la luz al final del túnel. Yo me siento seguro en mi casa, con mi familia, y en mi oficina rodeado de libros. Tener un libro para leer en el subte me da seguridad. El problema es que las certezas son menos verdades y cada vez más hipótesis de trabajo absolutamente precarias en su estabilidad.
Content Director at Universidad Siglo 21 | MBA
5 añosMe encantó Vázquez! Saludos de un compañero de embarcación.