De ejemplo a seguir a ser el centro de la polémica.
Nadie puede negar que Javier Hernández pasará a la historia del futbol mexicano como uno de los jugadores más importantes. Su trayectoria por equipos de jerarquía y en la misma selección nacional donde es el máximo anotador, le han abierto un capítulo especial.
Desde su irrupción en la liga mexicana por allá del 2010, el famoso "chicharito" llamó la atención, primero por sus goles, luego por su carisma y al final por una personalidad siempre atenta y agradable a quienes se acercaban a él. Esto sin duda, le abrió las puertas de un gigante de Europa como el Manchester United donde comenzó la consolidación de una carrera que deslumbró a propios y extraños.
Es cierto que Javier se convirtió en el ejemplo de muchos jóvenes mexicanos que siguieron sus pasos dentro del futbol y más aun en el viejo continente; la mentalidad a prueba de todo, pero principalmente la perseverancia encumbraron una carrera fulgurante.
Tanto éxito convirtió a Javier en uno de los referentes de la selección nacional, donde entonces cambió todo. El ídolo se volvió huraño, hosco, cambió el trato con la prensa (con los aficionados generalmente siempre mantuvo su buena actitud), comenzó a justificar sus malos momentos en el campo y a encontrar culpables en terceras personas que nada tenían que ver con su rendimiento que fue decreciendo.
De aquel muchacho que impresionó con la camiseta del Manchester United y que logró trece anotaciones en su primera liga, poco queda al actual jugador que solo ha podido marcar siete veces en el último campeonato con el West Ham, equipo que en teoría lo tenía contemplado como el goleador titular, pero que ni siquiera fue capaz de ganarse un puesto como indiscutible.
Mucho ha hecho Javier en su carrera y siempre se le va a reconocer, pero hay un punto donde ya se perdió y en donde actualmente se encuentra y esta versión del chicharito es la menos convincente de todas. Ahora el goleador habla de más, parece que le ponen un micrófono para "retar" a los demás y ensalzarse él mismo, confronta a los propios aficionados en las redes sociales y constantemente esta metido en polémicas que resultan innecesarias para él y su carrera.
Es cierto que en México no sobran los goles, es cierto que ante la crisis de delanteros, uno como Javier Hernández, vendría de maravilla, pero si algo necesita la selección mexicana y Gerardo Martino, es un goleador concentrado en la portería rival, con el objetivo en el terreno de juego, que sepa asumir su liderazgo e influencia en un grupo que poco a poco comienza a renovarse y no a un jugador enojado y constantemente a la defensiva. Si esta última va a ser la actitud de Javier, como se ha mostrado en sus más recientes apariciones, entonces agradezcamos que no forme más parte de la selección, porque definitivamente así no aporta demasiado.
Mientras, que la pelota siga rodando.