¿De verdad crees que la ciberdelincuencia no te afecta?
España es el tercer país del mundo, solo por detrás de Japón y Turquía, en el que más ciberataques se producen. Sin embargo, en España no percibimos esto como un peligro y de hecho, muchos de estos ataques ni se denuncian. Es un error, de la misma manera que lo es no protegerte contra estos delitos.
A nadie nos cabe en la cabeza no cerrar la puerta de nuestra casa cuando nos vamos, o la puerta de nuestro local u oficina al cerrar. Nadie queremos que nos roben.
Entonces... ¿por qué dejamos las puertas de nuestras empresas y nuestro dinero “abiertas de par en par” para los delincuentes que operan por la red? Primero debemos entender que desde el inicio de la pandemia en España la mayoría de las empresas se han digitalizado a marchas forzadas, lo que siempre deja vacíos de seguridad. El hecho de que nuestros empleados trabajen en remoto, utilizando internet, hace que los datos de nuestras empresas sean más vulnerables. Es cierto que este problema puede minimizarse con una transición digital organizada e invirtiendo en seguridad informática, pero hay que tener en cuenta que la mayoría del tejido empresarial del país está formado por pymes que no pueden permitirse contratar expertos en ciberseguridad.
En la mayoría de los casos, los ataques y estafas en internet en nuestro país son “de baja intensidad”; es decir, pequeños fraudes que en muchos casos no superan los 400 euros y que muchas personas no denuncian. Cosa que hay que hacer siempre, por pequeña que sea la cantidad defraudada, porque si no hay denuncia no hay delito.
Sin embargo, se producen ataques a empresas mucho más peligrosos. A los que todas las empresas, por pequeñas que sean, están expuestas. Por ejemplo, hay un caso real en el que un pequeño empresario recibió un correo electrónico con una factura de un proveedor habitual, en el que no detectó nada raro salvo que el número de cuenta que aparecía era distinto. El empresario pagó la factura, que era de muchos miles de euros, con total tranquilidad.
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En realidad no había transferido el dinero a su proveedor, sino a una banda de delincuentes que se había hecho pasar por su proveedor. Mismo correo electrónico, logotipo, factura exacta… ¿Cómo había sido posible? Su proveedor, o él mismo, habían sido víctimas de un ataque informático con el que habían podido conseguir toda la información necesaria para ejecutar la estafa con facilidad.
Así de sencillo es para los delincuentes, cada vez más sofisticados, y así de peligroso para las víctimas. Y estamos hablando de una pequeña empresa, porque ninguna está a salvo de estos ataques. Porque puede que creas estar seguro de que los datos que manejas no son atractivos para los ladrones (el secuestro de datos es un ataque habitual) pero, en realidad, todos son susceptibles de ser utilizados para robarte.
Contratar un sistema de ciberseguridad puede ser desproporcionado para la mayoría de las empresas, además de un coste inasumible. Y por eso, en LISA Seguros hemos desarrollado nuestro ciberseguro en colaboración con Hiscox . Una solución práctica para asegurar los riesgos de tu negocio, tenga el tamaño que tenga. Un seguro completo y a tu medida, en el que solo pagas por lo que necesitas.
De esta manera, aunque no puedas evitar sufrir un ciberataque, sus consecuencias quedarán cubiertas por el seguro.