¿De verdad tienes que superar la pereza de usar LinkedIn?

Ayer Héctor Labarta Brustenga hablaba en un post de la pereza de gestionar esta red social y los resultados que obtienes si te impones a ella. Te recomiendo que lo leas entero y le des al menos un Like, porque es súper buena reflexión y te dará un extra de motivación para gestionar tu LinkedIn. Y síguelo, porque siempre publica reflexiones y contenido interesante.

Sin embargo, quiero plantearte la otra perspectiva. Me pongo por un momento en el otro extremo: ¿De verdad LinkedIn debería ser una "obligación" para ti, como ir al gimnasio, si no eres Community Manager, o cuánto debería serlo?

Veamos, LinkedIn es una red social, en principio de temas profesionales, aunque creo que cada vez menos (eso para otro post). Como red social y tomando el espíritu de estas, entras en ella para informarte, alegrarte u ofenderte con alguna noticia, cotillear sobre lo que hacen los demás y compartir un poco de postureo. Normalmente te engancharías y te saldría natural comentar y publicar. Así es sobre todo en Instagram y TikTok. Quizá también YouTube

Ahora bien, también es una herramienta para desarrollar tu marca personal, para hacer contactos, conseguir clientes y atraer candidatos.

Analicemos esto más de cerca. ¿Si no vendes ni seleccionas, cuánto tiempo estás dispuesta o dispuesto a invertir para desarrollar tu marca personal y lo más importante, para qué? Sólo los que realmente necesitan y viven de su marca personal se pueden permitir la planificación e inversión de tiempo para publicar y comentar en LinkedIn suficientemente para generar algún impacto y habría que ver para qué sirve esa inercia y atención que consiguen. Y los contactos que hagas, si no eres de los anteriores, no te sirven de nada. Tienes varios miles de desconocidos a quienes no te sirve tener en tu red para solicitar empleo en su empresa, ya que te van a ignorar o decirte que eso es de RRHH, ni te aporta nada que te enseñen cómo teletrabajan ni que compartan una foto con su perro.

En definitiva, si eres del montón que sólo hace su trabajo, no te agobies por la ansiedad de pensar que deberías pasar más tiempo en LinkedIn y publicar o comentar regularmente. No adoptes un perro para poder subir tú también fotos, aunque sí, te recomiendo que adoptes un perro. Repito: no lo compres, adóptalo.

Planifica cuándo y cuánto tiempo quieres navegar por LinkedIn. Quizá media hora o 15 minutos en el metro o el bus, o quizá no todos los días, lo que sea. Y quítate presiones, escribe lo que quieras de tu trabajo, sé espontáneo, no mires el número de reacciones, publica porque te apetece y comenta, comparte y recomienda las publicaciones de otras personas porque quieres pasar así ese rato, porque realmente los conoces y te alegras o te ha ayudado a reflexionar. No tienes por qué copiar el estilo ni hablar de lo mismo que los demás ni tomártelo como una obligación profesional más fuera del trabajo.

Si te da pereza, desconecta de LinkedIn un día o varios, nadie lo notará. Lo siento, es así.

Cada vez que conectas con alguien, se añade directamente a las personas que sigues. Si vas viendo cosas que te aburren o no te aportan, considera dejar de seguir a esa persona. No pasa nada, tampoco tienes que quitarla de tus contactos, pero puedes mejorar la calidad de tu feed de noticias siendo más selectivo con las personas y empresas que sigues para que sea más interesante cuando entras a consultarlo.

Así, quizá mejores tu experiencia de LinkedIn y te dé menos pereza usarlo para que puedas darle de verdad el uso que necesitas y decidir en qué inviertes el tiempo. Porque si no haces cosas fuera de LinkedIn, ¿qué vas a poder compartir con tu red?