Decide lo que quieres (lo que quieres TÚ)

Nos pesan mucho nuestras expectativas.

Tenemos una idea de cómo va a ser la semana (o nuestro día, o nuestra tarde) y nos montamos nuestra película en la cabeza. 

Y claro, luego pasa algo que nos la trastoca y eso nos afecta…

Pues eso es justo lo que me pasó este invierno a finales de enero.

Ese día celebramos el cumple de mi hija Casilda (cumplía 12 primaveras la princesa) y de otras 2 amiguitas suyas del cole. 

Fue en un sitio de estos de colchonetas, trampolines y piscinas de ladrillos de gomaespuma. 

En total fueron 23 preadolescentes haciendo el gamberro. ¡23 preadolescentes!

Y mi pitufita, nada más llegar, hizo su intervención estelar.

Dio un salto triunfal desde el trampolín a la piscina de ladrillos de gomaespuma y cayó con el pie mal… 

Esguince al canto en el tobillo

En caliente no se dio tanta cuenta y pudo sobrellevar el cumple. De hecho, la niña no me avisó hasta casi el final del jolgorio. 

Le dije que tuviera cuidadito y me cuenta después de terminar que siguió saltando la muy animal cuando yo no miraba…

El caso es que cuando nos íbamos empezamos a ver que había secuelas…

La pobre iba cojeando como si tuviera una patita de palo. 

Y el sábado tocó visita a Urgencias

La semana siguiente en casa fue todo un cuchi plan, te lo puedes imaginar:

Pomadita en el pie varias veces al día. 

Tobillera para arriba y para abajo.  

Hielo a ratitos.  

Muletas, con sus consiguientes ampollas en las manos y agujetas en los brazos.  

Llevar a las niñas en coche al cole (aunque realmente está muy cerquita) y parar en el carril bus en plena hora punta con los coches y autobuses pitándote como si estuvieras cometiendo el mayor de los sacrilegios...

Recogerla por la tarde en las mismas condiciones…

Recuerdo que el momento "entrega de los pajaritos en el nido”, a primera hora de la mañana, con las prisas, los pitidos, el momento estrés de dejar el coche y volver corriendo haciendo el gesto de pedir disculpas a todos los que te miraban con cara de cuerno… se me hizo muy cuesta arriba.

Y me recordó cómo iba yo por la vida hace unos años.

Me hizo sentir ese acelerón irracional, esas prisas innecesarias, esa sensación de ir con retraso no se sabe muy bien a qué o a dónde… 

Por un momento me vi de nuevo entrando en esa misma dinámica.

Pero lo bueno es que me di cuenta y pude parar, reflexionar, y volver a mi sistema y mi modo anticaos. 

Parece mentira lo importante que es pararse y retomar el movimiento con una dinámica diferente. 

Ma parece tan importante esto de parar y ver hacia dónde quieres ir que es el primero de los pilares de mi sistema anticaos. 

El primero de todos. Super potente, por cierto.

Comparto varias herramientas con las que conseguir que uno tenga claro hacia dónde quiere ir. 

Puede parecer una chorrada pero es super importante. Y no siempre lo tenemos claro. ¡Para nada! 

Una persona con la que estuve trabajando hace unos meses quería saltarse este paso porque se sentía muy agobiada. Decía que no tenía tiempo y quería irse directamente “a la chicha”. 

Y lo gracioso es que al acabar el programa me dijo que lo que más le había aportado de todo lo que trabajó fue precisamente esto. 

Decidió que una de esas técnicas que había aprendido la iba a repetir todos los meses para asegurarse de que se mantenía en el camino. 

Y es que asegurarte de que sabes hacia dónde vas es importante.

Además es importante que ese hacia dónde vas sea eso que tú quieres (no eso que tú estás pensando que los demás esperan que hagas).  

Parece fácil, y no es que sea difícil, aunque tiene sus cositas...

Pero realmente te cambia la perspectiva con la que llevas el día.

Así que, no me voy a cansar de recordarte que, si te sientes agobiado y con prisas, hagas esto aunque te suene contraintuitivo.  

¡PARA! Para y piensa hacia dónde quieres ir (TÚ).

En lo profesional y en lo personal. No solo en el trabajo.

Porque somos una persona y lo que pasa en un ámbito repercute en el otro.

Tan solo hacer esto te dará muchísima claridad para ver hacia dónde avanzar y descartar aquello que no te aporta.

Y es algo que puedes hacer tú perfectamente. 

Eso sí, si quieres una guía con un paso a paso (no solamente para saber hacia dónde quieres ir sino un paso a paso con el que dirigirte hacia ese sitio que quieres), tengo un sistema anticaos.

Lo creé cuando dirigía proyectos en Banca. 

Y lo fui perfeccionando poco a poco con todo lo aprendido. Conmigo y con mis clientes.

Ahora lo comparto, muy masticado. Para que lo puedas poner en marcha de forma muy sencilla.

Es tan fácil que hasta un niño de Primaria podría hacerlo.

Evidentemente esto es lo importante: hacerlo.

Sé que te parece evidente, pero por algo lo digo... ¡Si yo te contara!

Te comparto aquí el sistema anticaos.

Eso sí, te quiero avisar de que a aquellos que entran en mi lista de correo, como regalo de bienvenida, se lo ofrezco en mucho mejores condiciones durante unos días.

A mi lista de correo se entra aquí. 

PD: ¡Qué bueno que pasó! Esas semanas con muletas gloriosas. Ya casi ni lo recuerdo, menos mal jajaja 

Soy Sol Romero, Coach Anti-Caos y Coach de Marca Profesional.

Del caos al orden para vivir tu vida y disfrutarla

A través de mi programa Tu Vida en Orden o mi proceso de coaching Faro profesional.