Definiendo el pensamiento lateral
Pensamiento lateral aplicado a la representación cartográfica del mundo. ¿Por qué está siempre el Norte arriba?

Definiendo el pensamiento lateral

El pensamiento vertical se ocupa de probar y desarrollar patrones conceptuales, el pensamiento lateral los reestructura y provoca la aparición de otros nuevos. Para hacer el mejor uso posible de la información necesitamos ambos pensamientos, porque son complementarios (p. 9-13).

La cultura se preocupa por establecer ideas, la educación por transmitir estas ideas establecidas, y lo hace asumiendo que recolectando cada vez más información esta se ordenará por sí sola para convertirse en ideas útiles. No obstante, cuando el pensamiento se enfrenta a nueva información tiene que luchar contra los viejos patrones.

El pensamiento lateral es el proceso de usar información para producir creatividad y reestructurar intuiciones, y se trata de una habilidad que se puede aprender, practicar y usar, a diferencia de la creatividad, la intuición y el humor (todos ellos necesarios pero difíciles de provocar de forma deliberada).

Solución de problemas

Resolver problemas es mirar hacia delante, porque hay un punto final que queremos alcanzar, aunque ese algo puede tomar distinta forma (p. 243-246):

1 • Resolver alguna dificultad (los atascos de tráfico)

2 • Proponer algo nuevo (diseñar una máquina recolectora de manzanas)

3 • Acabar con algo insatisfactorio (accidentes de carretera, el hambre)

Hay varias formas de ejercitarse en la resolución de problemas con pensamiento lateral. Los problemas pueden tener un final abierto o cerrado.

•• Para los de final abierto solo se puede ofrecer sugerencias sobre cómo podría resolverse el problema pero no se pueden probar y hay que juzgarlas con el criterio de alguien. No obstante, el énfasis hay que ponerlo en la sugerencia no en el juicio sobre ella. Es más interesante elaborarla que rechazarla (salvo cuando la propuesta divaga tan lejos que ya no tiene relación con la solución del problema).

•• Para los de final cerrado hay una respuesta definitiva, que puede funcionar o no. Puede haber una única solución o, más comúnmente, alternativas. Unas funcionarán mejor que otras, pero lo importante es que una propuesta funcione (es mejor buscar varias soluciones que ir en busca de la mejor). Para ejercitarse es preferible evitar los problemas matemáticos o los enigmas verbales y proponer cosas que tienen que ver con algo físico:

~ Cómo pasar con una escalera larga por una habitación pequeña

~ Cómo vaciar un vaso de agua sin levantarlo de la mesa

~ Cómo llevar un litro de agua en un periódico

Estos temas pueden parecer triviales, pero no lo son, porque luego podemos aplicar los procesos usados para resolverlos a otros problemas. Lo que intentamos es generar un repertorio de procesos de resolución de los problemas.

En la formulación de estos problemas hay que ser muy claro en las condiciones de partida, porque una vez propuestas soluciones no se les debe poner otras condiciones, porque se iría en contra del propósito del ejercicio.

•• Un tercer tipo de problema que se puede plantear es aquel que ya ha sido resuelto, pero sin decir todavía cómo a los participantes en la resolución. Debe ser algo con lo que ellos no estén familiarizados. Por ejemplo, se puede plantear cómo fabricar tubos de plástico (el facilitador puede conocer sobre moldes, dar forma en vacío o extrusión, pero se reserva la información).

Si se pide que cada uno escriba su propuesta, se evita que alguien plantee muy pronto la solución que inhibe a los demás de hacer propuestas. Se puede proponer que se busque información en revistas, internet, visitar exposiciones o simplemente se use la imaginación.

Contextos de uso para el pensamiento lateral

  • Generación de nuevas ideas: A veces no generamos nuevas ideas porque creemos que las ideas no se pueden generar intencionadamente. Sí se puede, pero es difícil, porque el pensamiento vertical no ayuda. Nuevas ideas no son solo invenciones, también lo son nuevas formas mirar las cosas, de hacer las cosas, organizarlas o presentarlas.
  • Resolución de problemas: Un problema es la diferencia entre lo que uno tiene y lo que uno quiere. Si el problema se resuelve con más información o con mejores técnicas para analizarla, entonces el pensamiento vertical sirve. Necesitaremos pensamiento lateral si lo que necesitamos es reordenar la información disponible, no nueva, o si ni siquiera sabemos que el problema existe, no somos conscientes de que las cosas se pueden mejorar, y ese es el problema.
  • Elección perceptiva: en las técnicas de procesamiento de información, la lógica y las matemáticas están en el segundo estadio. En el primero, la elección perceptiva selecciona el paquete informativo que luego se tratará. Es la forma natural en la que la mente crea patrones. El pensamiento lateral se puede usar para procesar esos paquetes por sí mismos, sin aplicar aún lógica ni matemática.
  • Reevaluación periódica: revisión de cosas se dan por hechas, cuestionando todas las suposiciones, o bien, evaluación de cosas que no se han revisado en mucho tiempo, intentando mirarlas con otros ojos aunque parezca que no haga falta.
  • Prevención de polarizaciones: como actitud, el pensamiento lateral ayuda a prevenir la aparición de problemas creados por las polarizaciones que la mente impone a lo que estudia. Es una forma de hacer frente a la arrogancia y la rigidez.

Este texto es un resumen del libro (con referencia a su edición original):

De Bono, E. (1997) Lateral Thinking. A Textbook of Creativity. Nueva York: Penguin.
José OCHOA

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3 años

Gracias, Ana María Porto Quiroga. Ver las cosas desde otra óptica es un ejercicio sano, pero no siempre fácil de hacer. Sobre todo cuando creemos que eso no es lo "serio".

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