Definir el rumbo

Estoy agradecida por tener la oportunidad de escribir para ustedes.

Definir el rumbo, me apasiona compartirlo porqué es un parteaguas.

¿Cómo saber lo que quiero para mi vida? ¿En corto, mediano y largo plazo? ¿Aquello que quiero es distinto a lo que necesito?

A lo largo de múltiples lecturas de liderazgo, emprendimiento e incluso de marketing, nos dicen, que lo que más importante es definir hacia donde vamos.

Como empresas, fundaciones y marcas personales, lo primero que nos invitan a construir es la visión, cómo me veo. Por que a raíz de esta visualización, la mente buscará la forma de CREARLO.

Sin embargo, quizá las circunstancias del presente nos impidan ver la materia prima con lo que contamos para avanzar, para sembrar un mejor mañana.

Te quiero compartir un poco de mi vivencia, para que comprendas, porque cuando logré ver qué quería, mi camino de sembrado dio un giro.

Cuando inició la pandemia, me quedé sin trabajo, pero ya tenía la experiencia de haber sido independiente y frente a eso, la incertidumbre no me abrumó. Dediqué muchos de mis días de encierro a meditar, hacer yoga y refrescar la mente, porque realmente NO TENÍA MUCHAS OPCIONES. Y en definitiva, no quería agobiarme por el mañana.

En ese momento, un colega me invitó a un diplomado de emprendimiento, BECADA AL 100 %. Y lo primero que hice fue un análisis FODA de mí persona.

Ahí comprendí, cuales eran mis oportunidades y áreas débiles, pero pude ver la gran belleza de la virtualidad. (Desde mi punto de vista) Y agradecí que la vida me permitiera, reiniciar.

Esta vez, sabía que el enfoque de Siembra Marketing no podía posponerse y que, el camino NO SERÍA FÁCIL, pero la primera semilla, ya estaba germinando: Crear una agencia digital con enfoque social, colaborando con fundaciones y empresas sociales.

Tras un año con esa intención, llegó a mi vida la primera fundación en confiar en mi talento.

El resultado no fue inmediato, un año de trabajo, de constancia, de aprender, de capacitarme, de seguir sin tregua, de momentos de angustia pero también, de gratitud.

Por supuesto, aún falta un largo camino por recorrer, pero ya están los primeros pasos.

Te dejo mi dinámica:

1. Agradezco lo que tengo.
2. Analizo con detenimiento mi FODA, en varios aspectos de mi vida, personal, profesional, de relaciones interpersonales.
3. Visualizo hacia donde quiero ir, cual sería mi ideal.
4. Realizo un plan de acción o como le llamo, un convenio conmigo misma.
5. El plan de acción, cuando lo aplico, es con una agenda, fechas claras, objetivos claros, de manera anual y lo más importante, el para qué.
6. Me doy seguimiento diario de mis logros.
7. Soy amorosa, lo aplico. Si algo no sale como deseo, retomo desde otro punto de vista.
8. Suelto, no todo esta en mi control y confío que lo que no sucede, es por algo que no comprendo.
9. Disfruto el proceso. Disfruto los retos.
10. Recuerdo que estoy tendiendo las vías donde pasará el tren de mi destino. ¡Así que no será fácil! Por eso, soy paciente y agradezco.

Por supuesto, trazar el rumbo hace una gran diferencia, porque aunque haya días que no son como deseo, identifico que es mi deseo de control LO QUE ESTÁ MARCANDO ESE IMPACTO Y QUE ALGO NO ESTOY ACEPTANDO, por eso, retomo a mi trabajo personal y cuido mi salud mental.

¡Gracias por leerme!

Y espero tu comentario, será un placer leer y retroalimentarnos.