Del Asesor Playero.

Del Asesor Playero.

Hace tiempo que en unas jornadas de formación en Madrid, tuve la suerte de coincidir con un compañero de profesión que había venido de Méjico. Fue la primera vez que alguien me habló de lo que allí llaman “Asesores Playeros”. En aquel país, para ejercer de fiscalista, era necesaria una acreditación oficial, muy complicada de conseguir por las trabas que ponía el Colegio Profesional que tenía la exclusiva con la Administración.

Este hecho había llevado a que muchas empresas elaboraran toda su contabilidad e impuestos de manera previa a su entrega en del despacho del “Asesor Oficial”. Al abrigo de esta normativa y en esa misma acera, se plantaban otras personas, como si fueran furgonetas a la salida del Ikea.

Las cuales, se encargaban de tramitar la documentación para pasársela “mascadita” al “Asesor Oficial”.  Y cuando digo se plantaban, me refiero a que llegaban allí  con su mesa y su portátil, además de con una sombrilla para cuidarse del “Lorenzo” de la zona que es inclemente.

Evidentemente las garantías que tal “servicio de asesoramiento” prestaba, dejaban mucho que desear. Igual que cuando vas a algunos restaurantes, en lugar de darte de comer, te echan de comer; estos asesores te despachaban los papeles, sin muchos miramientos.

El “Asesor Playero” si alguna vez tenía algún problema en la zona, simplemente cogía su chiringuito, buscaba otra calle con “Asesor Oficial” y se mezclaba con los que allí había para proseguir con su “despachamiento”.

Pues bien, de un tiempo a esta parte y sobre todo a raíz de la crisis, he notado el crecimiento exponencial de esta figura en nuestro país. Personas sin apenas cualificación, que montan un despacho con unos precios irrisorios y que, cuando alguna de las múltiples tropelías que cometen sale a la luz (por ejemplo en forma de Inspección) cogen las de Villadiego, dejando al cliente plantado y con el morlaco en puertas. Todo sea dicho, con el mayor de los respetos a nuestros queridos inspectores.

Con todo y con eso, el problema muchas veces es similar a las hemorroides, se sufre en silencio e incluso con desconocimiento. Puesto que el pobre empresario, creé que está teniendo la mayor desgravación fiscal posible u optando a las mayores bonificaciones que la ley contempla y sin embargo, está perdiéndolas todas, por su propio desconocimiento y por la desidia y la ignorancia de su “Asesor Playero”.

En este punto, alguien estará pensando ¿cómo puedo determinar si estoy o no ante un “Asesor Playero”? Todo el mundo sabe que este tipo de personaje, se suele camuflar “Behind the Musgo”, no obstante, hay varios indicios de su existencia.

El primero y más evidente, es el precio. No es posible, repito en negrita no es posible, el llevar de manera ordenada la contabilidad de un autónomo por 30 0 35 Euros al mes. Ponerse en esas manos, es como hacerse una liposucción en un puesto del mercadillo.

Otro es la cualificación, es raro encontrar un “Asesor Playero” cuando el titular del despacho es un abogado, economista, graduado social o similar. Sin embargo algo huele a chamusquina, cuando al titular le faltan dos asignaturas para terminar “no sé qué”, tienen un titulillo del “CCC” o cuando por la mañana es funcionario o trabaja en el banco de la esquina. Si usted ha montado una empresa, debe saber que aunque esta sea grande o sea pequeña, es la suya, su empresa y es tan importante que no puede permitirse el recibir un asesoramiento a tiempo parcial o  del alguien sin la cualificación suficiente.

Y para terminar además de la ubicación del despacho, es importante fijarse en el orden que haya en el mismo. Esto vale tanto en el despacho físico, como el virtual. Así una página web desactualizada o el no aparecer en medios  de comunicación o redes sociales, puede ser otro indicio.

Al fin y al cabo, todos sabemos que se puede engañar a uno todo el tiempo, se puede engañar a todos un tiempo, pero es imposible engañar a todos todo el tiempo.

Que la fuerza os acompañe.

Artículo publicado en el blog de www.despachosprofesionales.com

Inicia sesión para ver o añadir un comentario.

Más artículos de Pedro Toledo Ramos

Otros usuarios han visto

Ver temas