Del fenómeno a la explicación
Como seres humanos, enfrentamos constantemente situaciones que nos desafían y nos obligan a salir de nuestra zona de confort. Estas experiencias suelen ser oportunidades para aprender y crecer, pero en el camino nos enfrentamos a un obstáculo común: las interpretaciones que damos a los hechos. Estas interpretaciones, aunque pueden parecer lógicas, muchas veces nos alejan de la realidad y complican nuestras relaciones personales y profesionales.
Imagina esta situación: solicitas un informe sobre un tema específico, pero la persona encargada no lo entrega a tiempo. El fenómeno es el hecho concreto: el informe no se entregó en el tiempo indicado. La explicación son todas las interpretaciones que construyes alrededor de ese hecho:
· "No lo hizo porque es irresponsable."
· "No lo hizo porque no tiene las competencias necesarias."
· "No lo hizo porque quiere sabotearme frente a mis jefes."
Estas explicaciones no solo son subjetivas, sino que pueden distorsionar nuestra percepción de la realidad y generar tensiones innecesarias. En lugar de resolver el problema, alimentan el conflicto, afectando el clima laboral y las relaciones dentro del equipo.
Para construir relaciones efectivas y mantener la dinámica organizacional saludable, es crucial distinguir entre el fenómeno y nuestras interpretaciones. Esto implica:
· Evitar juicios apresurados: Antes de sacar conclusiones, conversa con la persona involucrada para entender la situación desde su perspectiva.
· Reducir el ruido emocional: Reconocer que las explicaciones suelen estar influenciadas por nuestras emociones o suposiciones, no por hechos objetivos.
· Enfocarse en soluciones: Centrar la atención en el fenómeno permite identificar acciones concretas para resolver el problema, en lugar de culpar o generar tensiones.
Los equipos de alto rendimiento no están exentos de conflictos, pero tienen una característica clave: no se quedan atrapados en los problemas. Cuando ocurre un quiebre, se enfocan en encontrar soluciones que fortalezcan su capacidad de respuesta y promuevan el aprendizaje colectivo.
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Si nuestra tendencia es ir a la explicación, recuerda que necesitamos conectarnos con aquello que nos importa cuidar en el equipo. Para ello te invito a que puedas responder tres preguntas poderosas:
· ¿Esta interpretación cuida lo que es importante en mi equipo?
· ¿Estas interpretaciones contribuyen a alcanzar nuestros resultados?
· ¿Estas interpretaciones aportan valor a mi organización?
Estas preguntas no solo nos invitan a reflexionar, sino que también nos ayudan a alinear nuestras acciones con los objetivos del equipo y de la organización.
Responder estas preguntas con honestidad fomenta un ambiente de confianza y colaboración, donde el error es visto como una oportunidad para aprender y no como una falla imperdonable.
Separar el fenómeno de la explicación es también un acto de cuidado hacia la seguridad psicológica del equipo. Cuando los miembros del equipo sienten que pueden cometer errores y aprender de ellos sin temor a represalias, se genera un ambiente donde la innovación y el crecimiento son posibles.
En resumen, reconocer el fenómeno y abordarlo sin caer en interpretaciones precipitadas nos permite fortalecer nuestras relaciones, actuar con mayor eficacia y construir organizaciones más resilientes y orientadas al aprendizaje.
Coach Organizacional