Del storytelling al storydoing

La percepción que tienen los consumidores de las empresas ha cambiado drásticamente con el paso de los años. Así como previamente se valoraba tan solo que se ofreciera un buen servicio o producto a un precio razonable, ahora más que nunca los clientes eligen sus compras guiados por los valores y misión de las empresas en el plano social y medioambiental.

Y es que el compromiso por parte de las empresas no se tiene que quedar en promesa para mejorar la imagen pública. Muchos casos de greenwashing y pinkwashing han puesto en duda el compromiso real de las compañías con los retos sociales y medioambientales. Andrés Martínez, director ejecutivo de M&C Saatchi España, comenta que las empresas que utilizan su compromiso como un lavado de imagen tienen un pensamiento cortoplacista para generar ventaja momentánea que no tendrá calado. Por lo tanto la verdadera oportunidad que tienen las empresas para mostrar ese compromiso es tan fácil como actuar, pasar de storytelling al storydoing, y además cuanto más local sea ese impacto, más real y productivo será.

Cabe destacar, que las empresas que nazcan en los próximos años lo tienen más fácil que el resto. Dado que pueden implementar una manera de actuar sostenible y positiva para todos desde el inicio, de esta forma tendrán un enfoque de triple impacto (económico, social y medioambiental) que tanto se pretende promulgar. Pero eso no quita que las empresas tradicionales no necesiten adaptación, de hecho les será indispensable para sobrevivir a esta realidad con cada vez más desafiante y con una sociedad que está al tanto y concienciada.

Los compromisos sociales reales por parte de las compañías conseguirán crear vínculos con los consumidores más allá de una transacción, y crearán sentimiento de pertenencia favoreciendo la retención de talento. Y es que esos vínculos y esa pertenencia son un intangible muy difícil de copiar.