¡Deporte por pasión no por obligación! - El papel crucial de la motivación intrínseca en jóvenes atletas.
En el artículo de hoy, exploraremos el papel crucial de la motivación intrínseca en el desarrollo de los jóvenes deportistas, y cómo esta influencia interna puede marcar la diferencia entre una participación apasionada y un mero cumplimiento de expectativas. Hablaremos además del rol del entrenador en esta etapa y por supuesto del rol de los padres. ¡Vamos allá!
La motivación intrínseca y su significado en el deporte juvenil
La motivación intrínseca desempeña un papel fundamental en el deporte juvenil, hablamos de un impulso interno que lleva a los jóvenes atletas a participar en una actividad deportiva por el simple placer y la satisfacción personal que les proporciona. Surge desde dentro, sin depender de recompensas externas o presiones externas. Cuando la motivación intrínseca está presente, los jóvenes se involucran en el deporte de manera autónoma y experimentan un mayor disfrute en su práctica.
Cuando los chicos están intrínsecamente motivados, impulsados por su propio interés y disfrute personal en la actividad deportiva, experimentan una serie de beneficios que pueden mejorar su rendimiento. Esta motivación interna fomenta la persistencia, el compromiso y la dedicación, los chicos encuentran satisfacción en el proceso de mejora y disfrutan del desafío que el deporte les presenta.
La motivación intrínseca está relacionada con una mayor concentración y enfoque durante la práctica y la competición, lo que contribuye a un mejor desempeño y una ejecución más precisa de las habilidades técnicas. Además, el disfrute inherente en la práctica deportiva impulsa a los chicos a seguir practicando y mejorando, lo que a su vez impacta positivamente en su rendimiento general.
Si no disfruta, no aprende.
Esta simple afirmación encierra una verdad fundamental en el proceso de desarrollo de los jugadores, y muchas veces nos olvidamos.
El disfrute es la chispa que enciende el aprendizaje y el crecimiento en el deporte. Cuando los chicos se divierten mientras practican su actividad deportiva, están más abiertos a absorber nuevos conocimientos, a experimentar con nuevas habilidades y a superar desafíos.
El disfrute crea un ambiente propicio para la exploración, la creatividad y la adquisición de competencias deportivas. El juego, la experimentación de nuevas habilidades y la interacción social positiva en el contexto deportivo, crean un ambiente propicio para que los jóvenes deportistas desarrollen una verdadera pasión por el deporte, lo que les hará entrenar y sacrificarse desde el compromiso.
Si el deporte se convierte en una carga, en una obligación impuesta desde el exterior, el aprendizaje se nubla y los chicos acaban perdiendo el interés.
Debemos fomentar un entorno deportivo en el que el disfrute sea el motor del aprendizaje y el desarrollo de los jóvenes atletas.Y aquí entran en juego los padres y los entrenadores.
Entrenador juvenil vs entrenador de profesionales.
Los entrenadores de juveniles (o categorías inferiores) se deben enfocar en crear una base sólida de habilidades, fomentar la pasión por el deporte y promover valores como el trabajo en equipo y el fair play.
Por otro lado, los entrenadores de nivel profesional tienen un enfoque más orientado a la competencia y al rendimiento.
Aunque ambos desempeñan un papel valioso, es importante tener en cuenta las necesidades y los objetivos específicos de cada etapa de desarrollo y adaptar las expectativas y el enfoque en consecuencia. Es fundamental que los jóvenes atletas reciban una orientación adecuada a su nivel de experiencia y que se les brinde un ambiente seguro y estimulante que fomente su crecimiento y disfrute en el deporte, independientemente de sus aspiraciones competitivas
El papel del entrenador juvenil
Un entrenador comprensivo y centrado en el desarrollo integral del atleta puede marcar una gran diferencia en la experiencia deportiva de los jóvenes.
Al crear un entorno seguro y positivo, el entrenador puede fomentar la motivación intrínseca y el disfrute en la práctica deportiva (que ya hemos visto lo. importante que es).
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Reconociendo los esfuerzos individuales y brindando retroalimentación constructiva, el entrenador fortalece la autoestima y la confianza de los jóvenes atletas, impulsándolos a alcanzar su máximo potencial.
Es fundamental que el entrenador se enfoque en el crecimiento personal de cada atleta, más que en los resultados a corto plazo. Alentando a los jóvenes a establecer metas realistas y alcanzables, el entrenador promueve un sentido de progreso y logro personal. Es esencial que el entrenador (así como el entorno del chico) fomente un ambiente de aprendizaje positivo, donde el error sea visto como una oportunidad para el crecimiento y la mejora. (Lo iba a poner en mayúsculas pero ya me parecía demasiado)
El papel de los padres
Es fundamental comprender que el tipo de apoyo que brindan los padres influye de manera significativa en la experiencia deportiva de sus hijos.
Gran parte de mi trabajo con los jóvenes deportistas es a nivel familiar. La influencia de los padres es directa, y esto ha de comprenderse desde el principio.
Cuando el apoyo se basa en altas expectativas y presión, genera un ambiente estresante y desmotivador. Esto (antes o después) lleva a los chicos a percibir el deporte como una obligación, perdiendo el disfrute y las ganas de entrenar.
Por otro lado, cuando los padres brindan un apoyo incondicional y basado en la comprensión, se crea un entorno propicio para el florecimiento de la motivación y el disfrute en el deporte. Los padres animan a sus hijos a seguir sus propias metas y sueños deportivos, les permiten desarrollar su propia pasión y encontrar un sentido de pertenencia a la actividad deportiva. Cuando celebramos los esfuerzos individuales y los logros de los chicos, independientemente de los resultados, se fortalece la autoestima y la confianza de los jóvenes atletas. (Algo que ya sabemos es fundamental para el rendimiento).
Cuando permitimos que los entrenadores se encarguen de la enseñanza técnica y táctica de los chicos, podemos enfocarnos en ser el pilar de apoyo de nuestros hijos. Mantener el enfoque en el papel de apoyo emocional y diferenciarlo del rol de los entrenadores es esencial para crear un ambiente propicio para el crecimiento y el éxito deportivo. Al hacerlo, se crea un equilibrio saludable entre la pasión personal y el crecimiento deportivo, y además enseñamos a los chicos a trabajar en equipo, a disfrutar en familia, a respetar a los entrenadores y a divertirse en el campo.
Bibliografía
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