La atopia es una predisposición para desarrollar reacciones de hipersensibilidad a alérgenos ambientales.
La dermatitis atópica es una enfermedad alérgica de la piel, inflamatoria y pruriginosa, con predisposición genética, que posee unos signos clínicos característicos.
Etiopatogenia
Vía de sensibilización: actualmente se considera que es más verosímil la vía epidérmica que la respiratoria.
Alérgenos implicados: el ácaro del polvo y los epitelios, los pólenes y mohos tendrían un papel importante entre otros.
Patogenia: existe una considerable evidencia, que la interacción de la inmunoglobulina IgE específica de alérgeno con el alérgeno es esencial en el desarrollo de la dermatitis atópica canina.
Cuadro clínico
Los primeros síntomas aparecen generalmente entre los 6 meses y 3 años de edad.
El principal signo es el prurito que responde muy bien a los corticoides, usualmente perenne, pero puede ser estacional en alergias a pólenes o si concurrentemente padece de dermatitis alérgica a la picadura de pulgas.
La distribución es variable, siendo frecuentes las formas generalizada y localizada.
Las lesiones son inespecíficas y secundarias al rascado: eritema, erosiones, alopecia, pelo rojo, liquenificación, hiperpigmentación, seborrea, etc.
Frecuentemente se complica con otitis bilateral eritematosa, conjuntivitis bilateral y, a veces, foliculitis bacteriana superficial y pododermatitis.
Diagnóstico.
Se basa en el cumplimiento de al menos una parte de los signos clínicos fuertemente asociados a la enfermedad, conjuntamente con la eliminación de otros diagnósticos diferenciales relevantes.
Tras descartar ectoparasitosis, el diagnóstico se puede basar en la presencia de al menos 3 de los siguientes 5 criterios:
Aparición del prurito entre los 6 meses y 3 años de edad.
Prurito sensible a corticoides.
Pododermatitis interdigital bilateral eritematosa en miembros anteriores.
Eritema en cara interna de pabellones auriculares
Eritema peribucal (queilitis).
Tras el diagnóstico clínico, los exámenes de laboratorio (intradermorreacción, ELISA), aportan solo evidencia adicional para reforzar el diagnóstico definitivo.
Tratamiento.
Es una enfermedad controlable, pero no curable, necesitando tratamiento de por vida.
Se requiere una combinación de acciones:
1. Evitar los alérgenos: incluye evitar el ambiente ofensivo, baños, o baños con ácidos grasos para restaurar la barrera epidérmica, dietas ricas en ácido linoleico.
2. Dieta hipoalergénica y control de pulgas en dermatitis alérgicas concurrentes.
3. Inmunoterapia (hiposensibilización): Cuando no se puede evitar el contacto con el alérgeno
4. Antiinflamatorios o Inmunomoduladores: se puede evaluar la respuesta antes de la inmunosensibilización.
5. Tratamiento de infecciones secundarias asociadas: Para el control de las dermatitis asociadas.
