Desafío de las Segundas Partes: Dificultad de Repetir un Éxito

En el ámbito de la creación artística, no es infrecuente observar cómo algunos artistas logran alcanzar una obra de alta calidad, pero luego encuentran dificultades para repetir ese mismo nivel de logro.

En una conversación, con el coaching literario Juan Pablo Gonzalez , salto este interrogante y cuáles son las posibles razones detrás de esta dificultad.

No son pocos los casos, por el contrario, son bastantes y algunos muy conocidos.

Refresquemos la Memoria

Veamos ejemplos de artistas y sus obras que no lograron remontar un éxito contundente:

• El caso del director de cine M. Night Shyamalan, su película "El sexto sentido" (1999), fue un hito en su carrera, pero su siguiente obra, "El protegido", no logró el mismo impacto, siendo considerada una decepción en comparación.
• Harper Lee, reconocida mundialmente por su novela "Matar a un ruiseñor" (1960), obra que ganó un Premio Pulitzer y se convirtió en un clásico literario. Sin embargo, su segunda novela, "Ve y pon un centinela" (2015), vemos por las fechas que fue lanzada décadas después, no alcanzó el mismo nivel de éxito y no recibió las mejores críticas.
• ¿Vamos al ámbito de la música? La banda británica Oasis, que alcanzó un gran éxito con su álbum debut "Definitely Maybe" (1994), pero la cúspide de su creación fue su segundo álbum, "What's the Story Morning Glory?" (1995), llegando a vender 26 millones de copias, logrando 32 discos de Platino a nivel mundial, luego de este segundo álbum, cayó su éxito no logrando posicionarse de la manera que habían conseguido con las dos primeras obras.

Pero vamos a lo importante, porque ejemplos sobran.

El Quijote asevera: "Algunos dicen: Nunca segundas partes fueron buenas".

¿Cuáles son las Causas?

Seguramente el tema es multicausal, así que analicemos algunas:

La presión de las expectativas:

Una de las principales razones que pueden afectar a los artistas en la creación de segundas partes exitosas es la presión generada por las expectativas del público y la crítica.

Tras haber creado una obra maestra, se espera que el artista supere o iguale su trabajo anterior, lo cual puede ser in bloqueo para el mismo.

Esta presión puede influir en su capacidad para mantenerse fiel a su visión creativa sin verse excesivamente influenciado por factores externos.

La Creatividad y Originalidad:

La creación de una obra cumbre a menudo implica un proceso creativo intenso y agotador.

Una vez completada, el artista puede enfrentar un agotamiento creativo temporal, lo que dificulta encontrar nuevas fuentes de inspiración y frescura.

Además, la búsqueda de nuevas ideas y enfoques originales puede volverse más "pesado", ya que el artista es probable que sienta que ha explorado todo lo interesante en su trabajo anterior.

El Factor Sorpresa:

Otra de las características distintivas de una obra cumbre es su capacidad para sorprender y cautivar al público.

Sin embargo, en las segundas partes, el factor sorpresa se diluye por la familiaridad con el estilo, la trama o los elementos distintivos de la obra original, esto dificulta la recreación de la misma emoción y entusiasmo que generó la obra inicial.

La Presión Comercial:

Es sabido que los artistas se enfrentan a presiones comerciales y de tiempo para seguir produciendo obras después de un gran éxito.

Sin duda, estas presiones pueden limitar la libertad creativa y llevar a compromisos artísticos que afectan la calidad y la originalidad de las obras posteriores.

El enfoque en el éxito financiero y las demandas de la industria suelen dificultar la creación de una obra auténtica y excepcional.

El fenómeno de las segundas partes en el ámbito artístico plantea desafíos bastante significativos para los artistas que han alcanzado el éxito con una obra cumbre.

La presión de las expectativas, ya sea del público, crítica o productora, va en desmedro de su vuelo creativo, provocando un agotamiento intelectual y emocional difícil de superar.

Joaquín Sabina contradice al Quijote: "Las segundas partes son las mejores"

Podemos decir que así como "no cualquiera sabe perder", en el mismo sentido "no cualquiera sabe ganar", hay que tener un equilibrio interno bastante importante.

Y a cuando se tambalea en ese juego de equilibrio, la dificultad de mantener la originalidad, la pérdida del factor sorpresa, son solo algunas de las razones que pueden explicar esta dificultad.

La más evidente es la de la presión comercial. Sin embargo, es claro que reconocemos en cada artística una singularidad, por lo que la originalidad y la creación, tanto como los bloqueos, pasan por otros tamices.

Nadie tiene una fórmula, sino seríamos todos exitosos, y el fracaso sería un valor a alcanzar.