Desesperanza Aprendida en la búsqueda Laboral

Desesperanza Aprendida en la búsqueda Laboral

Cuando uno ya se encuentra en el estadio de la adultez joven hasta el período de la jubilación, comienza una de las etapas más satisfactorias y estresantes a la vez, como lo es el período de trabajar.

Cuando llegamos al punto de tener que desarrollar un oficio o vocación para generar ingresos para poder subsistir y mantenernos autónomos, nuestra vida cambia en perspectivas, metas y consignas. El trabajo pasa a ser un actor importante de nuestro día, en promedio utiliza el 37.5% de esta, con lo cual el quedarnos sin trabajo es un punto de inflexión en nuestra rutina diaria, en nuestras metas y nuestras obligaciones adquiridas.

Independientemente del motivo o de la manera en que uno puede desvincularse o ser desvinculado de la empresa en que se trabajaba y de ese período de pseudo bienestar cuando se obtiene liquidez mediante el finiquito o seguro de cesantía, inevitablemente nos enfrentaremos a un estado de incertidumbre emocional sobre nuestro futuro. Esto no es menor, ya que cuando dejamos de tener en nuestra rutina diaria ese elemento que nos toma el 37.5% de nuestro día, significa que es algo importante en nuestro factor vida y que la ausencia de ello va a impactar de una u otra manera a las demás esferas de nuestra vida, que puede ser la vida familiar, la estabilidad económica, el desarrollo profesional, metas de desarrollo personal, etc.

Parte de lo que engloba nuestra inteligencia emocional como seres humanos, la tengamos mayor o menor desarrollada que los demás, es la capacidad de re inventarnos. Cuando quedamos sin trabajo, motivados por esta incertidumbre interna sobre nuestro futuro laboral, la primera reacción de supervivencia instintiva laboral es actualizar nuestro Curriculum Vitae y empezar a postular teniendo la Fe puesta en que lograremos encontrar un nuevo trabajo en un corto período de tiempo, que mucho de nosotros consideramos que tardaremos en promedio tan sólo un mes en lograrlo. ¿Pero qué pasa cuando no somos parte de este porcentaje de la población que se reubica laboralmente en un mes?, ¿Qué pasa cuando tampoco encontramos un nuevo empleo en el rango promedio del mercado laboral de tres a seis meses?, ¿Qué pasa cuando estamos viviendo un período de transición laboral cercana o que sobrepasa el año?.

Cuando ya estamos en ese largo período de inactividad laboral, es cuando comienza la desesperación a ser un agente presente en nuestra vida emocional. Es lógico, comprensible y hasta válido, ya que gran parte de las personas que se encuentran en esta situación, están en un estado de disminución de plenitud en al menos tres de los cinco eslabones de la pirámide de Maslow, (La Jerarquía de Necesidades de Maslow se compone por los eslabones de Fisiología, Seguridad, Afiliación, Reconocimiento y Autorealización).

Frente a estas situaciones, es cuando nos podemos empezar a encontrar con el inicio de un fenómeno psicológico llamado “Desesperanza Aprendida” o “Indefensión Aprendida”, un modelo experimental de depresión, que la PHD en Psicología Cognitiva Renny Yagosesky, la define de una manera brillantemente simplificada como “Un estado de pérdida de la motivación, de la esperanza de alcanzar los sueños, una renuncia a toda posibilidad de que las cosas salgan bien, se resuelvan o mejoren”.

¿Por qué es un modelo experimental de la depresión?, ya que es un fenómeno conductual en donde la persona deja de tener una motivación de generar conductas, respuestas para revertir una situación desfavorable, ya que considera que pese a cualquier intento que haga por cambiar la situación, esta será inútil y sin sentido, ya que su “suerte” no está en sus manos sino más bien en manos de factores externos a la persona, factores que no puede controlar.

¿Cómo es aplicable este fenómeno tan clínico y conductual a la esfera laboral?, mediante las percepciones que uno se va formando mediante la respuestas que obtenemos de los procesos de postulación al cual intentamos participar. La desesperanza comienza a surgir cuando ya se ha saturado los índices de nuestra tasa de “Decepción” (percepción de una expectativa defraudada), más el factor de “Desesperación” (estado de ansiedad angustiante frente a un futuro incierto). A pesar que no todos somos buenos en los números, nuestro inconsciente empieza a generar una estadística mental de los desaciertos que vamos obteniendo de nuestras postulaciones, va sacando un promedio de éxito de acierto respecto a la cantidad de postulaciones realizadas versus citaciones a entrevistas, un promedio de cantidad consecución de paso de primera fase de entrevista versus cantidad de fracasos de primera entrevista y el promedio de consecución de la vacante versus la cantidad de ternas final en que hemos sido parte. El resultado de estos promedios son deficitarios, lo que van golpeando nuestra autoestima, por tanto, van dañando nuestro sistema de creencias con respecto a lo que creemos de cuanto valemos como profesionales y como personas.

Sí; es cierto; hay muchas variables externas que nos impiden lograr nuestro objetivo de conseguir el anhelado y amado trabajo que estamos buscando. Es más, podemos hasta enumerar cuales son algunas de las variables externas más reiterativas, que son:

  1. Los reclutadores no saben realizar bien su trabajo.
  2. Las empresas solicitan muchas veces criterios ridículos y exagerados al momento de abrir una vacante.
  3. La falta de feedback, retroalimentación, por parte de los reclutadores y empresas cuando uno no obtiene el empleo o no es considerado en el proceso de postulación.
  4. Nuestra competencia directa, los otros postulantes, que han sido seleccionados son conocidos de los reclutadores o de los empresarios.

 

Puede ser que alguna de estas variables son reales en cada caso, pero también está constante conducta por parte nuestra de endosar la responsabilidad a agentes externos el que no podamos obtener trabajo, es la causal en que se fundamenta el fenómeno de la Desesperanza Aprendida, el sentir que no somos capaces de revertir la situación mediante aprender hacer conductas nuevas que nos permitan el logro del objetivo. Esto se puede observar como una incapacidad de tener la intención de probar mecanismos nuevos para resolver el problema y nos vamos hundiendo progresivamente en un estado de complacencia, negativismo, pasividad y comodidad frente a esta situación. Inconscientemente no nos damos cuenta que, al empezar a enfrentar una nueva oportunidad de entrevista, llegamos con una mentalidad negativa y esperando al fracaso, sensación y postura que la comunicamos implícitamente al reclutador que tenemos en frente, mediante la comunicación no verbal y verbal mediante respuestas que muestran desgano y una baja performance, que finalmente ayudan al reclutador a desestimar nuestra candidatura y esto conlleva a reafirmar nuestra presunción inicial, que “hagamos lo que hagamos no lograremos el puesto de trabajo”.

¿Qué hay que hacer?, cómo en todo aspecto en la vida, trabajar exclusivamente en uno y por uno. Es verdad que los portales de reclutamiento y los reclutadores suelen no dar una retroalimentación del proceso por iniciativa propia, pero eso no justifica que apliquemos o desarrollemos nuestra competencia de proactividad para obtener dicha información. ¿Hemos probado en contactar a la empresa para averiguar la situación de la postulación?.

También hay que entender que un proceso de búsqueda laboral es nuestro nuevo trabajo, hay que saber establecer un horario y un método de trabajo para buscar ofertas, ¿Cuántas veces nos ha pasado que nos llaman de una postulación después de un mes y no recordamos la oferta, nuestras respuestas a las preguntas de postulación y con las pretensiones de renta con que hemos postulado?, eso es debido a que no tenemos un método de trabajo en que vamos registrando nuestras postulaciones, lo que ayuda al caos de la incertidumbre.

Factor CV (Curriculum Vitae u Hoja de Vida). En mi trayectoria como Consultor en Gestión de Personas, he tenido que realizar muchos procesos de Reclutamiento y Selección, por ende he visto una infinidad de tipos de CV, uno distinto a otro. Como conclusión en base a los CV’s observados, puedo decir que es uno de los puntos más débiles de los postulantes. Percibo en muchos casos, que la realización de un CV pareciese más el resultado de la construcción obligada y sin ánimo de nuestra experiencia, más que una vitrina de importancia de lo que sabemos hacer. Hay una “genuina” preocupación de consultar en las redes sociales y la publicación de varios colegas y empresas de reclutamiento informando que tienen las claves del CV perfecto. En sí, no nos debemos preocupar si nuestro CV tiene una extensión determinada o no, sí deben utilizarse colores, figuritas o que sea dinámico. Lo fundamental es que sea eficaz en la comunicación, que exprese elocuentemente y asertivamente nuestra experiencia, acompañado de una buena redacción y ortografía (Que muchos CV’s carecen). También es primordial que construya un CV flexible, que lo pueda ajustar en base a los requisitos que requiere la empresa, sin tergiversar la realidad de la información. 

 

Finalmente para todos los postulantes que puedan reconocer en este artículo que están vivenciando el fenómeno de la Desesperanza Aprendida en sus vidas o sienten que están cerca de entrar en ella, los siguientes consejos pueden y deben poner en práctica. Empoderarse, ustedes son dueños de su realidad y la realidad se construye en base a nuestras experiencias y creencias. Por eso, frente al proceso de búsqueda laboral pueden hacer lo siguiente:

 

  1. Comenzar de cero, eliminar el negativismo de las decepciones que han tenido en este proceso.
  2. Mentalizarse que su nuevo trabajo momentáneamente es buscar trabajo, deben aprender analizar las ofertas publicadas y postular a aquellas que se ajustan en al menos en un 70% a sus capacidades y conocimientos.
  3. Generar una metodología de búsqueda, los reclutadores fallan en las publicaciones, muchas veces publicando con rótulos erróneos, confusos y en sectores que no corresponden a la categoría de la vacante. Sí postula mediante portales que no les permite ver las respuestas a las preguntas de reclutamiento que dieron y a las pretensiones de renta que solicitaron, entonces es bueno crear una bitácora con los anuncios y sus respectivas respuestas que dieron al momento de postularse, para llevar un control y seguimiento a los procesos. Con ello evitan traspapelarse y arruinar oportunidades en futuros llamados.
  4. Elaborar un CV con la importancia que se merece. Su CV es su verdadera carta de presentación. Lo importante no es la extensión ni la estética, lo importante es que usted sea capaz de generar un CV claro, asertivo en la comunicación de su experiencia, de fácil lectura por parte del reclutador. También debe ser un CV flexible, que le permita a usted ajustarlo con facilidad a los requerimientos de la postulación.
  5. Carisma, sí uno es tímido o con una autoestima avasalladora es probable que no le ayude en una situación de entrevista. Debe trabajar en usted, creer en el profesional que es, conocer y entender sus fortalezas y debilidades, generando un discurso de quién es usted y repetirlo hasta que crea en él y en su imagen como profesional. Hay diversas técnicas para ello, uno fácil de realizar y de manera gratuita es emitir su discurso en forma reiterativa frente a un espejo, le ayudará a conocer sus expresiones faciales, conectarse y escuchar su discurso y su expresión corporal.
  6. Investigar el mercado, debe conocer cuál es la situación actual del mercado. Únase a grupos de profesionales en las redes sociales, júntese con amigos, ex compañeros de universidad y trabajo. Averigüe con ellos información relativas a sueldos, oportunidades laborales, como trabajan otros tipos de empresas y responsabilidades del cargo o profesión que tienen en esas determinadas organizaciones.
  7. Rodearse de personas positivas, que lo quieran escuchar y comprender de verdad. Sí siente que su familia o grupo de amigos no lo escuchan o ponen presión y puntos de vistas poco constructivas a su situación, hágaselo saber con respeto y sinceridad. Solicite el apoyo que desea recibir.
  8. Finalmente y lo más importante es quererse a sí mismo. No porque no ha conseguido trabajo en el corto plazo es sinónimo a que sea un mal profesional, que no tiene capacidad o no vale en el mercado. Sólo hay que ajustar el método con que se ha trabajado durante este tiempo, en función de obtener mejores resultados. Recuerde, no diga ni en broma que usted no puede, que no es capaz o que no es de valor, ya que nuestro inconsciente no tiene sentido del humor.

Sí quiere revisar mayor información sobre la Desesperanza Aprendida como fenómeno psicológico, puede leer el artículo expuesto por el Centro de Terapia Cognitivo Conductual y Ciencias del Comportamiento CETECIC y el artículo realizado por la PHD en Psicología Cognitiva Renny Yagosesky.

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Artículo realizado para Brix Company | 2016

Hola Rodrigo Isaac H. cómo estás?. Agradezco el comentario. Con respecto a la publicación, debo aclarar que no he publicado el aviso en la página mencionada. Al parecer han tomado la oferta laboral que he publicado en las plataformas de Chiletrabajo/Computrabajo, para un proceso que se realizó en noviembre y finalizó en diciembre de 2018. Te tendré en cuenta por sí tengo una oferta para desarrollador .NET en el corto tiempo. Que estés muy bien y que se concrete una buena oferta laboral para ti pronto. Saludos!

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