Desmintiendo un hecho histórico, Obelix no rompió la nariz de la esfinge.
Quizá recuerdas con la misma nostalgia que yo, el cómic "Asterix y Cleopatra". En él, Obelix perdía pie tratando de obtener una buena vista desde lo alto la Esfinge de Gizeh, y le rompía la nariz. Obviamente eso jamás ocurrió, pero a raíz de esas viñetas, seguro que habrás escuchado la “supuesta” historia cierta:
La nariz desapareció debido a un cañonazo de las tropas napoleónicas. Se pensaba que los soldados habían hecho prácticas de tiro y uno de ellos acertó, volándole la nariz. Esto es una leyenda urbana y existen pruebas. En 1737, un danés llamado Frederic Louis Norden tomó apuntes de la Esfinge y los publicó en 1755, muchos años antes de la época napoleónica y ya le faltaba la nariz.
Descartada la hipótesis napoleónica, los expertos se remiten a los escritos del historiador egipcio del siglo XV al-Maqrizi. Éste relata que el culpable fue un musulmán fanático sufí, llamado Mohammed al-Dahr Sa’im. En 1378 este personaje atacó la Esfinge con una barra de hierro.
Debemos tener en cuenta que en ese momento la arena del desierto había cubierto el cuerpo de la Esfinge y únicamente sobresalía la cabeza. Estaba furioso porque los campesinos egipcios oraban y quemaban incienso a los pies de la Esfinge como si fuera un dios, al que denominaban Abul-Hol. Esperaban que les ayudara con sus cosechas, amenazadas por las arenas del desierto.
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Esta historia que cuento este domingo enlaza tres cosas muy interesantes, una imagen icónica de nuestra infancia, pensando en Obelix haciéndole una rinoplastia a la esfinge, lo que todo el mundo cree que pasó y el hecho histórico.
En la empresa pasa lo mismo, a veces idealizamos el pasado de la empresa, donde todo era idílico y funcionaba (cualquier pasado fue mejor), luego eso se colectiviza y la mayoría de los integrantes de la empresa formamos una imagen de los tiempos pasados conjunta, y luego si tienes la suerte de tener datos fiables haces estadísticas que te muestran la realidad de tu empresa años atrás.
Con esto quiero decir que lo mejor para comparar cualquier situación pasada en la empresa no puede ser la nostalgia, las “sensaciones” o lo que la gente piensa, sino datos medibles y comparables.
Te reconozco que a mí también me hubiera gustado que la nariz de la esfinge fuese un recuerdo que nos dejó Obelix de su paso por este mundo.
Técnico de Comercio Exterior - Negocio Internacional
1 añoTu historia me ha traído también recuerdos respecto a la colección de cómics de Asterix de mi tío, que pude leer en casa de mis abuelos , y que luego fui reconstruyendo y ampliando pasito a pasito. Inolvidable, por destacar un título, “Obelix y Compañia”. Me ha encantado conocer el auténtico motivo de la “rinoplastia” de la esfinge. Como señalas había leído la versión que atribuía el hecho a las tropas napoleónicas y otra que lo hacía a los inicios de la ocupación otomana. Está claro que las fake News siempre han existido… Me ha encantado igualmente tu reflexión. Con los años cada vez comparto más esa visión, pero para todo, no solo para la empresa. Totalmente de acuerdo con que lo mejor para comparar cualquier situación pasada no puede ser la nostalgia, las “sensaciones” o lo que la gente piensa, sino datos objetivos medibles y comparables. Y también ocurre que a veces los tiempos pasados fueron mejores, pero no sirve de nada lamentarse, ni podemos efectuar un “retorno al pasado”, hay que saber corregir los fallos, aceptar las limitaciones del presente, planificar con inteligencia y poner toda la carne en el asador para construir un futuro mejor.
Senior Consultant & Trainer expert in automotive business processes.
1 añoBuen domingo!! leyendo el nuevo libro...