Diálogo abierto para la educación

Diálogo abierto para la educación

En el Primer foro “Diálogo abierto para la educación”, organizado por Uniremington y con participación de Cámara de comercio de Medellin para Antioquia Institución Universitaria - Tecnológico de Antioquia y el ITM, se discutió cómo la educación puede influir en la competitividad de Medellín y Antioquia, con un enfoque especial en las políticas públicas y el rol del sector privado. Comparto mis notas del evento y con ellas un breve análisis, con él busco sumarme al diálogo y así contribuir a identificar áreas clave de avance, retos a enfrentar, y oportunidades estratégicas para que el sistema educativo impulse aún más el desarrollo regional.


En Medellín y Antioquia, se subraya la necesidad de consolidar modelos de formación dual que combinen la teoría con la práctica, profundizar la colaboración estratégica con el sector privado, y diseñar programas académicos que partan de las necesidades locales para generar un impacto directo en la competitividad regional. La interacción entre universidades, empresas y gobiernos debe fortalecerse para crear soluciones que favorezcan el crecimiento económico y social, mientras que las acreditaciones de calidad y la actualización constante de los programas educativos son fundamentales para dar respuesta a un entorno cambiante preparando a los egresados frente a los retos de un mercado laboral en constante evolución.

Desafíos a superar

Uno de los desafíos más grandes para el sistema de educación superior en Medellín y Antioquia es lograr que los programas formativos se adapten mejor a las demandas del contexto local. Para que el conocimiento generado tenga un impacto real en la región, las universidades debemos diseñar currículos que respondan a los problemas y oportunidades específicos que enfrentan actores como empresarios, campesinos y gobiernos locales. En este punto como docente del la facultad de ciencias de la salud, debo agregar también dos grupos de interés fundamentales que son los pacientes y nuestra comunidad. Al partir de estas necesidades concretas, la educación no solo será más pertinente, sino que también contribuirá de manera más efectiva al desarrollo económico y social de la región. Una expansión de este modelo podría marcar una diferencia significativa en la competitividad regional, preparando a los profesionales de manera más completa y alineada con las demandas del mercado y generando de manera real una ventaja competitiva frente a otras ofertas formativas.

Así las cosas, involucrar activamente las empresas en el diseño de los programas académicos, contribuyendo a la creación de competencias alineadas con las tendencias y demandas laborales, no solo mejora la formación, sino que también impulsa la innovación y el desarrollo tecnológico, elementos esenciales para la competitividad y el crecimiento sostenido de la región. Pero requiere de una cultura organizacional de ambas partes que facilite el trabajo de cocreación.

Oportunidades estratégicas:

  • Innovación a partir de necesidades locales: Una gran oportunidad está en la capacidad del sistema educativo para generar proyectos innovadores que resuelvan problemas locales y promuevan el crecimiento de sectores clave de la economía. Si las universidades logramos diseñar programas basados en estos retos, la competitividad del sector podría mejorar notablemente.
  • Expansión de la acreditación y calidad educativa: Si bien la acreditación ya es un elemento fuerte en la región, su ampliación hacia más programas (entre ellos, el programa de Nutrición y Dietética Uniremington) y su constante actualización representan una oportunidad para seguir elevando los estándares académicos y reforzar la preparación de los estudiantes frente a los desafíos futuros del mercado laboral.
  • Aprovechamiento del entorno de cocreación: El entorno colaborativo entre gobierno, sector privado y academia es una plataforma única que puede aprovecharse para el diseño de políticas públicas más efectivas y proyectos productivos que generen ingresos adicionales al construir una agenda conjunta que desarrolle soluciones integrales que favorezcan tanto el crecimiento económico como la equidad.


Mi visión de las cosas:

Para que la educación superior siga contribuyendo a la competitividad de la región, es crucial consolidar modelos de formación diferentes desde lo curricular y ampliar el rango de acción de las universidades en una abierta colaboración con el sector privado para diseñar programas basados en necesidades reales. Adicionalmente no podemos perder de vista el enfoque hacia la calidad educativa para que el sistema de educación superior realmente se pueda consolidar como un motor clave del desarrollo y retome su posición protagónica en las aspiraciones de futuro de las generaciones actuales.

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