Dinero y sistemas de pago, presente y futuro
Recientemente, tuve la oportunidad de discutir con un grupo de ejecutivos internacionales sobre los cambios que se están produciendo en el campo del dinero y de los sistemas de pago en el mundo, como consecuencia de tres factores fundamentales:
1) La creciente e imparable digitalización de la sociedad y del uso de medios digitales para transacciones online y offline.
2) La importancia creciente de lo digital en la geopolítica mundial, donde a veces es difícil distinguir intereses de país y de empresa.
3) Los efectos del apalancamiento financiero record de la economía global, medido como factor de riesgo en la confianza en las monedas fiat, especialmente el dólar, tras los sucesivos apoyos tras la crisis de 2008, la crisis del Covid y la guerra de Ucrania.
Estos tres factores apuntan a escenarios de cambio sobre los modelos de lo que hoy consideramos que es dinero y cómo circula el dinero en el mundo.
En la reunión hablamos de:
Me parece útil analizar en cada caso el concepto del dinero y de medio de pago, a la luz de las opciones que actualmente se están considerando.
Billetes y monedas
Los billetes y monedas son al tiempo dinero y medio de pago (digital bearer notes), ya que su simple posesión y presentación física permiten la conclusión de una transacción si otra parte lo admite como pago de un bien o servicio. Son un dinero público de máxima calidad al ser emitidos por el banco central. De forma simplificada, el sistema de pagos en torno a los billetes y monedas está integrado por individuos, empresas, bancos y compañías de transporte de efectivo, además del banco central que los emite.
Cuentas bancarias
Las cuentas o depósitos bancarios son una extensión del dinero público, en formato digital, y circula por sistemas de pago mayoristas dentro de los países (por ejemplo sistemas RTGS), o entre ellos a través de sistemas de mensajería como SWIFT. Los bancos participan en dichos sistemas mayoristas, bien por operaciones propias o por operaciones de sus clientes, anotando en sus correspondientes cuentas bancarias. Aquí se produce una clara distinción entre este tipo de dinero y los sistemas de pago a través de los que transita.
Precisamente China está tratando de construir su propio sistema de liquidación internacional de pagos para no depender del SWIFT occidental, y ello le podría permitir distribuir su yuan digital.
Las Central Bank Digital Currencies
Las CBDC o dinero digital emitido por los bancos centrales es la respuesta digital de los estados ante la gradual desaparición del efectivo como medio de pago - ante la emergencia de los pagos digitales- y la propia debilidad intrínseca del modelo de negocio de los bancos (sometido a crisis bancarias periódicas) que precisa de un apoyo tácito y a veces económico por parte de los estados y, por tanto, de los contribuyentes.
Las CBDC son dinero que circulará a través de sistemas de pago tradicionales adaptados - probablemente a través de conexiones con API, como explora el proyecto Rosalind - y en principio no usará las ventajas de eficiencia que aportan las redes de infraestructura blockchains o DLT, salvo para proyectos o parcelas específicas que aún no están claramente determinadas (sí que, en cambio, los CBDC que sustituyan los pagos mayoristas pueden liquidarse en infraestructuras blockchain con las ventajas de programabilidad, transparencia e inmediatez que éstas permiten). Realmente no está claro qué problema a nivel de pagos resolverán las CBDC minoristas que no resuelva el dinero actual a través de los sistemas de pagos existentes, aunque las infraestructuras de pagos actuales sí se pueden trasladar a redes blockchain permisionadas haciéndose más eficiente el proceso de liquidación.
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Los CBDC accesibles al público son una respuesta defensiva de los estados frente al intento de las grandes corporaciones digitales de crear su propio dinero como hizo Facebook, y a la reducción creciente de los pagos con billetes y monedas. Son también un intento de mantener autonomía estratégica a través de la moneda de un país, más aún ante el lanzamiento por China del yuan digital, de momento solamente usado internamente con alcance limitado, pero que China podría tratar de usar en el futuro para operaciones internacionales con sus países aliados.
Las empresas nativas digitales
Las BigTechs y distintos proveedores de servicios de pago digitales proveen de aplicaciones de usuario a los clientes a través de las infraestructuras de pagos preexistentes, de la misma forma que Netflix usa la infraestructura de comunicaciones de las operadoras telefónicas para servir sus contenidos a los espectadores. Ellos “emiten” dinero como los bancos, pero sin la protección legal de los depósitos bancarios. Ellos además crean el equivalente a un “servicio de mensajería digital” (digital customer interface) para que las operaciones se liquiden a través de los sistemas ya descritos. Da igual que el usuario pague por código bidi, con pagos instantáneos entre cuentas o a través de tarjeta. En este campo se está produciendo una enorme innovación por empresas como las BigTechs americanas y chinas, compañías privadas como Stripe (US), Paytm (India), Pix (Brazil), o el Bizum español.
Las BigTechs intentaron crear su propio dinero (Libra de Facebook) circulando a través de su propio sistema de transferencia. Libra era un token cuyo valor se ligaba a una cesta de inversiones financieras y que circulaba a través de una red blockchain permisionada. El token de Libra aspiraba a ser digital bearer money que se trasladaba a las billeteras digitales. Por ello se le llama token based money en lugar de account based money de las cuentas bancarias. Libra no vio la luz porque un dinero digital emitido por una multinacional digital como Facebook podía acabar compitiendo con el dinero estatal y con los bancos y provocar inestabilidad financiera.
Los criptoactivos y las stablecoins
Los criptoactivos clásicos como Bitcoin o Ether son tokens dentro de blockchains no permisionadas cuyas dinámicas de precio están sometidas a fuerte especulación, y no pueden ser consideradas como dinero. Con la regulación apropiada, las stablecoins (Libra pretendía serlo) como Tether o USDC, que invierten sus reservas en activos financieros seguros como los bonos del tesoro americano o asimilables, sí pueden ser competidores del dinero actual (aunque no tienen aún una confianza generalizada por su novedad y escándalos en el mercado de criptoactivos) y transitan a través de las wallets digitales por todo el mundo permitiendo pagos con costes infinitesimales comparados con los de las opciones tradicionales. Habiendo de partir los fondos de las cuentas bancarias antes de adquirir criptoactivos, los bancos no facilitan las operaciones de inversión en los mismos. Las stablecoins sí pueden representar un cambio de paradigma porque unifican dinero y sistema de pago a través de la red blockchain.
La tokenización de los depósitos bancarios
La tokenización de los depósitos de los bancos puede ser una posible respuesta de los bancos ante la digitalización de los pagos y especialmente si las blockchains y sus wallets digitales se consolidaran como mecanismo de almacenamiento y tránsito de valor. Los bancos emitirían e money tokens con el respaldo de sus cuentas bancarias que se convertirían en una suerte de stablecoin bancaria: un nuevo dinero bancario que podría programarse con smart contracts en la blockchain generando un sistema paralelo al sistema actual. Realmente no está muy claro cuáles aún son las ventajas netas de este sistema (no obstante, está siendo estudiado por la asociación de bancos alemanes) si al tiempo se mantiene el sistema actual y habría que resolver problemas de interoperabilidad entre las wallets de distintos clientes en distintos países, con distintos sistemas bancarios. Sería necesaria una coordinación político-reguladora de un gran alcance, que ni siquiera ha ocurrido con los sistemas de garantía de depósitos en la Unión Europea.
Conclusiones
En suma, los escenarios de evolución futura son bastante complejos, y quizá se pueden establecer las siguientes conclusiones:
1) El sistema actual del dinero y de los pagos funciona correctamente si bien sería bueno modernizar las estructuras de pagos mayoristas y ver las posibilidades de la tecnología blockchain.
2) No está claro la necesidad desde la perspectiva de los usuarios de lanzar las CBDC equivalentes a los billetes y monedas actuales, ya que las innovaciones que están ocurriendo en el dinero convencional y en los pagos hacen cada vez más eficiente el sistema.
3) Las CBDC son un arma de defensa - o de ataque geopolítico - y pueden ser una respuesta ante la fragilidad inherente de los bancos, pero su puesta en marcha puede crear grandes incertidumbres en el sistema financiero del país donde se implanten, tanto más si este está muy desarrollado, como es el caso en Europa o Estados Unidos. Las CBDC mayoristas sí son una opción para mejorar las transferencias cross border y para la liquidación de los mercados de capitales tokenizados.
4) Las stablecoins son la mejor respuesta para crear un nuevo tipo de dinero seguro con las ventajas de la tecnología blockchain.
5) Las innovaciones en los pagos dependen cada vez más de actores digitales no regulados o regulados de una forma menos profunda que los bancos, lo que añade dimensiones de flexibilidad y al tiempo de incertidumbre al sistema.