Geopolítica de las materias primas
Una de las primeras decisiones de Occidente tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia fue la imposición de sanciones financieras sin precedentes (congelación de reservas del Banco Central de Rusia de sus saldos en dólares en distintos bancos centrales occidentales, imposición de restricciones en los pagos internacionales a través del sistema SWIFT, salvo para el petróleo y el gas ruso), continuando con restricciones comerciales, reduciendo a mínimos históricos las relaciones entre Rusia y los países del bloque occidental. Es lo que en inglés se etiquetó como weaponisation of finance.
Rusia contraatacó imponiendo la obligatoriedad de los pagos del petróleo y gas ruso en moneda rublo, generando una apreciación hasta niveles previos al inicio de la guerra, un movimiento ficticio, ya que la moneda rusa ha desaparecido como método de intercambio con Occidente, reducido al mínimo. Rusia ya solo intercambia con países que votaron a favor de su actuación en la resolución de Naciones Unidas que pretendía su condena, o que se abstuvieron por afinidad política o intereses más o menos transparentes.
Es evidente que las sanciones financieras y económicas de Occidente no han conseguido de momento ahogar como pretendían a Rusia para acabar rápidamente con la invasión militar de Ucrania. Además, Rusia ha contestado con un arma con la que seguramente Occidente no contaba: amenazando con el flujo de gas natural hacia Europa, interrumpiendo las exportaciones de grano y fertilizantes producido en Ucrania y en Rusia, además de toda una serie de minerales básicos en procesos industriales y tecnología en los cuales Rusia tiene una alta disponibilidad.
Rusia ha respondido con lo que podríamos ahora llamar weaponisation of commodities.
En su momento, me llamaron la atención los cambios posibles en el orden monetario mundial, o influencia en las monedas, que podían provenir de la importancia de las materias primas y de las fuentes de energía fósil, sobre un artículo original del analista Zoltan Pozsar que publiqué aquí.
Planteé tres modelos simplificados de un futuro orden monetario mundial: uno, basado en reglas y en mercados de capitales donde oferta y demanda imponen su criterio con una gobernanza más o menos equilibrada. Los países financiera e industrialmente más potentes tendrán las monedas más fuertes. Implicaría la continuación del orden actual, donde brilla el dólar y el sistema alumbrado por los acuerdos de Bretton Woods de 1944.
En un segundo modelo, los flujos monetarios favorecen a las monedas de los países que tienen materiales o materias primas que necesita el mundo. De esta forma, las reservas que respaldan las monedas estatales no estarían solamente constituidas por reservas en otras monedas fuertes u oro, sino por su capacidad de imponer precios en materias primas bajo su control. La inflación mundial actual refleja de alguna forma ya estamos en este mundo, y lo que no sabemos es cuanto durará, o si será permanente.
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Un tercer modelo es precisamente la mezcla de los dos anteriores. Es un mundo de reglas y mercados organizados o gobernados por consensos, pero también tiene poder la geografía de los recursos físicos que el mundo necesita para sobrevivir. El peso de las monedas es un a mezcla de su poder económico, político, de sus instituciones y de su importancia en la cadena de suministro de materias primas clave.
África necesita alimentos que provienen de grano cultivado en Ucrania y Rusia, y el mundo necesita de fertilizantes que se producen sobre todo en Rusia, China, Estados Unidos y Canadá. Y por supuesto, el mundo necesita de la energía que hoy aportan los combustibles fósiles.
La ola de calor que está sufriendo Europa, las inundaciones en el sudeste asiático o los tifones y tornados que asolan parte de Estados Unidos pueden ser exponentes del cambio climático, y es seguro es que la geopolítica de los recursos naturales estará en la agenda de los países durante mucho tiempo. En esta agenda estratégica importan los efectos de la guerra entre Rusia y Ucrania en los mercados de recursos minerales.
En esta geopolítica de los recursos naturales, los países tratarán de reducir su dependencia de fuentes de energía que contribuyan al calentamiento terrestre, fomentando las energías renovables y limpias. Pero esto no será fácil ni inmediato, porque las inversiones públicas y privadas necesarias para sustituir las fuentes actuales son cuantiosas, y el plazo de ejecución no será todo lo corto que desearíamos. En segundo lugar, en esta transición del modelo energético serán necesarios minerales de distinto tipo, incluyendo tierras raras, de las cuales Europa no dispone o si las tiene, no tiene una estrategia de extracción minera.
Recientemente, la UE acaba de aprobar como energías verdes de forma transitoria el gas natural, menos contaminante que el resto de combustibles fósiles, y la energía nuclear, ya ampliamente establecida en países como Francia, con alto nivel de eficiencia, aunque no exento de riesgos potenciales.
Sin duda, la agenda para luchar contra el cambio climático ha de acelerarse, no solo con el objetivo de reducir las catástrofes naturales, sino para mitigar la dependencia de suministros de terceros países que usen sus recursos naturales como arma de enfrentamiento. Si esto se consigue, volveremos a disfrutar de precios de materias primas similares a los niveles de antes de la guerra de Ucrania.
Partner at Synergreen Energía SL
2 añosEnrique Titos felicidades por el artículo. Una parte de la reducción de esa dependencia y la lucha contra el cambio climático pasa sin duda por las fuentes de energía renovable y la economía circular. En mi opinión, las autoridades deben de "ponerse las pilas" para agilizar los procesos de aprobación de proyectos y fomentar aquellos proyectos que tengan impacto en la reducción de la despoblación rural mejorando la vida en el medio rural.
Ingeniero Agrónomo
2 años¿Una posible solución a la dependencia de las materias primas energéticas de terceros países no sería la disminución (racionamiento) del consumo?
Director, Grupo Complutense de Estudios Estratégicos e Internacionales UCM Research Group
2 añosQuerido Enrique muy interrsante tu artículo. La pregunta también es como piensa la UE ser un actor estratégico( la famosa autonomía estratégica) sin autonomía energética y de minerales estratégicos.. es bien sencillo ver la de Francia y EEUU. Ambos tienen sobre todo energía nuclear que les da esa autonomía y no dependencia. Esto se podía pensar para España tambien, sobre todo con cambios legislativos que todos sabemos.
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2 añosLamentablemente y ojalá esté equivocado Enrique, creo que la transición en el uso de energías limpias será un largo proceso donde a la vez , se hace necesario el uso de las energías fósiles por mucho tiempo, hasta por ejemplo para la propia fabricación de paneles fotovoltaicos. Echo de menos una mejor planificación de la transición ya que no es posible (aunque querible al menos en lo personal) una mayor generación limpia y local que permita no depender de aquellas energías que no lo son, fundamentalmente en Europa, área geográfica que lleva la delantera a nivel mundial en lograr dicho cambio. Muy interesantes los 3 escenarios monetarios propuestos.
Lawyer. UCV (1995).
2 añosAnálisis interesante. Gracias Enrique Titos por compartir. Éxitos!