Disclaimer, sin spoilers
Este drama, con pinceladas crecientes de thriller sicológico, que Cuarón ha convertido en mini serie de siete episodios para Apple, basándose en la novela "Disclaimer" de la documentalista y escritora Renée Knight, me pareció muy bueno, altamente recomendable.
La historia cubre 20 años en la vida de Catherine Ravenscroft (la siempre formidable Cate Blanchett), una documentalista que poco a poco ve cómo su vida se va poniendo de cabeza a raíz de un episodio ocurrido en su juventud.
El inicio es un poco confuso al proponer tres líneas argumentales (dos en el presente, una en el pasado) sin revelar claramente cómo se relacionan, hasta que, sobre el final del primer capítulo, lo entendemos y quedamos literalmente atrapados en un misterio del que vamos conociendo diversos aspectos inconexos que van echando luz unos sobre otros hasta completar el panorama en el episodio final.
Siempre vamos saltando, metódicamente, a cada una de las tres líneas, ahondando la intriga. Y ese es, creo, su mayor mérito. Cuarón consigue crear una atmósfera naturalista y cotidiana que resulta cada vez más asfixiante (y fascinante) por razones poco claras, como la vida misma, vamos.
Es una atmósfera parecida a la de la serie "Fargo", en la que los tiempos y los detalles, muchas veces absurdos o incomprensibles, se suceden implacables, ya sea que se trate de escenas de amor o de violencia o de sexo. Pero ahí donde "Fargo" sucumbe a la ironía, al humor o a la estética (atractiva o repulsiva) de una imagen, que funcionan como guiños al espectador (¡y que nos encantan y forman parte de esa marca!), Cuarón no lo hace y mantiene -con acierto, en mi opinión- un espíritu más puro, más despiadado, más desafiante.
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El sexo, que en los primeros capítulos tiene una carga muy importante, está muy bien trabajado. En toda narrativa, pero especialmente en el drama puro, el sexo es un elemento potente pero problemático, que puede salirse de control fácilmente y echarlo todo a perder. Cuarón lo maneja aquí de manera magistral, audaz, temeraria incluso, demostrando una mano y una madurez como director que ya quisiera su paisano Iñárritu (¡ese vacuo pomposo!) para un día de fiesta.
Mención especial merece aquí el talento y la belleza de Leila George (¡hija de Vincent D'Onofrio!) para asumir un papel difícil y lleno de riesgos, que lleva de principio a fin con una solidez y coherencia admirables.
Kevin Kline, némesis de la historia, también entrega una actuación retorcida y formidable, de esas que normalmente terminan pujando por un Emmy. No puedo decir lo mismo de Sacha Baron Cohen, que no sé si está genial haciendo un personaje insípido o si está insípido haciendo un personaje regular. Pero tampoco importa tanto.
Aunque la historia es relativamente simple, el manejo de los tiempos y los puntos de vista es complejo, creando una estructura con un sabor muy peculiar, alejado de los estilos habituales en los streamings. Es un mérito, sin duda, porque se siente fresca y permite mantener la honestidad del relato a través de giros que pueden parecer muy radicales. Ignoro si eso está así en la novela original, intuyo que es más mérito de Cuarón, que ya explora ese camino en "Roma" y aquí lo lleva a un nivel todavía más alto.
En fin, la recomiendo a los que les gustan los dramas y los estudios de personaje, más que a los que les guste el suspenso. Tiene suspenso e intriga, sí, pero su corazón no está ahí, su corazón está en una contemplación bastante dura de la condición humana, que es exactamente lo que se espera de un buen drama. Por Apple.