DISCURSO REFERENCIAL
Se alude al discurso referencial como aquel en el que predomina la función representativa o denotativa del lenguaje. Dicha función referencial del lenguaje se usa cuando queremos mencionar aquellos factores que son externos al acto de comunicación y de la persona que está comunicándose.
La función referencial está presente en discursos que buscan transmitir conocimiento e información, como pueden ser los textos académicos, los científicos y los periodísticos. Estos textos forman parte de géneros cuya característica principal es la referencia a la realidad (el artículo, el informe, la reseña, etc.).
Debido a que la función referencial constituye una de las funciones del lenguaje más utilizadas en la comunicación, cuenta con una serie de recursos propios para poder transmitir el mensaje, tales como :
- deícticos – usados para señalar que ocupa en el discurso.
- preposisiciones o sintagmas preposicionales – según, de acuerdo con.
- recursos verbales relativos al estilo impesonal - La forma se, no reflexiva, aparece como forma impersonal: Se considera, Se dice que (third person point of view); en ocasiones, se recurre al plural mayestático: encontramos, pensamos.
- uso de referencias externas – citas directas e indirectas sobre textos ajenos
- verbos dicendi, declarativos o del habla - verbos que expresan actividades que se realizan con la intención de comunicar algo
Decimos que un proceso es autorreferencial cuando se refiere a sí mismo u opera sobre sí mismo; cuando se usa como referencia partes del mismo sistema, persona o proceso, se denomna autorreferencial.
Entre los recursos empleados en el discurso autorreferencial se encuentran :
la autocita - las citas que el autor o autores hacen a sus propios trabajos. .Ana Vian Herrero, en la publicación Fabulaciones del yo-autor en diálogo: autocita y estrategias de identidad comenta sobre el efecto que tiene la autocita: .«La autocita está en el extremo contrario del hecho de atribuir un acto no a su autor sino a la buena suerte, a un tercero, a un se impersonal [destacado propio], etc., distinguiendo o separando acto y persona».
el ileísmo (traducción propia, illeism, en inglés) – el acto de hablar de sí mismo (self talk) en tercera persona; también llamado auto-conversación.[1]; quien la practica es un illeist. El efecto ileista [traducción propia, no se documenta en español] presenta el beneficio de impartir una supuesta imparcialidad objetiva; pero utilizado en exceso, refleja egocentrismo y narcisismo.
El proceder del elogio de sí (autoalabanza) mediante la autorreferencia y la referencialidad discursiva se emplean asimismo como estrategia literaria, recurso estilístico empleado por diversos autores, como se ilustra en: Lope de Vega y el soneto: algunas reflexiones en torno a la autorreferencia. También se emplea con frecuencia en los cómics, por ejemplo, en los cómics de Marvel, el personaje Mantis comúnmente se refiere a sí misma como "esta" y también "ella".
El ileismo se emplea en el lenguaje infantil, también en los medios de comunicación (en el cine) en contextos específicos :
For very young children, using their own name in place of first-person pronouns like “I” or “me” is typical enough — the kind of entry-level self-expression that’s often observed in other strange beings that are just getting to grips with human language (“E.T. phone home”; “Hulk smash!”; “Elmo loves Big Bird,” etc).
Fuera del mundo académico y del mundo mediático (relativo a los medios de comunicación) es un recurso que en la vida real; aunque se le atribuye su uso a los deportistas: “Yo quería hacer lo que era mejor para LeBron James y lo que LeBron James se va a hacer para hacerlo feliz.” (El jugador de baloncesto LeBron James, anunciando que se iba a los Cleveland Cavaliers para unirse a los Heat de Miami, 8 de julio de 2010) y a los políticos: “Donald Trump desarrolla magníficos campos de golf” (Donald Trump sobre Donald Trump).
Se recomienda limitar el uso de este recurso, también llamado auto-conversación, pues su abuso suele conferir al mensaje un tono pedante o jactancioso.
[1] Coined by Samuel Taylor Coleridge in 1809, the word is formed from the Latin singular masculine pronoun ille (he).