DONAR ES CAUSA DE VIDA
Muchos se niegan a donar, pero cuando lo necesitan, exigen que se les done.
Un tema muy controversial, aún más en México, es el de la donación de sangre. Hay muchos prejuicios, malos entendidos, mitos y mentiras que se han hecho del tema en cuestión. Desde el punto de saber quién puede y no ser candidato para donar, hasta el pensar que debemos de guardar nuestra sangre para cuando exista una emergencia médica.
Pero comencemos por las estadísticas, hay artículos que datan que en países europeos existen donadores frecuentes en un 30% de la población. Mientras que en México, lamentablemente, sólo el 2.5% es el que lo realiza. Tal vez se deba a lo que se dijo anteriormente, más creo que es la falta de información y la cultura que se nos inculca desde pequeños el evitar este tipo de labores que hacen mucho bien. El problema es que no existe una educación que nos prepare para ser donadores.
Tristemente son pocos los que pueden donar, pues de cada cinco que se animan a hacerlo sólo uno termina siendo candidato. Esa persona que puede hacerlo, lo más seguro es que done pocas veces en su vida. Pensar que es tanta la gente que necesita de sangre por enfermedades o accidentes y sin la suficiente ayuda.
Desde niños hay los que requieren trasfusiones de sangre por cáncer de manera periódica por las quimioterapias que matan muchas células propias y los dejan débiles al recibir el tratamiento. Un sufrimiento que no acaba después de terminar el programa, pues posteriormente tienen que buscar donadores que se animen a regalarles un poco de lo que ellos necesitan y a muchos les sobra.
Empecemos por desenmascarar aquellos mitos que nos han hecho ciegos ante muchas situaciones de necesidad. Primero, los que pueden donar sangre pueden hacerlo aproximadamente 140 veces en su vida. Los hombres, en caso de emergencia, pueden hacerlo después de 2 meses de su última donación, las mujeres después de cuatro. Lo que nos marca otra pauta, que según las estadísticas, una persona sana dona aproximadamente 10 veces en su vida para un familiar. ¡Son 130 oportunidades de ayudar a alguien que se desperdician! Más no quiero proponerte donar cada 2 meses, sino que tal vez puedas hacerlo, en una labor altruista, una vez al año.
Otra limitante que muchos ponen de pretexto es el de la inseguridad en las trasfusiones de sangre, en el uso de las jeringas (que se creen usadas) y el traspaso de enfermedades. No hay ningún hospital autorizado que utilice jeringas por segunda vez y los procedimientos de limpieza son muy cautelosos. Así como también se cuida al receptor, se hace lo mismo con el donador, por eso son rechazados tantos, por la salud de todos.
“No dono porque tengo tatuaje”, es una frase típica. Los que tienen tatuajes pueden donar después de un año de su último tatuaje. Funcionando de la misma manera con las perforaciones y las cirugías, se puede hacer después de los doce meses mencionados.
¿Quién de plano no puede donar? Los que tengan alguna enfermedad de transmisión sexual, los presos, drogadictos, mujeres en menstruación, personas con diabetes no controlada, hipertensos, menores de edad o mayores de 65 años, si miden menos de un metro y medio o pesan menos de 50 kilogramos. En general, si no tienes ninguna enfermedad reciente, has tomado medicamentos o alcohol en los últimos tres días… ¡puedes hacerlo!
Piensa en cómo te sentirías si necesitaras de mínimo un donador para poder seguir viviendo y no encontraras a alguien que quiera o pueda hacerlo. Pues es el caso de miles de personas en nuestro país. Comenzando por el cáncer que es de los más necesitados. De cáncer hay 18 casos por cada 100,000 personas… de las cuales en México mueren 205 al día. En el mundo hay un niño que muere cada 4 horas por esta enfermedad que sufren tantas personas, muchos por falta de donadores.
Sólo piensa que si tú puedes, tienes 130 oportunidades de donar vida a otras personas. No necesitas esperar a que un familiar enferme, piensa en todas las familias que sufren y desesperan por encontrar alguno. Sólo tienes que ir a un banco de sangre, preguntar por algún paciente que necesite sangre y hacerlo. Puedes empezar a hacerlo una vez al año o tal vez dos. Pensando que dejas un margen de diez meses para una emergencia de algún familiar o amigo.
Aparte de la satisfacción de haber ayudado a vivir después de dar un poco de nosotros existen otros beneficios como el de estimular la producción de células sanguíneas nuevas en la médula ósea; las cuales tienen mayor capacidad para transportar el oxígeno a los tejidos. La donación periódica permite mantener unas mejores reservas en los bancos de sangre, para suplir las necesidades de la comunidad y aumentar las posibilidades de recibir una transfusión segura y oportuna en caso de que seamos nosotros los necesitados.
No esperes más y entérate si eres candidato a ser un donador frecuente asistiendo a cualquier hospital y ser un donador activo. Unidos el mundo puede cambiar, pero para hacerlo tenemos que empezar por nosotros mismos.
¡Dona sangre, dona vida!
Alex Arriaga