Dos Errores mas a Evitar en tu primer emprendimiento

El Efectivo: Trátalo como el Rey de la Casa, Porque lo Es

"¡Hay que llamar al oficial de cuenta y contarle que nos volvimos a sobregirar este mes para pagar los sueldos! ¡Apúrate antes de que nos protesten el cheque!" ¡Ojo! La mayoría de las empresas que están en pañales tienen líos de caja, es normal. Pero lo que no es normal ni está bien es que no se den cuenta de esos líos hasta que tienen que soltar billetes y se dan cuenta de que el bolsillo está más seco que desierto al medio día.

Los emprendimientos, a menos que tengan padrinos con fondos profundos, suelen estar más vacíos que alacena de nutricionista. Eso significa que hay que ser extra en la planificación y control del efectivo, aunque eso signifique dejar la rentabilidad en un segundo plano. Como diría mi profesor, "No he visto a una empresa cerrar por falta de rentabilidad, pero he visto a miles cerrar por falta de plata en la billetera". Tener un flujo de caja estimado y conservador te ayudará a tomar decisiones más inteligentes, gestionar mejor las cuentas por cobrar, y negociar con los proveedores como todo un campeón. No puedes andar por la vida a ciegas, porque te acabarás cayendo en la primera alcantarilla que te encuentres.

Sugerencia de Mejora: Dos reglas de oro: aunque no tengas un peso, debes tener una proyección de tu flujo de caja, ¡y tienes que darle seguimiento! ¡Marca a presión! Si los ingresos se complican, empieza a buscar soluciones como recortar gastos, posponer inversiones, liquidar inventarios o buscar financiamiento. No esperes a que la situación te explote en la cara. ¡Va a ser doloroso!

El Presupuesto: El Mapa de Ruta de la Empresa

"¡Vendimos un 30% más que el año pasado! ¿Por qué entonces no nos alcanza ni para el café?" ¡No importa si tu empresa es grande, pequeña o está en pañales, necesitas un presupuesto! Completo, de ingresos y de gastos.

La belleza del presupuesto de gastos es que nos pone una correa al gasto y nos ayuda a tomar decisiones más fácilmente. No es una camisa de fuerza, pero es como ese amigo que te dice "oye, ¿de verdad necesitas ese par de zapatos nuevos?" cuando ya tienes veinte en el armario.

Al principio puede ser un poco desmoralizador, o a veces demasiado emocionante, ver el presupuesto de ingresos. Las variaciones pueden ser tan grandes que parece que hacerlo es como lanzar una moneda al aire. Pero como decía un profesor sabio: "Si presupuestas y te equivocas un 60%, es mejor que no hacerlo y equivocarte un 100%". El presupuesto es como el faro en la tormenta que nos dice si estamos en curso o si nos hemos desviado hacia un iceberg.

Sugerencia de Mejora: Haz un presupuesto básico, de ingresos y gastos. No te preocupes por complicaciones como proyecciones de balances por ahora. Revisa al menos una vez al mes cómo se compara la realidad con lo planeado. Si estás mejor, ¡felicidades! Analiza por qué y si puedes replicarlo. Si estás peor, identifica las discrepancias más grandes y ponte manos a la obra para resolverlas.