Duelo por separación: ordenar el mecano
Alcanzar una relación de pareja sólida, saludable y satisfactoria es importante para la mayoría de personas.
Las relaciones amorosas nos permiten desarrollar esa parte vital del ser humano que es amar y ser amado. Potencian nuestra autovaloración, nos dan un sentido de pertenencia y familia, nos nutren afectivamente, sexualmente y nos proyectan al futuro con proyectos compartidos que nos ilusionan y dan sentido a nuestra vida.
Y en el mejor de los casos son un buen sustrato para crecer y desarrollarse a través del encuentro con el otro.
Por ello, la ruptura de pareja nos afecta tanto.. porque cuestiona nuestra identidad, nuestra autoestima, nos obliga a reconstruir de nuevo la vida.
Es la segunda causa en la escala de estrés: un buen indicador de lo que vamos a tener que enfrentar.
Muchas veces se trivializa la separación tanto por parte del afectad@, como de su entorno. Es algo así, como: “ah, ¿qué os habéis separado?. Bueno, señal de que no iba bien: pues mejor así”. “Ya encontrarás a otra persona”.
Es una muy buena manera de desautorizar el duelo y el tránsito de dolerse.
Hay una presión social y/o propia para negarlo, “para ir a por otra cosa”, “pasar página” y “no mirar atrás”. Cómo si al no haber muerte, o un suceso trágico, o porque lo decidimos o el/la otr@ era “un no sé qué”, eso que sentimos y que ocupa nuestro ser, no se ha ganado el derecho de ser acogido, sentido, inventariado, revisado y digerido.
También puede haber un miedo a quedarnos para siempre mirando la relación acabada y no rehacer nuestra vida.Un miedo que nos pone en estado de urgencia, para salir espitados, a no se sabe muy bien donde.
Buscamos pasarlo rápido para que no nos paralice y, pasa, todo lo contrario, que se nos queda atravesado en algún rincón ..quizá por años..y de tanto, en tanto, aparece como una sensación sorda y vaga que nos pesa y enlentece.
Es importante saber que estás en duelo y que necesitas tiempo para hacerte a la idea y ordenar la situación en que te encuentras durante o tras la ruptura.
Antes de la separación, todo y con dificultades en la pareja, tenías un orden, una estructura que te sostenía: los fines de semana, las vacaciones ajustadas, la compañía cercana, el día a día con sus hábitos cubiertos..también el malestar, los desencuentros, las soledades en compañía, las incomprensiones y el desgaste.
Se me asemeja a esas pequeña obra hecha con juegos de construcción con piezas, que construimos con cariño, dedicación e ilusión para vuestro disfrute y el del otro, quizá inestable e imperfecta, pero tuya. Ocupa un lugar en tu casa y en tu atención y, un día, se desmorona y te quedas con las piezas en el suelo, sin orden, desmontada, con el vacío de la caída y la sensación de fracaso.
Lo difícil es ver que no puedes evitar que se caiga la torre, el barco o el edificio, observar cómo se te cuelan las piezas entre las manos y te quedas con un montón de escombros sin sentido.
Requiere volver a juntar las piezas, ordenarlas, ver el significado y el lugar y función que tenían en esa obra. Revisar el tiempo dedicado, recordar los buenos momentos montándola, valorar cuando escogiste la pieza adecuada o no tuviste tino al ponerla, ver el trabajo en equipo, lo que aportó el otro y donde no facilitó.
Recordar lo bella que era la pieza y despedirte de ella porque aunque la reconstruyeseis nunca sería exactamente igual.
Tocará ver que nueva pieza quieres construir rescatando las piezas que te sirven, algunas de ellas no las tenías inicialmente y las puso ese otr@ con el que construisteis el proyecto, verás cuales sobran y que nuevas hay que añadir para generar esa nueva obra que te dará sentido.
Y en el camino de ir montando, recordando, te enfadarás, llorarás, negarás, sentirás el amor y agradecimiento y, un día, descubrirás que has construido una nueva realidad y que lo has hecho por ti mism@, que has podido, que has sido capaz y si la semilla de la transformación se ha plantado, podrás mirar atrás con agradecimiento a ti y a aquel otr@ con el que construiste aquella obra y sin el dolor.
Una obra que te constituirá siempre y que habrá sido el abono para habitar, un poco más sabi@, un poco más humilde, un poco más firme, tu presente.
No se puede construir algo nuevo sobre un montón de escombros. Hay que recoger, limpiar, ordenar, recuperar para construir algo nuevo. Si te das el tiempo, verás que habrá sido un tiempo valioso y nutritivo y que sales reforzad@, más hábil y en el doler, el revisar y ordenar te has construido.
Tu mirada verá ante sí un espacio que antes se asemejaba vació y yermo, y ahora es un lugar sólido y con buenos cimientos para construir un futuro a tu medida.
Así que recuerda, en el duelo por separación es importante:
- Reconocer que estás en duelo y que te duele. No por querer pasar página, dejarás de vivirlo consciente o inconscientemente. Pero puestos a elegir, mejor conscientemente. La digestión será más provechosa.
- Aceptar que te sientes vulnerable, triste, rabios@, que tienes miedo ante lo que va a pasar, culpable o nostálgic@.Da un espacio a lo que sientes.
- Asumir que necesitas tiempo y no por ello, va a durar eternamente.
- Atenderte y poner orden en el juego de piezas que se ha desmontado con paciencia, con amistad a ti, con cuidado.
- Encontrar el significado de lo vivido, para liberarte.