Terapia Gestalt: un interruptor de conexión a ti mismo

Terapia Gestalt: un interruptor de conexión a ti mismo

Para mí la terapia Gestalt es como un interruptor de conexión, de conexión, ¿con qué?

Con nosotros mismos, con los otros, con el entorno, con lo que está sucediendo en el momento presente. De vivir lo que ES, y no en lo que ME GUSTARÍA que fuese.

Parte del sufrimiento del ser humano tiene que ver con la desconexión, con la negación, con la ocultación, con la pretensión, con vivir en el pasado o el presente, con la falta de consciencia de mí mismo.

Me desconecto de mis propios impulsos, deseos, necesidades. Tengo deseo de acercarme a alguien y de que charlemos amablemente y tener su atención y me pongo a imaginar qué pensará el otro de mí y de mi gesto. Un sinfín de pensamientos afloran para explicarnos un montón de cosas que creemos reales cortando el deseo honesto, llano y simple de acercarme. Complejidad frente al gesto espontáneo.

Niego lo que siento, de mis emociones y sentimientos. Siento la apatía y la falta de entusiasmo y la tensión en mi cuerpo que me dicen este trabajo ya no es para mí. Pero antes de reconocerlo me digo que yo no debería sentir esto. Así que lo niego de mil maneras, distrayéndome con otras cosas, no escuchando los signos emocionales o corporales que me lo indican. Niego este momento y con ello la posibilidad de tomar decisiones y optar a otras opciones más acordes conmigo mismo.

Oculto ante los otros mi opinión y mi necesidad: no digo no, cuando quiero decir no, sonrío cuando lo que siento es fastidio, pongo a los otros antes que yo y me enfado porque los otros no se dan cuenta. Me traiciono y vivo en un malestar latente por el miedo a accionar nuevas formas.

Son formas de pretender, pretender ser otro diferente al que soy y supuestamente mejor, pretender que los otros y las circunstancias sean otras. No aceptar toda la vida que surge de mí y de mi entorno, intentando manipularla para que se adapte a no sé qué ideal vacío, irreal y carente de contenido mientras me pierdo el vivir presente con sus matices, colores y formas.

La Terapia Gestalt acompaña a la persona a reconocer y acoger todo aquello que vive en el momento: emociones, sensaciones, pensamientos, juicios.. Ya que es la única forma de contactar con el propio recurso y encontrar salidas nuevas. ¿Cómo puedo sentirme fuerte, capaz y amado si soy el primero que me niego todo lo que aparece en mí?

Apela a la capacidad de la persona de tomar sus propias decisiones y para ello ha de renunciar a la falacia del ideal y reconocer lo propio y abrazarlo y abrazar lo aparentemente “desagradable” y lo “agradable” de sí mismo. Y en ese espacio interno de acogida uno es y se siente acompañado y digno para pedir y dar, marcar límites y darse lo que necesita. Bienestar.

Es una terapia que considera la experiencia de la persona como un todo donde se incluye la vivencia interna y el entorno aprovechando lo que la vida me trae como una oportunidad de autoconocimiento, desarrollo personal y de entrega y no como un ser arrastrado por las circumstancias.

La Gestalt aprieta el interruptor de la conexión contigo mismo: Toma consciencia, Experimenta, Asume lo que hay y decide por donde quieres seguir

1,2,3..Conexión…1,2,3.. Vida …1,2,3 Tú decides..¿Aprietas el Interruptor?

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