Economía virtual
¿Qué es lo primero que se te viene a la mente cuando te dicen economía virtual? Para aquellos que están en el tema, es probable que al decir economía virtual, piensen en criptomonedas y blockchain. Pero en este espacio me gustaría enfocarme quizás unos años atrás, o al menos no considerar la aparición y adopción masiva del blockchain por un momento, entre otras cosas, para seguir entendiendo la fertilidad de la tierra donde se esta cultivando la blockchain y, de nuevo, la economía virtual.
Hace aproximadamente 100 años, cualquiera que quería emprender un negocio, necesitaba, entre otras cosas, un local en donde presentarse y atender al público, ya sea la oferta de un servicio o la venta de un producto, a excepción claro de los vendedores ambulantes. Era casi impensable, en la mayoría de los casos, la realización de un negocio sin un lugar físico en donde producir y/o mostrar los productos.
Desde la aparición del teléfono comenzó a funcionar la venta de productos y servicios a nivel remoto, muy lentamente. Si observamos la actualidad cada vez emergen mas empresas que ofrecen sus productos y servicios a través de las redes sociales o sitios web. Considerando también la tendencia a la tercerización en la producción, ya no es tan necesario como lo era antes hacer esa gran inversión inicial para alquilar o comprar un local en donde se maneje la producción o donde se muestren los productos como un showroom. Ni que hablar de las enormes ventajas de las poderosísimas herramientas de marketing digital que ofrecen empresas como Google o Facebook, con precios muy accesibles.
Quien vio esta enorme oportunidad y la explotó de la mejor manera fue Jeff Bezos, el fundador de Amazon, hoy la empresa de e-commerce mas grande del mundo, y el hito de la comercialización de productos remota. Todos hemos comprado o al menos visto productos en el sitio web de Amazon.
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La pandemia que estamos viviendo desde hace ya un año medio dio un gran empujón a todo este tipo de economía remota. El homeoffice, impuesto a la fuerza por una cuestión de salud publica, hoy se mantiene como una opción igualmente valorada a la jornada laboral presencial. Por supuesto que con sus ventajas y desventajas. Pero quien se adapte y resista a las desventajas de trabajar de manera remota, puede hacer crecer su carrera profesional en formas que antes era impensable, y acceder a un mercado laboral mundial. Para dar una cifra, Workana una plataforma de trabajo freelance, vio un crecimiento de un 42% de su actividad en América Latina en el 2020.
Para cerrar, es aquí donde, en mi opinión, entra en juego la tecnología blockchain y las criptomonedas. Como hemos visto, la tendencia de la economía se inclina fuertemente hacia lo virtual y remoto, y todo esto superando sin titubear el burocrático sistema económico actual, con un montón de intermediarios, y distintas monedas nacionales. Cabe aclarar que en todo este tipo de transacciones el billete queda totalmente obsoleto, y son solo números en balances de cuentas que se suman y restan.
La pregunta es, ¿por que no adoptar la tecnología blockchain como medio por el cual esas transacciones de ventas de productos y servicios, o pagos de sueldo remoto se realizan, aprovechando los enormes beneficios de seguridad, rapidez instantánea, independencia y bajas comisiones que ésta ofrece?