Ecos de contradicciones

Durante semanas, la fallida Toma de Lima fue exacerbada, sobreestimada y analizada por numerosos especialistas con el uso de modelos sofisticados que anticipaban un escenario alarmante, capaz de provocar ansiedad incluso en tortugas y otros reptiles de sangre fría. Los promotores de esta marcha se jactaban de su capacidad para derrocar el gobierno y cambiar el destino del país. Este discurso comunista, cuya práctica se agota y se extingue, cada vez se asocia más a errores del pasado. Se trata de un primer eco de las contradicciones que ha sido un bumerán contra senderistas, vándalos, pero también políticos de izquierda, periodistas narcisistas, sacerdotes activistas, presentadores de televisión e influencers tóxicos.

Las encuestas más recientes parecen haber perdido su base de encuestados. Las empresas encuestadoras, con notoria prisa, publicaron sus resultados antes del 19 de Julio. Algunas nos dijeron que más del 80% de la población anticipaba conflictos sociales. También concluyeron que más del 80% desaprueba a Dina Boluarte y más de 90% al Congreso. Sin embargo, olvidaron preguntar: “¿Quiere usted que Boluarte deje el gobierno?” … Ahora, ¿cómo explicarán las encuestadoras que sólo 21,000 personas (0.06% de la población nacional) salieron a las calles? 

Las encuestas telefónicas y en línea deben ser desechadas con la basura por sus limitaciones técnicas. La literatura académica cuestiona su representatividad y sesgo en comparación con las entrevistas cara a cara, simplemente porque no hay garantía de que se obtengan respuestas estadísticamente válidas. Por ejemplo, algunos canales de TV de señal abierta insistieron en usarlas tendenciosamente. En el horario estelar del domingo, lanzaron su encuesta en línea ¿Saldrás o no a protestar el 19 de julio? Indicaron que el 39% saldría a la calle. ¿Para qué preguntaron tal barbaridad? Es conveniente empezar a ampliar nuestra comprensión de lo que se discute en algunos medios que tienen por finalidad preocuparnos al punto de generar trastornos mentales. Lima nunca fue tomada… el título es en sí un error, un segundo eco de contradicción.

A pesar de que varios erraron al intentar medir "cuán caliente estaba la calle”, nuestros medios y encuestadores son los espacios que pretenden formar y desarrollar la opinión pública. Desde el inicio, estos otorgaron una legitimidad muy baja al gobierno, y eso no ha cambiado. Para Dina Boluarte, debe quedar esto bien claro. La mandataria no tiene que interpretar este fracaso de “La Toma de Lima” como su pase seguro hacia el 2026. El único camino viable para ella es la generación de empleo promoviendo con efectividad las inversiones privadas. Aquí nos encontramos con el tercer eco de contradicción: Estamos en una recesión técnica. Para la mayoría de economistas, la solución sería reactivar con más obras e inversiones públicas para evitar un tercer trimestre de caída que afectaría el empleo y haría sentir mucho más la recesión. 

Si el ministro Contreras ha hecho esfuerzos con su Plan Con Punche para reactivar la economía, ¿Por qué hemos experimentado tres meses de contracción económica? El resultado fue insuficiente: Falta reactivar el sector privado y las grandes inversiones que han perdido la confianza en el país. Recientemente, Fitch Ratings afirmó que Perú sufre de “parálisis política”, y días después, The Economist, muy leído por los inversionistas, publicó una nota sobre la conflictividad social, obviamente influenciada por la caviarada mediática dedicada a distorsionar. ¿Quién nos ayuda a difundir en el exterior lo que realmente sucede? Necesitamos impulsar la cartera de proyectos mineros. Debemos desbloquear Majes Siguas y la Tercera Etapa de Chavimochic. Es urgente restablecer la Ley de Promoción Agraria que Sagasti permitió derogar, a pesar de que era consciente que reducía la competitividad e inversión en el sector agroexportador. ¡Eficiencia ya! gobierno Boluarte.

Vea aquí el artículo publicado en el Diario Expreso, el 22 de julio de 2023