Edición #89: Emociones Inteligentes
Hace unos días, mientras tenía una conversación profunda con un amigo que trabaja en transformación organizacional, tocamos un tema que sigue resonando en mi mente: la inteligencia emocional en los roles de transformación. Conversamos sobre cómo, una y otra vez, vemos acompañamientos y cambios organizacionales que fracasan. No por falta de conocimiento técnico o estratégico, sino por la ausencia de esa habilidad tan esencial y humana que es conectar emocionalmente y con empatía con las personas que están viviendo el cambio. Su relato me inspiró profundamente, porque refleja un problema crítico que veo a diario en el mercado de la transformación.
El mercado está lleno de “expertos”, “consultores” y profesionales que se subieron a la ola y al boom de “la transformación” desde el 2019 en adelante… Y, en medio de toda esta bulla y maromas, hay algo que se ha perdido: la inteligencia emocional. La falta de esta capacidad crítica es lo que está haciendo que muchos procesos de transformación fracasen. ¿Cuántas veces hemos visto a profesionales que no logran conectar con la realidad emocional del cambio? Equipos agotados, líderes desconectados y organizaciones atrapadas en el caos son síntomas de esta carencia.
El Problema de acompañar Transformación sin Inteligencia Emocional
Hablar de inteligencia emocional en el contexto de la transformación puede parecer obvio, pero en realidad es uno de los aspectos más subestimados. Un rol de transformación —sea cual sea— implica ser acompañante en un proceso profundo y, en muchos casos, doloroso para las personas. El cambio no es solo una cuestión de nuevas herramientas o procesos, es un desafío que toca las emociones más profundas: el miedo a lo desconocido, la frustración por lo que se deja atrás, la incertidumbre ante lo que vendrá.
Y aquí es donde muchos fallan. Los profesionales sin inteligencia emocional se enfocan en el aspecto “duro” del cambio: hablan desde sus sesgos, miedos, egos... pero ignoran lo más importante, las personas. Es como tratar de conducir un vehículo sin llantas: no importa cuán moderno sea el sistema o cuánta gasolina le pongas, no llegará a ninguna parte. Y lo más preocupante es que ni siquiera se dan cuenta de por qué no están avanzando.
¿Por qué es tan crítica la inteligencia emocional en los roles de transformación?
La inteligencia emocional no es solo la capacidad de entender nuestras propias emociones, sino también la de reconocer y tener empatía con las emociones de los demás. Esto es esencial para cualquier persona en un rol de transformación, porque no trabajamos con procesos o herramientas, trabajamos con personas. Transformar una organización, un equipo o una cultura no es solo cambios estructurales, es transformar la manera en que las personas se relacionan, trabajan juntas y enfrentan los desafíos.
Algunos conceptos clave para evitar descuidar la inteligencia emocional en el trabajo de transformación:
1. Adaptabilidad: La transformación, por definición, implica cambio continuo. Y el cambio genera estrés, ansiedad y resistencia. Un profesional con inteligencia emocional puede identificar estas emociones antes de que se conviertan en problemas mayores y ayudar a las personas a navegar a través de ellas, manteniendo el enfoque en el progreso, no en el caos. Mientras algunos consultores o líderes intentan forzar el cambio con rigidez, los profesionales con inteligencia emocional son flexibles, ajustan el ritmo y permiten que las personas procesen el cambio a su propio tiempo.
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2. Armonización: No se trata solo de mencionar o hablar del cambio, sino de armonizar las nuevas formas de trabajo con el bienestar emocional de las personas. Si un equipo está sobrecargado, no puedes simplemente exigir más esfuerzo o ignorar su agotamiento o hacerles seguir el manual que tu consultora propuso en la venta de servicios ágiles. Un profesional emocionalmente inteligente reconoce los signos de agotamiento antes de que se conviertan en burnout y ajusta o armoniza el enfoque para equilibrar productividad y bienestar. Más allá de aplicar un plan de cambio que a las finales es irreal, el verdadero reto es lograr resultados sin destruir a las personas en el proceso.
3. Conflictos: El conflicto es una parte natural de cualquier proceso de cambio, pero muchos profesionales lo evitan o lo empeoran con respuestas reactivas y mal gestionadas. La inteligencia emocional permite a los roles de transformación enfrentar el conflicto de manera constructiva, ayudando a las personas a crecer a través de él, en lugar de quedar atrapadas en tensiones que solo retrasan o dañan el cambio. Permitir emociones en momentos de tensión no es una opción, es una obligación para quienes lideran servicialmente transformaciones.
4. Feedback: La capacidad de dar y recibir feedback es un arte. En un entorno de transformación, el feedback es crucial, pero debe estar lleno de empatía, claridad y una comprensión profunda de su impacto en las personas. Un profesional sin inteligencia emocional puede dar feedback destructivo, erosionando la confianza en lugar de construirla. Por otro lado, un líder o coach con inteligencia emocional sabe cómo entregar feedback de manera constructiva, convirtiéndolo en una herramienta poderosa de mejora y cohesión.
Para llevar: La inteligencia emocional como piedra angular
La inteligencia emocional no es una habilidad opcional para quienes trabajan en roles de transformación; es la piedra angular sobre la cual se construye la verdadera entrega de valor. Es lo que permite a los equipos y organizaciones navegar por los inevitables altibajos del cambio, mantener el foco en el objetivo y, sobre todo, cuidar el bienestar de las personas. Es necesario comprender cómo acompañar emocionalmente a las personas a través del proceso.
Es fascinante observar cómo, en espacios como LinkedIn, eventos, charlas, comunidades, algunos profesionales reaccionan con incomodidad cuando se encuentran con términos o ideas que desafían sus prácticas habituales, sobre todo cuando sienten que eso podría afectar alguno de sus intereses. Esa reacción defensiva, esa incomodidad ante lo nuevo, es precisamente la señal más clara de por qué el mercado está, lenta pero seguramente, depurando estos roles. Cuando el verdadero valor está en la capacidad de adaptarse y evolucionar, aferrarse a lo conocido solo expone la fragilidad de enfoques que, más temprano que tarde, quedarán obsoletos.
¿Cómo pueden pretender guiar a un equipo, un departamento o una organización a través de los desafíos de una transformación profunda si aún no han aprendido conocer y reconocer sus propias emociones? Esa es la pregunta que muchos deberían hacerse hoy. El mercado de la transformación está en un punto de inflexión, y la depuración de roles es más necesaria que nunca.
Te invito a que tomes un momento para reflexionar, así como yo con mucha continuidad: ¿Tienes la madurez emocional para llevar a cabo el trabajo que estás ofreciendo? ¿Eres verdaderamente capaz de acompañar a un equipo, no solo en las complejidades del cambio, sino en las emociones, tensiones y resistencias que lo acompañan? Si la respuesta es no, no te preocupes. Al contrario, estás ante una oportunidad única para crecer, no solo como profesional, sino como un verdadero líder servicial, en un mundo que necesita más que nunca a aquellos dispuestos a evolucionar y acompañar sin egos, sin sesgos, sin miedos.
Nos vemos en la próxima edición...
Experta en desarrollar competencias para el éxito en entornos cambiantes y ambiguos (VICA).
3 mesesJaime Yáñez me encantó el enfoque que tomas en este artículo. Es muy cierto lo que señalas. Gracias por compartir!
Jaime, considero que eres la única persona que menciona el punto de la inteligencia emocional como un tema importantísimo en la transformación digital a pesar que son las personas lo más importante y lo veo valioso. Más bien me surge una consulta por favor: En tu experiencia liderando transformaciones, ¿cuáles son las señales tempranas de que la falta de inteligencia emocional está afectando el éxito de un proyecto de cambio?, gracias