EEUU anuncia inversión en descarbonización. ¿Qué impacto tendrá en la región?
Carlos Castaños.
Octubre 27, 2024.
El Departamento de Energía de los Estados Unidos (DOE) anunció este pasado 21 de octubre, una inversión de más de US$518 millones para el desarrollo de infraestructura de almacenamiento seguro de carbono a gran escala (Enlace para artículo). Esta iniciativa, financiada a través de la Ley de Infraestructura Bipartidista, tiene como objetivo apoyar la descarbonización de la economía estadounidense. ¿Cuáles serán los efectos económicos y políticos de este proyecto en Estados Unidos y qué podría significar para México y Latinoamérica?
Efectos Económicos y Políticos en Estados Unidos
En Estados Unidos, esta inversión genera múltiples beneficios tanto en el ámbito económico como en el político y el tecnológico. Desde un punto de vista económico, la financiación de iniciativas de almacenamiento de carbono incentiva el avance de nuevas tecnologías, creando así puestos de trabajo especializados y favoreciendo el desarrollo de una economía ecológica. Las tareas vinculadas a la captura, almacenamiento y transporte de carbono requieren una alta inversión en infraestructura y tecnología, lo que potencialmente movilizaría inversiones extra del sector privado, generando una sinergia con el sector público impactando positivamente a la economía en su conjunto. Además, la infraestructura de almacenamiento de dióxido de carbono impulsaría aquellas economías locales y regionales dependiente de la industria primaria (minería, energía, agricultura, etc.), motivando su transición hacia un modelo más sostenible.
En términos políticos, esta iniciativa apunta el compromiso de Estados Unidos con sus metas climáticas bajo el Acuerdo de París y los posiciona al frente en la innovación climática de América. La creación de infraestructura de almacenamiento de carbono no sólo es una declaración sobre las acciones frente al cambio climático, sino también un movimiento estratégico para buscar un protagonismo de este país en una economía mundial que tiende hacia la descarbonización.
En el aspecto tecnológico, esta inversión es una apuesta por liderar la innovación en captura y almacenamiento de carbono (CAC), una tecnología considerada crucial para mitigar los efectos del cambio climático. Esto también le permite a Estados Unidos ser un referente internacional y vender tecnología y conocimiento, avanzando así en su influencia global en el sector de energía limpia.
Implicaciones para México y Latinoamérica
En el contexto de México y Latinoamérica, la inversión estadounidense en infraestructura de almacenamiento de carbono tiene repercusiones significativas que podrían moldear el panorama de la transición energética en la región. Aunque los países latinoamericanos tienen diferentes niveles de desarrollo tecnológico y prioridades energéticas, la evolución del almacenamiento de carbono en Estados Unidos podría acelerar el desarrollo de proyectos similares o la implementación de políticas que favorezcan la CAC en la región.
En México, por ejemplo, donde el sector energético depende en gran medida de los combustibles fósiles, la tecnología de CAC podría ofrecer una solución viable para reducir las emisiones sin comprometer la producción energética. Sin embargo, se necesita avanzar en infraestructura, inversión y actualizar el marco regulatorio del país para el despliegue apropiado de estas tecnologías. A pesar de ello, el hecho de que Estados Unidos avance en este sector podría facilitar la colaboración binacional o regional, especialmente si hay interés en establecer acuerdos para compartir tecnología y financiamiento.
Una de las oportunidades que podrían surgir para Latinoamérica es la transferencia tecnológica. A medida que Estados Unidos desarrolle y perfeccione la infraestructura de almacenamiento de carbono, países como México podrían beneficiarse al adoptar esas tecnologías para cumplir con sus compromisos climáticos. En este sentido, podría surgir un mercado para la colaboración internacional en temas como regulaciones, formación de capacidades y estándares de seguridad para el almacenamiento de carbono.
Por otra parte, la iniciativa estadounidense ejercerá presión sobre los gobiernos latinoamericanos para que se comprometan más con sus objetivos de reducción de emisiones. La acción climática de Estados Unidos, particularmente en tecnologías avanzadas como CAC, pone en primer plano la necesidad de que la región también adopte medidas más contundentes para combatir el cambio climático. Este enfoque también podría resultar en nuevas oportunidades de inversión, ya que empresas multinacionales con operaciones en la región podrían optar por adoptar tecnologías de captura y almacenamiento de carbono para alinearse con sus compromisos globales.
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Desafíos y Oportunidades para la Región
Uno de los principales desafíos para México y Latinoamérica en la implementación de tecnologías de almacenamiento de carbono es la disponibilidad de financiamiento para el desarrollo de este tipo de infraestructuras. Los proyectos de almacenamiento de carbono requieren de inversiones significativas y una coordinación estrecha entre los sectores público y privado, además de regulaciones claras que permitan su implementación de forma segura y efectiva. Sería fundamental que organismos, como el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo, consideren financiar este tipo de proyectos en la región.
Latinoamérica podría capitalizar sus recursos naturales para el almacenamiento de carbono, especialmente considerando la abundancia de zonas geológicamente adecuadas. Algunos países podrían posicionarse como líderes regionales en almacenamiento de carbono, lo que les permitiría atraer inversión extranjera directa y fortalecer sus economías. Además, al desarrollar una infraestructura adecuada, la región podría incrementar su resiliencia ante las demandas del mercado global, que cada vez más exige productos y procesos con bajas emisiones de carbono.
Al final del día, desde el punto de vista latinoamericano, esta inversión representa tanto un desafío como una oportunidad. La región podría aprovechar la tecnología y la experiencia desarrollada en Estados Unidos para acelerar su propia transición energética y reducir sus emisiones, siempre que se superen las barreras de financiamiento e infraestructura. En última instancia, la colaboración internacional y la voluntad política serán clave para asegurar que el almacenamiento de carbono se convierta en una herramienta efectiva para mitigar el cambio climático en ambos lados de la frontera.
Referencias:
Carlos Castaños es Ingeniero Químico y Maestro en Ciencias - Ingeniería Ambiental (ITESM), MBA (University of North Carolina), y Certificado por Massachusetts Institute of Technology como Chief Sustainable Officer.
Actualmente se desempeña como Head of ESG para Bossard Americas y Country Manager en México.