Ego sum

Ego sum

Me gustan las cosas vintage, las que fueron hechas con conciencia y orgullo, las que duran, las que permanencen en el tiempo.

Me gusta escuchar música de verdad, no reguetón ni Maluma.

Me gusta una conversación con amigos con una botella de vino de por medio, o también un café, me da lo mismo, los prefiero al whisky o el champán.

Me gusta disfrutar de cosas reales, con gente de verdad, con la que valora todo, con la que ha sufrido el proceso y está llegando, con la que sabe con cuántas papas se hace un caldo; con la que batalla a diario, no solo por el dinero sino por darle un sentido y propósito a la vida.

Me gustan las conversaciones profundas, reirme de mí mismo, escuchar opiniones, asimilarlas y capitalizarlas para seguir evolucionando como ser humano.

Me gusta hablar de libros, de buenos libros, de historias, no me gusta el "y qué más", de hecho, me fastidia gente así.

No me gustan las borracheras ni los grupos de WhatsApp donde el tema central es la pornografía con el Negro como personaje gravitante.

Me fastidia gente que presume de su perversión y que se niega a reconocer que ya no son adolescentes y que el tiempo pasó.

Me gusta ver amaneceres y atardeceres, a veces fotografiarlos. Me gusta el agua y no la Coca Cola, un buen dulce con algunas carcajadas, o una buena comida con humor.

No me gustan las reuniones sociales, los congresos, los egos desbordados, la exaltación, el culto a la personalidad, las premiaciones; prefiero la sensación de paz infinita que da la conciencia cuando sabe que ha cumplido con su deber o que hizo las cosas de la mejor manera posible, extremando todo esfuerzo.

Me gusta escuchar, nutrirme, compartir; cuando has vivido al menos la mitad de tu vida empiezas a tamizar a qué le darás importancia porque sabes que tu reloj marcó la cuenta regresiva, de modo que mezclarte con gente tóxica, superficial o que en nada te aprovechará es una pérdida irrecuperable de algo que es escaso ya: el tiempo.

Si empiezas a seleccionar tus amigos y te quedas con los que te respetan tal como eres, que te apoyan y quieren lo mejor de ti, y tú para ellos, es porque estás empezando a disfrutar de la madurez, la etapa más bella de la vida.

Valora el tiempo con los tuyos, haz lo que te llene, y si otros te llaman "amargado", allá ellos, tú sigue disfrutando de lo que a ti te satisface profundamente el alma y el espíritu, el resto es cuento

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