¿Qué sucede cuando nos enamoramos?
La pasión por haber encontrado la simbiosis con otra persona nos aparta de lo convencional y nuestra mente, emociones y acción viajan juntas durante ese periodo.
Podrá durar más o podrá durar menos, el caso es que uno de los cambios fundamentales, más allá de demostrar el afecto y la empatía hacia el amante, es el proceso de comunicación.
Según el metamodelo del lenguaje, los humanos vulneramos lo que decimos respeto a lo que observamos realmente en 3 categorías distintas:
Generalizamos: Es decir llevamos a lo genérico a todo lo que es especifico en los momentos en los que de forma apasionada comunicamos a nuestr@ amante nuestra pasión o confesamos a terceros lo que nos sucede. “En ella todo es perfecto”, “Nunca me cansaré de quererle”, “Siempre está radiante”.
Omitimos: Obviamos cosas que suceden y que podemos perfectamente percibir, pero de forma mágica, como si deseásemos proteger el momento, los dejamos pasar con un tupido velo. “Cuando éramos novios no hacías esto” (No es del todo cierto cariño): Lo de la taza del wáter, lo de no hacer la cama hasta que nos apeteciese – de él-, los descuidos y las impuntualidades -de ella- …
Distorsionamos: Cambiamos ligera o enormemente nuestra percepción respecto a determinados actos y comportamientos y excusamos al amado o amada por ello, entre otras cuestiones. “Lo hace así influenciado por su hermana”, “En realidad no ha sido para tanto”, “Si no te sabes tomar las cosas con humor…”
En definitiva, protegemos el momento y la relación que estamos viviendo a través de un proceso de comunicación y relación, con los demás apartado de la realidad, porque deseamos internamente que perdure por nuestra propia felicidad.
Pero por desgracia, y por la necesidad de seguir viviendo, existe un momento de quiebre en el que normalizamos el ajuste entre la percepción y lo que transmitimos a nivel comunicativo y estratégico al amante y a los demás.
No significa que el amor desaparezca, pero la pasión deja de estar en un momento álgido, y por desgracia comenzamos a realizar juicios, algunos de los cuales son de desarrollo y otros no tanto que van minando esa primera fase de relación, en la que además distinguirse por la pasión, confianza mutua, existía un nivel de tolerancia y compasión importante.
De hecho, las parejas vuelven a conquistar la pasión y reencuentran su momento de pasión y enamoramiento en determinadas fases de su relación, quizás no con tanta intensidad que la primera, pero son picos o crestas que siempre nos encanta surfear.
Pongamos atención a como nos comunicamos con nuestro ser amado y comencemos a vulnerar un poquito más el metamodelo del lenguaje.