El 3.5%
Antonio Pita, colaborador del periódico El País, retoma un libro titulado “Por qué funciona la resistencia civil: la lógica estratégica del conflicto no violento”, y nos explica que el 3.5% representa una cifra interesante, en lo que a movimientos de resistencia civil se refiere.
Las autoras del texto Erica Chenoweth y Maria J. Stephan, encontraron que cuando al menos este porcentaje participa en una protesta pacífica, aumentan dramáticamente las posibilidades de que logren su objetivo. Ambas escritoras revisaron más 323 casos de protestas violentas y no violentas, incluyendo golpes contra Gobiernos entre los años 1900 y 2006.
En su estudio incluyeron la Revolución Cantada, que promovió la independencia de Estonia, Letonia y Lituania, el movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos, y la caída del dictador filipino Ferdinand Marcos.
El estudio resalta el compromiso con una disciplina férrea realizando sólo actividades no violentas: generando boicots, desobediencia fiscal, huelgas, todo aquello que no dañe a otras personas. Porque a pesar de que la violencia de los movimientos se genere para protegerse de la represión policiaca, si se aplica se aleja de ella a la población civil.
Por otra parte para Jamila Raqib, directora del Instituto Albert Einstein del Tecnológico de Massachusetts, el 3.5% es sólo una apariencia, lo realmente fundamental en un movimiento pacífico no es el estallido de un malestar, son todos los micromovimientos que previamente se fueron formando tiempo atrás.
Otro hallazgo importante del estudio de Chenoweth y Stephan es que los movimientos pacíficos han demostrado ser dos veces más eficaces que los violentos, 53% contra un 26%. Como en los últimos movimientos de protestas sociales en Sudán, Puerto Rico y Hong Kong, aunque este último ha venido cambiando últimamente.
Este 3.5% de la población representa una proporción pequeña pero significativa en cuanto a la realización de cambios sociales. ¿Qué podemos aprender de esto?