El abuso de poder en el trabajo: una perspectiva a la luz de la Ley Karin
El entorno laboral, muchas veces, es un escenario propicio para que se desplieguen dinámicas de poder que no solo rigen las relaciones profesionales, sino también las interpersonales. Situaciones en las que un superior acosa a un subordinado, insistiendo en tratos que exceden lo laboral, son un reflejo de una problemática mayor: el abuso de poder. Como señala María Blanco en su obra Afrodita Desenmascarada, detrás de estas dinámicas se oculta un trasfondo histórico y cultural que necesita ser desvelado. ¿Qué responsabilidad tienen las organizaciones en prevenir estas prácticas? A través del análisis de la metáfora de Afrodita y la reciente implementación de la Ley Karin en Chile, podemos entender y analizar esta problemática de manera más profunda.
Afrodita desenmascarada y la Ley Karin: Dos caras de una misma moneda
En Afrodita Desenmascarada, María Blanco utiliza a la diosa griega del amor y la belleza, Afrodita, como una metáfora para representar cómo el poder y la feminidad han sido históricamente manipulados y distorsionados. La "desenmascaración" de Afrodita en la obra de Blanco implica un acto de revelación: quitar la máscara significa exponer las estructuras de poder que han permitido que el acoso y el abuso en el ámbito laboral y personal se normalicen.
La Ley Karin, por su parte, representa una respuesta legislativa a la creciente problemática del abuso de poder, especialmente en el ámbito laboral. Esta ley, si bien es un paso importante, evidencia un fracaso sistémico en la prevención de este tipo de conductas. La necesidad de una ley tan restrictiva sugiere que hemos llegado a un punto en el que los valores de respeto y equidad han sido gravemente vulnerados.
El caso Monsalve: Un fracaso sistémico
El reciente caso del ex subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, pone de manifiesto la urgencia de abordar el problema del abuso de poder en todos los niveles. A pesar de la existencia de la Ley Karin, los hechos ocurridos demuestran que las leyes por sí solas no son suficientes para prevenir y sancionar este tipo de conductas. En este caso en particular, el abuso de poder trascendió el ámbito laboral, generando un daño irreparable a la víctima y poniendo en entredicho la integridad de una figura pública.
Este suceso pone de relieve la necesidad de una transformación cultural profunda dentro de las organizaciones. Las políticas y leyes, por más robustas que sean, no pueden sustituir la necesidad de una cultura organizacional basada en el respeto, la equidad y la tolerancia cero al acoso.
El abuso de poder en el trabajo: Una batalla por desenmascarar
El abuso de poder en el trabajo no es solo un problema individual; es una cuestión estructural que afecta la cultura organizacional en su totalidad. La Ley Karin nos muestra que, a pesar de los esfuerzos legales, las organizaciones siguen enfrentando desafíos significativos en la prevención y erradicación del acoso laboral.
Al igual que Afrodita ha sido moldeada por las expectativas patriarcales, los empleados y empleadas se ven obligados a adaptarse a estructuras que no siempre protegen sus derechos. La Ley Karin busca proteger a las víctimas, pero es fundamental que las organizaciones asuman un rol proactivo en la prevención, creando culturas laborales basadas en el respeto, la equidad y la transparencia.
Un llamado a desenmascarar la cultura del acoso
Las empresas y organizaciones tienen una responsabilidad ineludible en la prevención del abuso de poder. La Ley Karin nos recuerda que la legislación es necesaria, pero no suficiente. Las organizaciones deben complementar esta ley con políticas internas sólidas, capacitación constante y una cultura de tolerancia cero al acoso.
Recomendaciones para desenmascarar el abuso de poder en las organizaciones
En definitiva: desenmascarar el poder para transformar el entorno laboral
La Ley Karin y el caso Monsalve nos ofrecen dos caras de una misma moneda: la necesidad de legislar y la importancia de transformar las culturas organizacionales. Ambos elementos son fundamentales para prevenir y erradicar el abuso de poder.
El caso Monsalve nos recuerda que el abuso de poder no es un problema exclusivo del ámbito laboral, sino que puede manifestarse en cualquier espacio donde existan relaciones de poder. Es por ello que la prevención y la sanción de estas conductas deben ser una prioridad en todos los ámbitos de la sociedad.
¿He hecho algo para provocar esto?
El silencio impuesto: el impacto emocional y psicológico del abuso de poder y acoso sexual en el trabajo
Cuando una persona se convierte en víctima de abuso de poder y acoso sexual por parte de un superior, su realidad emocional y psicológica se transforma radicalmente. El entorno laboral, que debería ser un espacio de desarrollo y seguridad, se convierte en una fuente de angustia constante. El acoso no es solo una invasión física o verbal; es una invasión de la identidad, donde los límites personales son violados y el "no" pierde significado. Cada insinuación no deseada, cada mirada que objetiviza o palabra que subyuga, genera un peso invisible que la víctima lleva a lo largo de sus días.
En términos psicológicos, el acoso sexual crea una atmósfera de miedo y confusión. La víctima no solo se enfrenta a la incomodidad inmediata de ser acosada, sino que debe lidiar con la incertidumbre de las repercusiones si denuncia o se resiste. Este miedo puede llevarla a desarrollar síntomas de ansiedad, como taquicardia, dificultades para dormir, o hipervigilancia, temiendo constantemente el próximo encuentro o avance no deseado. Al mismo tiempo, la vergüenza y la culpa se arraigan, sentimientos que a menudo son exacerbados por el silencio que se ve obligada a mantener. "¿He hecho algo para provocar esto?", se pregunta, una duda que mina su autoestima y la lleva a cuestionar su propio valor.
A nivel emocional, la víctima puede sentir que está siendo acorralada, sin escape. Su bienestar emocional queda atrapado entre el temor a las consecuencias profesionales de denunciar y la humillación de seguir soportando el acoso. El aislamiento es otra trampa emocional, pues muchas veces no sabe en quién confiar, si será creída, o si la empresa está dispuesta a actuar. Esta soledad intensifica el daño psicológico, erosionando el sentido de pertenencia y seguridad que alguna vez tuvo en su entorno laboral.
Con el tiempo, este ciclo de acoso y silencio forzado puede desembocar en depresión, con sentimientos de desesperanza y falta de motivación, no solo en el trabajo, sino en otros aspectos de su vida. El ambiente tóxico en el trabajo acaba permeando su identidad, su autoconcepto y su capacidad para relacionarse con otros. Y así, lo que comienza como un comportamiento abusivo se convierte en un asalto integral a la salud mental de la víctima, dejándola atrapada en una espiral de daño emocional del que es difícil salir sin ayuda profesional y un apoyo institucional firme.
Es crucial que las organizaciones tomen en serio su responsabilidad de prevenir estos abusos, proporcionando un espacio seguro para que las víctimas puedan alzar su voz sin temor a represalias, y creando políticas claras para erradicar estas conductas destructivas.
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Como señala Blanco en su obra Afrodita Desenmascarada:
"El poder sobre el otro se disfraza de seducción, pero no es más que la voluntad de someterlo; en ese juego, la libertad se ve erosionada, y el consentimiento pierde todo su sentido."
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🔷Julio César Carrasco
👉 Psicólogo Clínico EMDR
👉Máster Psicoterapia EMDR
👉Hipnósis Clínica
👉Diplomado en Gerontología
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