El Agente Inmobiliario ¿Imprescindible?

En el mundo actual “mundo global, de la tecnología, etc”, se da por sentado en grandes círculos de la población, que todos somos autosuficientes y que ciertos oficios o profesiones, ya no son necesarios, o que cobran sus honorarios por una gestión sin esfuerzo y que no necesita cualificación de ningún tipo, entre ellos está el de Gestor Inmobiliario, parece que cualquier persona puede comprar y vender una vivienda, o cualquier otro tipo de servicio u objeto, únicamente utilizando las nuevas tecnologías, colgando su inmueble en cualquier página de internet y esperando a que los clientes llamen a su teléfono, lo malo de ello, no es el hecho de que los cliente nos quieran hacer creer que no somos necesarios en el proceso de intermediación en una transacción inmobiliaria, lo malo de esa situación es que a la hora de que nos firmen una exclusiva, este argumento cala en muchos de nosotros y ante el mismo creemos que el vendedor ha ganado y no podemos más que sumisamente seguirle el juego al vendedor.

No somos capaces de renovar y actualizar nuestros argumentos con datos, dado que únicamente nos aprendemos un argumentario y con el salimos a la calle, pues bien, lo cierto es que las mismas páginas que publican dichos activos, en sus estadísticas, indican que más del 95% de sus clientes no profesionales, tarda de media más de 18 meses en vender su inmueble y que lo hace después de rebajar el precio en un 20%, aproximadamente, o sea el precio que le hubiéramos aconsejado si hubiéramos continuado nuestro proceso de captación, con la gran diferencia que hubiera vendido su inmueble en un periodo aproximado de 90 días.

Bajo mi punto de vista, el Agente Inmobiliario, debe ser y de hecho es un actor imprescindible en las transacciones inmobiliarias, por su lealtad, honestidad, profesionalidad y garantía, pero para ello somos los primeros que debemos poner nuestro trabajo en valor, no valor (precio) a nuestro trabajo: Cuando nos demos cuenta que trabajamos con un bien que yo califico de primera necesidad como es la vivienda y en ocasiones la economía de las familias, cuando nos demos cuenta que una casa no son cuatro paredes, entonces asumiremos que somos necesarios, útiles, rentables, y transmitiremos a nuestros clientes que si realmente buscan un hogar, o simplemente mejorar su estatus, somos los profesionales que necesita y a los que debe acudir.


30-05-18

Vicent Sansaloni i Galiana

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