El Agujero Negro de la Economía – Los Antivacunas

En circunstancias normales, la economía es como la materia: “no se crea ni se destruye, solo se transforma”. Si un país experimenta mayor o menor crecimiento es producto de sus políticas internas, una política más abierta permite la entrada de capitales extranjeros que también significa la entrada de menor capital a otros países.

¿Cuándo se rompe esta premisa? Cuando hay un desastre natural. Un terremoto, una erupción o un maremoto que destruye todo a su paso. El desarrollo obtenido en la región o país se va con ello. Un ejemplo es el 2do gobierno del expresidente Fernando Belaunde Terry: el fenómeno de El Niño, un fenómeno climático, dejó daños irreparables a la economía peruana de aquel tiempo y desencadenó los eventos posteriores con mayor fuerza.

Sin embargo, en Estados Unidos esta premisa se está rompiendo, ¿cómo así? ¿Hubo una sequía, un maremoto, una inundación, un terremoto? ¿Ha pasado algún fenómeno que ha destruido la economía de algún estado importante? No, ¿entonces? El fenómeno es de carácter social: los antivacunas.

En un capítulo pasado expliqué la causa de la inflación que está sucediendo en todos los países cuya moneda nacional está supeditada al dólar americano: la impresión indiscriminada de dinero (masa monetaria) por parte de USA para sus programas fiscales y otras políticas genera la inflación en USA. Si bien esto genera una mayor cantidad de dólares en el mundo en términos absolutos, los demás países experimentan una devaluación continua del dólar al haber “menos” dólares en sus mercados.

Un razón para la mayor impresión de dinero es para realizar las campañas de vacunaciones locales. Sin embargo, al no tener un impacto tan esperado, han empezado a ofrecer incentivos adicionales: desde recompensas monetarias hasta bienes. Todo por el mismo objetivo: dinamizar la economía americana. No obstante, hay un porcentaje considerable de población que no desea vacunarse por diversas razones – fundadas o no - pero que están generando el mismo resultado en diversos lados: “no permiten la circulación del dinero adicional”. ¿Cuántos son antivacunas? Según un sondeo, de una encuesta de 1000 personas, el 22% de respuestas se identifican como antivacunas, generando ese efecto paradójico. Aparte de ello, no solo los antivacunas optan por no vacunarse, también la población por decisión propia puede perder el interés o no acceder al servicio. Como consecuencia, todo ese dinero impreso no se está moviendo, generando un agujero negro que absorbe el poder adquisitivo de la población al incrementar el nivel inflacionario en diversos lados. Es decir, este agujero negro genera la inflación local y, como efecto secundario, la apreciación del dólar en el resto del mundo.

Además, hay otro dilema, ¿Se debe establecer la vacuna como obligatoria? Se está debatiendo la idea de un “pasaporte vacuna”: el acceso a servicios que en el pasado eran normales. Si la población antivacuna, que pueden crecer, se mantiene firme en su creencia, serán negados de todo servicio en el futuro. Es decir, ese castigo social va a generar un castigo económico porque la impresión de dinero ya efectuado y por realizar no será consumido por la población apartada, y los vacunados no van a estar dispuestos a cargar con todo ese gasto adicional de sus conciudadanos.

Todo aquel que viajó a USA para vacunarse, haciendo o no turismo vacuna, ha llevado dólares hacia el país de origen, contribuyendo indirectamente a la inflación y devaluación de la moneda local. Por más razones que hayas tenido en vacunarte y aprovechado en hacer algunas compras, tu capacidad de gasto es inferior a la de un ciudadano americano, no puedes compensar esa impresión monetaria flotante.

En resumidas cuentas, se genera el siguiente ejemplo: El gobierno imprimió US$ 10 - El antivacuna gastó US$ 0 - El turista gastó máximo US$ 4. ¿Perdida? US$ 6

Consecuencia: US$ 6 han quedado al aire, generando la inflación en USA y devaluación de la moneda local.