El alcance del deber fiduciario del órgano de administración
El deber fiduciario del órgano de administración de una sociedad es una obligación legal y moral que tiene en su actuar, siempre velando en el interés de la sociedad y de sus accionistas. Esto significa que antepone el bienestar de la sociedad por encima de sus propios intereses y toma decisiones que beneficien a la sociedad a largo plazo. Incluye diversas obligaciones, resaltando las siguientes:
· Actuar de buena fe y con lealtad: Siempre actuar con sinceridad y honestidad, sin permitir que sus intereses personales interfieran en la toma de decisiones.
· Cumplir con los estatutos y la ley: Asegura de que la sociedad cumpla con todas las regulaciones aplicables dentro de sus funciones de acuerdo con los estatutos sociales.
· Actuar en el mejor interés de la sociedad: Se toman las decisiones que beneficien a la sociedad a largo plazo, incluso si esto significa sacrificar beneficios a corto plazo.
· Proteger los activos de la sociedad: El deber de proteger los activos, y sólo utilizarlos de manera responsable.
· Mantener la confidencialidad: Guardar la confidencialidad de la información, sin beneficio propio.
Se refiere a la obligación de tomar decisiones informadas, actuando de manera responsable en el mejor interés de la sociedad. Esto incluye la obligación de informarse adecuadamente al considerar todas las opciones disponibles ante una eventualidad.
El deber de lealtad, por otro lado, se refiere a siempre actuar con lealtad hacia la sociedad, de no permitir que sus intereses personales interfieran en la toma de decisiones, dejando a un lado cualquier circunstancia que exponga a un conflicto de intereses. Esto incluye la no utilización de la información del negocio en beneficio propio y de no participar en actividades que puedan dañar a la sociedad.
Es importante que el órgano de administración cumpla con estos deberes para garantizar que actúe en el mejor interés de la sociedad y proteja sus intereses. Si los contraviene, puede ser responsable de daños a la sociedad y a sus accionistas. Y esto puede suceder con las siguientes conductas:
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· Tomar decisiones que beneficien a sí mismo o a sus intereses personales en lugar del bienestar de la sociedad.
· Utilizar la información confidencial de la sociedad en beneficio propio o revelarla a terceros.
· Participar en actividades que puedan dañar a la sociedad o a sus accionistas, así como la gestión de conflictos de interés o la realización de transacciones injustas.
· No actuar de manera responsable y razonable en la toma de decisiones por no informarse adecuadamente antes de tomar decisiones importantes.
· No proteger los activos o no utilizarlos de manera eficiente.
Es importante destacar que el deber fiduciario del administrador es una obligación muy importante y seria, cualquier contravención, puede tener consecuencias graves que van desde responsabilidades civiles hasta penales.
Consultor Jurídico Fiduciario
1 mesUn tema que una gran mayoría ignora, pero que es vital para el desempeño exitoso de una empresa