"El arte de diferenciarse: el cliente no tiene razón, tiene el dinero"​

"El arte de diferenciarse: el cliente no tiene razón, tiene el dinero"

“El arte de diferenciarse: el cliente no tiene razón, tiene el dinero”.

Para entrar en contexto debemos entender que diferenciarse es distinguir un producto o servicio del resto que existen en el mercado en este caso la competencia, siendo más atractivo desde la perspectiva del mercado meta, con el objetivo de ser preferido ante cualquier otro. La diferenciación ha estado presente en los negocios por más de 80 años, más sin embargo, sigue siendo una tarea pendiente para muchas empresas o emprendimientos. Cabe agregar que con la evolución de los mercados y los hábitos de los clientes el arte de diferenciarse ha pasado de ser solo algo atribuible al producto, a construir diversas varíales para que un producto, marca o negocio sobresalga a los gustos de los clientes.

El objetivo principal de diferenciarse es lograr la preferencia por los clientes, por ello, la diferencia debe ser tan fuerte y único que haga que el cliente se quede con ella. No importa que tantas tentaciones reciba por parte de la competencia, si el diferencial es sólido, no se irá fácilmente porque tiene muchos motivos más para elegirlo. Las personas no solo compran porque el producto o servicio logren su función, sino porque les gusta y lo disfrutan, en este caso nuestro comportamiento es más emocional que racional.

Asimismo, existen varios factores que benefician a un producto diferenciado, entre ello le crea valor evolucionando los beneficios básicos, figura mucho más lo tangible, evidente, y visible. También, genera lealtad el ser único ante los clientes lo hace por ende irremplazable, el cliente no evalúa otra opción porque no es lo mismo o al menos esa es la perspectiva. Además un punto importante, es que evita competir por precio, aparta el producto o servicio a otra categoría, siendo no comparable.

Por todo lo anterior, es significativo también acotar que el diferenciarse genera una voz a voz ya que el ser humano por instinto trata de expresar lo que nos sorprende. Muchas empresas no han comprendido que la voz del cliente es espontánea y la única forma de estimularlo es siendo distinto a lo demás. La voz a voz es algo que el dinero no puede comprar. Por eso, debemos tener innovación y escuchar los dolores de las personas para ofrecer productos que impacten la vida de las personas y sorprendan de forma positiva.

Grosso modo, el cliente es una parte importante del producto o servicio que ofrezca el emprendimiento, ya que influyen de manera directa en las ganancias y la reputación. Sin embargo, es muy difícil decir que “el cliente tiene la razón” por qué si bien es cierto puede aportar ideas de mejora, consejos, y sus respectivas deseos, pero muchas veces no es factible adaptarse a todo lo que los usuarios piden porque en ocasiones para complacer se deben cometer errores o muchas veces solo benefician a una parte. Cabe mencionar, que debe existir un equilibrio, no porque se diga que el cliente no tiene la razón significa que se van a ignorar los comentarios, al contrario se deben tomar como oportunidades y mejoras de crecimiento. Asimismo, nosotros como emprendedores debemos contemplar todos esos factores que agregan valor para convertirnos en un producto o servicio diferenciado donde el consumidor puede argumentar que “esto es distinto a los demás”.





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