El "bien-estar"​ en el trabajo

El "bien-estar" en el trabajo

Desde hace mucho tiempo había querido escribir, sin embargo, con la idea de hacerlo en inglés para transmitir el mensaje a un mayor numero de personas, sabia que esto podría tomarme mas tiempo. Mas tiempo en procrastinar y finalmente terminar haciendo nada. Así que empezamos con este tema en el que me he inspirado y donde creo hay mucha tela para cortar….

Para comenzar quisiera traer esta reconocida frase de Ghandi: "Sé el cambio que quieres ver en el mundo". Pero… ¿en cuál mundo? ¿mi mundo en el hogar? ¿mi mundo social? o bien, ¿mi mundo laboral?

Bien sabemos que la vida la podemos clasificar en diversas categorías que tienen un peso fundamental en el desarrollo del ser humano: la familia, la profesión, las relaciones, la salud, las finanzas, etc. Así que esta vez he decidido sólo enfocarme en el aspecto trabajo y todo lo que conlleva nuestro "bien-estar" en él (... y si, me gusta ver esta palabra separada en dos).

Si bien es cierto que cada persona es un mundo y como seres humanos estamos conscientes de ello, muchas veces esta frase se nos queda en la cajita del CornFlakes y realmente nos cuesta interiorizarla. Particularmente pienso que el ambiente laboral es el mejor campo de juego para poner en práctica muchas de las cosas que aprendemos en cuanto a desarrollo personal, sobretodo eso que actualmente está bien de moda sobre la “consciencia plena” (mindfullness). Este entorno nos ofrece una atmósfera de personalidades bien variada que ha venido incluida en la oferta de trabajo, la cual descubrimos sólo cuando ya hemos embarcado en ese tren. Eso viene a ser como las letricas pequeñas de los contratos o el famoso "y ciertas condiciones aplican" que aparecen mucho después y cuando no habían motivos visibles para rechazar esa oferta.

Sentirse bien (bien-estar) en el trabajo

Con sólo escribir el título de esta sección un suspiro se me escapó. La razón yace en que a veces nos cuesta mucho estar conformes con algo: nos pueden gustar muchas cosas por un lado pero otras no son siempre las más satisfactorias. Pero es que también tenemos esa manía humana de buscarle lo negativo a todo antes de repensar y agradecer por las buenas cosas. A veces pienso que la humanidad ha sido diseñada con un patrón de pensamiento más orientado hacia la queja que hacia la gratitud, y como ejemplo, sólo podría lanzar una pregunta al aire: ¿cuántas veces al día agradeces lo que tienes? Y ahora compara esto con las veces con las que te quejas por lo que no…

No oculto el hecho de que muchas veces estamos en lugares donde no nos sentimos 100% plenos, simplemente no nos sentimos bien. Y muchas veces por razones que se nos escapan de nuestras manos, como la manera en la que un colega, o peor aún, nuestro jefe trabajan… Pero, ¿qué podemos hacer ante ello? Pues querido lector, las respuestas no van a venir del exterior. Sin embargo, eso que nos molesta nos puede ayudar. Lo que el otro hace o dice, aunque esto no nos corresponda ni tenemos porque tomarlo personal, eso nos dirá mucho de nosotros mismos. Esto lo llamamos efecto espejo, lo que me gusta o me disgusta del otro tiene algo que me pertenece o me perteneció en algún momento; muchas veces ciertas actitudes vienen a tocar botones de algunos traumas o experiencias pasadas.

Lo que sucede con nuestro maravilloso cerebro es que hay un montón de maneras de pensar y actuar que por ejecutarlas de manera repetitiva, sin reflexión u observación, se han convertido en hábitos, en patrones de comportamiento y en una forma de pensar que la asociamos directamente con nuestra identidad (“ es como soy y eso no lo voy a cambiar”, “no sería yo si no hiciera, no dijera, tal y tal cosa”,…). Y a veces en una reunión bien intensa donde cuesta un mundo converger a una sóla idea, muchas veces lo que vemos son los reflejos de cada uno, por imponer un punto de vista asumiéndola como una verdad.   

Esos comportamientos mecanizados vienen del subconsciente, un robot (como me gusta llamarlo) al que muy pocas veces lo hemos reseteado. Muchas veces, debido a grandes cambios en nuestras vidas adquirimos nuevos hábitos y este robot recibe estos nuevos programas. Sin embargo, aquellos ya pre-grabados de la infancia, de nuestra juventud, muchas veces ni sabemos que están allí, hasta que un cierto colega viene a tocar el botón mágico que nos hace ¡salir de nuestras casillas! Y terminamos por culpar o incluso odiar a esta persona. Pero señores, él/ella no tiene nada que ver en la configuración de nuestro robot. Mas bien, ¡nos está haciendo un favor!

El trabajo y las relaciones

Así como las relaciones juegan un papel primordial en la evolución humana, lo mismo sucede con esas relaciones en el trabajo, permaneciendo bastante lejos de referirme a las relaciones amorosas. La manera en la que nos relacionamos dice mucho de nosotros y es ahí donde tenemos un campo de juego para poner en práctica nuestro aprendizaje de desarrollo personal.

Apartando el hecho de no sentirnos cómodos en el trabajo por razones intrínsecas al trabajo como tal (salario, valores, etc.), estudios han demostrado que la manera en la que nos relacionamos con nuestros colegas juega un papel fundamental en nuestro rendimiento y productividad. Un reciente estudio por Universia en LinkedIn, mostró que “el 46% de los trabajadores considera que para sentirse feliz y productivo en el entorno laboral es fundamental mantener una buena relación, tanto con sus colegas como con sus jefes”. Lo cual es bastante lógico sabiendo que como humanos la comunicación y la convivencia o intercambio con otros aumenta nuestra felicidad y por ende nuestra calidad de vida.

El tener una buena relación interpersonal con colegas y jefes nos permite establecer lazos de confianza aún mayores, sintiéndonos a gusto al compartir nuestras opiniones e ideas, podemos trabajar con más energía y motivación, y sentir que el trabajo fluye de manera natural y fácil, actuando todo como un engranaje. Pero para sentirnos bien con los otros es primordial sentirse bien con uno mismo, ya que lo que reflejamos en nuestro exterior es un resultado de lo que ocultamos adentro.

Y aquí la invitación es a des-instalar esos programitas del subconsciente que al final no nos aportan nada, en lo absoluto, a nuestro bien-estar, sea laboral, social, etc. Aquí la invitación no es más que a la observación de sí mismo y a utilizar esas situaciones que vienen a buscarnos, tocarnos internamente, como punto de inicio a un análisis interior. Convertirse en un observador y en el objeto a observar y a comenzar a tener un poco más de eso que llaman “conciencia plena” y realmente escuchar lo que el otro viene a decirnos sobre nosotros.

Ésta práctica, aunque en letras parezca fácil, no siempre resulta lo mismo en nuestro día a día, especialmente cuando tenemos un montón de estrés por cosas que tenemos que entregar y además tenemos que seguir interactuando con ese colega que mejor sabe mostrarnos esos patrones a resetear en nosotros. ¿Y cómo hacemos ahí? Pues aquí respiramos… a fin de cuentas esto tiene que ser divertido, con facilidad y acertividad!

Lo que he venido poniendo en práctica…

Como todo es un juego, y mi espíritu de niña siempre me lo hace sentir, ante cualquier tipo de adversidad siempre busco lo positivo, de qué manera podría divertirme con eso y al mismo tiempo evolucionar. Así que aquí les comparto lo que para mí ha funcionado y fluído en armonía, y además, ha hecho aumentar mi bien-estar en diferentes atmósferas/ experiencias de trabajo…

Antes que nada he utilizado como premisas el saber que todo es temporal y que ésta situación también cambiará. Saber que lo único que puedo cambiar es el cómo yo me siento y cómo reacciono ante la situación que estoy viviendo, y que por sobretodo el otro no tiene nada que ver en esto, así como tampoco yo tengo nada que ver en sus comportamientos.

Como primer ingrediente he añadido el amor propio (con mucha compasión hacia mí), a fin de cuentas es el amor lo que nos mueve; poco a poco, suficiente coraje para aceptar eso que veo en mí por más feo que parezca, y muchísima voluntad (que conlleva a una magnífica disciplina) para querer cambiarlo. También me he llenado de compasión por el otro y saber que eso que me esta mostrando me habla de su mundo interior, de sus miedos, de sus dolores, de sus fantasmas.

Tercero ha sido: ¡respirar!… ¡si! Según la tradición hindú el aire es considerado como la fuerza vital (prana), lo que nos mantiene en vida (y pués intentemos unos minutos sin respirar para ver que pasa)… así que en esos momentos donde me han tocado los botones de mis viejos programas, antes de reaccionar simplemente respiro profundamente, lo cual me permite reaccionar de una manera diferente. A través de la respiración podemos controlar nuestra mente y además juega un rol importante en nuestro sistema simpático (ese que nos hace reaccionar ante los miedos, supervivencia, inseguridades, etc.). Observar y armonizar la respiración nos ayuda muchísimo a manejar el estrés y es algo que podemos hacer sentados frente al computador. En Internet existen muchas prácticas que pueden revisar, entre esas que practico y enseño en clases, la más fácil es la de inhalar y exhalar a un ritmo constante, es decir, inhala en X segundos y exhala en X segundos. Pueden comenzar con un ritmo de 4 seg (inh.) / 4 seg (exh.), repetir por 5 ciclos y aumentar a 5 segundos, repetir por 5 ciclos mas y aumentar a 6 seg, repetir 5 ciclos y aumentar a 7… y así progresivamente hasta donde se sientan cómodos y la respiración no se sienta forzada (todo tiene que fluir!), recomiendo usar un metrónomo así el ritmo es controlado. A medida de que vayan avanzando en la práctica pueden aumentar el número de ciclos o comenzar directamente con respiraciones mas prolongadas.

La siguiente técnica ha consistido en la observación: respiro y observo; respiro, observo y actúo. Cuando hablo de la observación me refiero a observar la situación desde afuera, observándome como un objeto separado. Esto me permite no tomarme las cosas personales, que como humanos tenemos la tendencia a ponernos en primer plano, y a prestar mayor atención al exterior con una visión más global observando cada interacción. Luego ha sido el cambiar mi manera de expresarme y hacerlo de la forma en la que me gustaría que lo hicieran: con amor… a fin de cuentas, ¿a quien no le gusta que lo traten así?

Otras de mis prácticas se basan en mantener mi bien-estar balanceado, donde muchísimos otros hábitos entran en juego, como la alimentación, prácticas regulares de gratitud, yoga, meditación, etc., que me hacen mantener mi espíritu en paz y al mismo tiempo en alerta ante cualquier situación.

Y la práctica maestra para mi es la de la ¡meditación! Meditar antes de salir de casa, conectarse con esa energía bonita Universal. Meditar durante el break del almuerzo o al llegar a casa… 5 minutos de meditación al día bastan para comenzar a ver resultados. Sin embargo, por ahí se dice que si tienes tiempo para meditar: medita 20 minutos, y si no tienes tiempo pues entonces medita 40! ;)

Para terminar me gustaría invitarlos a incluir en sus rutinas ejercicios sencillos como el de la gratitud, ese sentimiento que nos hace sentir apreciación y valorar las cosas que ya tenemos, hasta un punto de llegar a tener gratitud por ese colega que tanto… “queremos”. Estar agradecidos por entre 5 a 10 cosas al día nos hace aumentar ese sentimiento de paz, amor y confianza en la vida, de alegría por lo que ¡ya tenemos!, nos hace sentir plenos.

Espero que este artículo haya sido de su agrado y que por sobretodo, les sea muy útil.

¡Que tengan una hermosa jornada!

¡Y no se olviden de respirar y agradecer!

Bendiciones,

Karla

victor roque

lider de proyecto en CORAMER PEQUIVEN

9 meses

Buenos dias Karla. Te felicito por este magnifico documento que has escrito. lo lei completo y nos hace relfexionar. lovoy a enviar a muchas personas Victor Roque

Johans Bolívar Martínez

Ingeniero Mecánico - Planificación y gestión de procesos

4 años

Karolina está buenísimo el post. Acabo de compartirlo. Transmitimos lo que somos...

Gerson Belandria

Group Leader/Operations Manager ELC

4 años

Gracias por compartirlo. Mileidy Betancourt

Wilmer González

Gerente de Calidad en Grupo Rojas | Mejora continua y resolución de problemas

4 años

Excelente recomendaciones y la forma como lo orientas al entorno laboral, al fin y al cabo duramos el 50% de nuestro tiempo en el día bajo ese entorno.

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