Acierta siendo asertivo, no siendo impositivo: La guía de Iván Vázquez para establecer límites en el trabajo.

Acierta siendo asertivo, no siendo impositivo: La guía de Iván Vázquez para establecer límites en el trabajo.

¡Hola red!

Seamos honestos, ¿no están ya hartos de cada una de las historias de malos empleos que se vuelven virales?

Ojo, no eximo a las empresas de su responsabilidad, además de que hay leyes laborales que se han de respetar, me parece tremendamente penoso y pésima práctica profesional el no valorar a los colaboradores ni buscar ser un mejor lugar de desarrollo profesional.

Sin embargo, no puedo negar que he considerado… ¿Cuántas menos de esas historias veríamos si la mayor parte de la gente conociera sus límites y pudiera expresarlos?

Después de un gran periodo de inestabilidad como la pandemia, es común que haya un re-dibujo de límites. A muchos que no acostumbraban trabajar desde casa, una intromisión tan constante de su vida profesional a su espacio privado les desbalanceó la percepción del tiempo que le dedicaban a sus responsabilidades profesionales y la presencia física que trabajar necesitaba.

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Aún así, incluso desde antes, el movimiento de buscar la colaboración explícita de empleado y empresa para encontrar un punto medio que atendiera las necesidades de todos, de ahí sale el enfoque de los últimos años en evitar y reparar el daño que puede generar el burnout, el buscar nuevas y más eficientes forma de parte de los departamentos de RRHH de abrir el espacio para hablar de salud mental, de tener guarderías in situ en algunas oficinas para los padres y madres que trabajan, etcétera.

Pero todo este esfuerzo sería más efectivo y menos abrumador si, como colaboradores, se conocieran y aplicaran las maneras de expresar sus límites, ya que sin ellos, nunca te sentirás a gusto en ningún trabajo.

No importa el esfuerzo externo, si tú no tienes claros cuáles son tus límites mentales, emocionales y físicos en relación a tu trabajo y no buscas cómo comunicarlos, hacerlos valer Y lograr que convivan armoniosamente con los límites de otros, nunca podrás encontrar un verdadero balance entre tu vida personal y tu vida profesional.

Puede sonar a un caso de “se dice más fácil de lo que se hace”, pero el primer paso para lograr poner límites efectivos es el mismo primer paso que para todos los otros problemas de los que hemos hablado:

 “Conócete a tí mismo.”

Haz el trabajo de comprender: 

  • ¿En qué creo? 
  • ¿Cuáles son mis valores? 
  • ¿Qué es importante para mi?

Con base en tu respuesta a esas preguntas, podrás identificar qué elementos de tu ambiente laboral están en directa oposición con quien tú eres y lo que tú necesitas. No minimices tus emociones o descartes evidencia de cómo algo te afecta solo porque “no debería de ser así” o porque alguien más no le afecta de esa forma. La única manera en la que puedes aplicar tus límites es comprenderlos, no juzgando la necesidad de ellos.

Estos elementos contrarios a ti son los que deben ser limitados de alguna forma u otra. A veces, es tan sencillo como apagar las notificaciones del trabajo una vez que haya acabado tu día laboral, pero la mayor parte de las veces, el paso siguiente a la hora de poner límites es…la comunicación asertiva.

Con asertiva me refiero a buscar ser claro y directo sin ser hiriente y sin imponer la responsabilidad de manejar tus emociones a alguien más. Busca expresar tu incomodidad de manera que respete la decisión de la otra persona pero no menosprecie tu reacción. 

Hay un dicho común: “El decir “no” es una oración completa.” y aunque puede sonar duro, si comunicas tus límites de antemano, y alguien aún busca no respetarlos, es válido y correcto solo negar su petición, ya que tú hiciste el esfuerzo de hacer entender que hay ciertas cosas que no son posible bajo las circunstancias.

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Pero eso también me lleva al siguiente punto, y tal vez el más importante: Nadie trabaja solo. Así que vale la pena no solo poner límites para mantener tu salud, sino entender y respetar los límites ajenos. Si las personas se sienten tratadas con amabilidad y empatía, estarán más dispuestas a ofrecerte esas mismas cualidades.

Eso implica también entender qué límites son completamente fijos y cuáles pueden ser más flexibles. Un límite lógico, por ejemplo, es respetar los tiempos de comida de otros, pero si alguien te contacta dentro de ellos no necesariamente busca romper el límite impuesto. Ese espacio de comprensión (“Tal vez esa persona seguía trabajando, tal vez era un comentario que prefería hacer, pero no requiere de tu inmediata atención, etc.) es crucial para construir un ambiente laboral de confianza y compañerismo, en el que no necesitas constantemente re-establecer tus límites, sino se dan por asumidos una vez que se verbalizan y se trabaja con ellos constantemente.

No continúes pensando que son las empresas y los ambientes de trabajo los que te dejan sin opción. Da el primer paso para promover una convivencia armoniosa y respetuosa con tus colaboradores, conócete más profundamente y aprovecha su apoyo y tu conocimiento para desarrollarte al máximo.

A veces, tú puedes hacer de tu empleo, el empleo ideal. ¿Por qué no lo intentas?


Más recursos que te ayudarán a entender los límites que necesitas:

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