EL “BULLYING” ESTÁ EN LOS PADRES

¿Por qué responden los padres por el bullying realizado por sus hijos menores sobre otros menores? Se dirá que el menor afectado ha sufrido un daño moral y que los padres responden por culpa in vigilando o in educando. Mas no es así. Seguramente el menor afectado no ha sufrido un daño moral suficientemente caracterizado. Seguramente los padres no han incurrido en ninguna culpa, porque ninguna conducta alternativa imaginable “conforme a derecho” hubiera impedido fácticamente que sus hijos acosaran al compañero. Se dirá entonces que los padres responden por el riesgo creado de tener hijos que manejan cuentas de Facebook. Pero tampoco es así. La producción y crianza de niños no es un riesgo extraordinario como lo pueda ser echar humo por una chimenea, y, aunque lo fuera, es una actividad tan valiosa socialmente que nunca podría ser castigada con una regla de strict liability. Y el riesgo de Fcebook lo crea Facebook, no el padre que pone a disposición del menor un smartphone ¿Pero entonces por qué responden los padres? Sencillamente, porque la práctica del bullying por menores y sobre menores es una de las muchas prácticas sociales que debe ser eliminadas. No se puede tolerar la práctica. La prevención social de estas conductas sólo puede conseguirse con una regla de responsabilidad (no importa que haya o no daño, que haya o no imputabilidad) que ponga el coste social sobre los padres. Una práctica nociva sólo puede eliminarse creando un coste internalizable en el sujeto que mejor puede desempeñarse para la inhibición de la práctica intolerable, aunque de hecho nunca se encuentre en el estado de poder conseguir la neutralización efectiva del daño. No se pueden crear desincentivos sociales en los menores (son insolventes y no van a la cárcel) y sería carísimo y muy poco eficaz imponer la carga a los colegios o a la Administración competente en educación . Si alguien puede hacer algo son los padres, aunque sólo sea porque internalizan en sus bolsillos los excesos de sus hijos; ya se encargarán de tomar las medidas disciplinarias de que dispongan. Basta que en un pequeño porcentaje de las familias se consiga de esta forma que los padres disciplinen a los hijos en la inhibición del bullying para que esté justificado imponer a todos los padres la carga costosa de neutralizar esta práctica. Habrá valido socialmente la pena.