El coche autónomo: Cuestión de Estado

El coche autónomo: Cuestión de Estado

Como la Energía, las Telecomunicaciones….

Ante la llegada de las flotas de vehículos operando en modo autónomo y las pruebas que al respecto se están haciendo ya tanto en USA como en varios países europeos, y por supuesto sin caer en el intervencionismo, nos encontramos ante un sector estratégico como es el del Transporte.

A este respecto del control de las flotas de vehículos autónomos, la DGT debe establecer un marco regulatorio para determinar quiénes y en qué condiciones y parámetros se pueden operar estas flotas de vehículos autónomos.

Cuestiones como la seguridad y la protección de datos están en juego, y la ciudadanía tienes derecho a conocer cómo se va a gestionar.

En cuanto a laseguridad, tanto la de los ocupantes de dichas flotas de vehículos autónomos como el resto de los usuarios de las vías públicas, como peatones, ciclistas, patinetes, y la convivencia con el resto de los vehículos debe primar sobre prácticamente cualquier otra circunstancia, dado que en caso contrario el “caos desregulativo” puede dar lugar a situaciones de peligro, indefensión y desconocimiento ante accidentes de los propios agentes de la autoridad a la hora de elaborar atestados, y que obligue a los ciudadanos a exigir justicia a los tribunales. No tenemos que más que ver lo que ha ocurrido con los patinetes eléctricos, donde la normativa y ordenanzas de los distintos ayuntamientos ha llegado muy tarde y cuando ya se habían generado diversos incidentes/accidentes, alguno incluso de índole mortal.

Igualmente, la protección de datos, de nuevo resulta fundamental, por cuanto la cantidad de datos con los que operan estos vehículos debe conllevar una regulación al respecto del tratamiento de los mismos. El acceso de estos vehículos, tanto a la información personal y particular del ocupante (si es que lo hay) o del usuario que ha solicitado el mismo, o gestionado desde la distancia, debe ser objeto de una exquisita protección para evitar que el uso de los mismo puede generar situaciones no deseadas. 

Como ya en USA se están adaptando las normativas de los diferentes estados a la circulación de los vehículos autónomos, aquí debe darse un paso al frente.

La fórmula o sistemaque se pueda determinar para operar estas flotas de vehículos autónomos tampoco es baladí, por cuanto determinar si va a existir un sistema de concesión administrativa de licencias, como ocurre en las Telecomunicaciones o en la Energía, o en su caso incluso la posibilidad de ser una Operadora Virtual de Flotas Autónomas tendrá una trascendencia relevante.

Tenemos claro que tanto China como USA han invertido billones en esta tecnología, y llevan muchísima ventaja al resto de países, por lo que sus empresas tendrán una ventaja competitiva sustancial. Ante esta situación nos encontramos ante la disyuntiva de que bajo este mantra de la inversión/investigación, impongan sus sistemas de operativa de flotas autónomas al resto del mundo, o en su caso los países europeos, o mejor, la Unión Europea bajo el manto homogeneizador de una Directiva específica, determine qué puede ser mejor para sus ciudadanos y para la libre competencia. Todo ello bajo unas premisas y parámetros claros, y que son la seguridad, tanto a nivel físico, como de datos, en cuanto a proteger y asegurar el debido uso de toda esa información.

La decisión debe ser tomada y son varios los países que están trabajando en esta dinámica de búsqueda de una formula que proteja los intereses de los ciudadanos europeos.

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