El compromiso (Parte 1/3)
El compromiso como competencia emocional es algo extraño de entender en una primera estancia, algunas personas podrían decir que para ellas el compromiso es un valor propio, otras una obligación a cumplir, incluso otra forma de mencionar la responsabilidad.
La primera cuestión a preguntar con el fin de puntualizar términos, es la de ¿Qué es el compromiso?
La RAE aporta esta definición: “Obligación contraída por una persona que se compromete o es comprometida a algo”.
Dado que esa definición hace referencia a una responsabilidad obligada, para este caso se buscará una definición personal y más acorde con los fundamentos del Coaching:
El compromiso es la fidelidad que una persona tiene con la responsabilidad establecida por sí misma.
Como para esta definición se perciben dos valores (fidelidad y responsabilidad), el compromiso queda desmarcado del concepto “valor”, dado que integra un conjunto de ellos, por lo que, si cumple con los requisitos puede trascender a “competencia emocional”
La siguiente pregunta es ¿Qué es una competencia emocional?
Una competencia emocional es la habilidad que tiene una persona para gestionar y expresar sus emociones, sentimientos y saberes, con el fin de interactuar de forma constructiva tanto consigo misma como con las demás.
Para que un concepto sea integrado como competencia emocional, se han de cumplir una serie factores: ha de ser una conducta, observable, inconsciente y habitual.
Si se habla de que una persona es comprometida con algo o alguien, ya se está suponiendo una conducta observable. En el caso de que esa persona se comprometa con ello con normalidad y sin una necesidad de reiterar o confirmar su compromiso, también se hablaría tanto de inconsciente como habitual.
Universidad de Belgrano
2 añosMuy bueno